“¡Esta mujer es tan astuta!”.

“¡Le gusta hacerse la difícil, fingiendo desinterés! Si mi hijo estuviera frente a una mujer así, no podría resistir ante sus tácticas”.

“Por suerte se deshizo de su teléfono. Realmente espero que se vaya de Ciudad del Sur, y deje de causar más problemas aquí”.

“Ella solo es una chica sin nombre, pero realmente quiere causar discordia entre la clase alta. Es bueno que haya decidido parar, si no, ¡la habría golpeado!”.

“¡A esta clase de mujeres hay que darles una lección, y que aprendan a no levantar la cabeza a su antojo!”.

“¡Bah!”.

La mayoría de los presentes habían deseado ver a Sabrina arrodillarse ante ellos y verla confesar humildemente sus malas acciones.

¿No era eso lo que ocurría en las películas y las novelas?

Una mujer despreciable como Sabrina debería estar en el suelo, disculpándose sinceramente. Esa imagen les parecía tan natural. Sin embargo, el orgullo de Sabrina y su decisión de morir antes que agachar la cabeza, enfurecieron de ver