"De acuerdo".

Cuando Rodney apretó un interruptor, el techo del descapotable se cerró lentamente.

Freya miró las flores en su mano. A juzgar por la fragancia, estaba segura de que habían sido importadas por avión.

El ambiente en el coche era extraño. Ella se acomodó torpemente el cabello detrás de la oreja y echó un vistazo al hombre que estaba a su lado. Se veía extraño desde todos los ángulos. "¿Qué te pasó...? ¿Por qué cambiaste de repente?".

"¿No dijiste que mi buena apariencia hacía que las mujeres se pusieran celosas? Así que cambié mi estilo y me puse ropa más oscura". Rodney la miró al instante con un toque de nerviosa expectación. "¿Me veo apuesto?".

"...".

Si hubiera sido otro hombre que hubiera hecho esa pregunta, Freya habría inventado una mentira y habría dicho que su rostro era demasiado grande.

Sin embargo, Rodney estaba realmente apuesto hoy. Es más, su ropa no era tan brillante como antes. De repente, parecía mucho más reservado y elegante.

Aun así, no quería