Nathe sentía como si todo su mundo se derrumbara en un abrir y cerrar de ojos. Ya todo el mundo lo sabía, en especial los padres de Alexandra. Tragó saliva al ver como Alex le soltaba la mano y colocaba su mirada en el plato, apenas había probado bocado alguno.
—Esto debe ser un error, los paparazi siempre van a malinterpretar las cosas —el padre de Nathe le da el celular a su hija.
Nathe tenía dos opciones; decirles que lo que decía aquella nota era cierto, o tratar de mentir pero eso significaría negar a Wendy, su hija, así que no podía hacerlo.
—Me temo que es cierto —contesta Nathe con seguridad sintiendo como un escalofrío recorría todo su cuerpo.