Charlotte dio unos pasos rápidos para perseguir a Zachary y se dirigió a la “sala eléctrica” con él.

La mujer había dicho que había encerrado a Poopoo en el cuarto eléctrico. Después de que Zachary pateó la puerta del “cuarto eléctrico” vieron que Poopoo estaba jugando con un carrito de juguete en el piso.

“¡Poopoo!”.

Encantada, Charlotte corrió hacia Poopoo y lo abrazó, con los ojos llenos de lágrimas: “Poopoo, Mami te ha estado buscando durante mucho tiempo y finalmente te encontré ahora. Ven, muéstrame tu mano”.

Ella agarró las manos de Poopoo y comenzó a analizarlas meticulosamente. Solo se sintió aliviada cuando vio que sus 10 dedos aún estaban intactos.

Esa mujer no había lastimado a Poopoo.

El niño de 4 años parpadeó y la miró fijamente.

“¡Tía, eres tú! Yo no soy Poopoo. Mi nombre es Julian. Tú tampoco eres mi mami. Mi mami está en la habitación de al lado”.

“No, Poopoo. La mujer en la habitación de al lado no es tu verdadera mami. Mírame, soy tu madre biológica, y míral