El sábado por la mañana en Londres tenía algo de mágico. El ritmo frenético de la semana daba lugar a una atmósfera más relajada, con gente caminando despacio por las calles, parejas tomando café en mesas en la banqueta a pesar del frío, y ese aire general de que nadie tenía prisa para llegar a ningún lado.

Decidí que era el día perfecto para finalmente visitar el famoso Portobello Road Market, en Notting Hill. Bianca había mencionado varias veces que necesitaba conocerlo, especialmente la sección de antigüedades, que según ella era "un tesoro escondido donde se puede encontrar cualquier cosa, desde discos raros hasta joyas vintage".

Tomé el metro hasta Notting Hill Gate y caminé por las calles residenciales hasta llegar a Portobello Road. El mercado estaba a todo vapor, con cientos de puestos extendiéndose por la calle, vendiendo de