Capítulo 172: La Tempestad de Secretos y Decisiones— Nada que requiera tu preocupación. — Respondió Donovan con calma. — Son solo asuntos logísticos. Seguridad.Lo que Andrews no sabía era que Donovan había dado órdenes específicas a sus hombres: cualquier cosa relacionada con Aurora debía pasar por él antes. No debían reportar directamente a Andrews, solo garantizar su protección y mantener el silencio.Aurora, por su parte, comenzaba a sentirse asfixiada. No podía salir sola sin ser seguida discretamente. Sus visitas al médico se realizaban en horarios alternativos, con autos que no pertenecían a la casa, y con la ayuda de Jascy y Mariana.Aunque intentara fingir normalidad, el miedo a ser descubierta crecía dentro de ella.El secreto era como una cuerda tensada en medio de la casa, demasiado estirada, a punto de romperse.Aurora ya estaba cerca de los tres meses, y después de aquel incidente en su fiesta de cumpleaños, Andrews parecía extrañamente tranquilo también. Aunque siempre

Capítulo 174: El Dolor de la Verdad y el Peso de la VidaAndrews estaba al borde del agotamiento cuando lo llevaron de regreso a la mansión. Aurora entró en pánico con toda esa sangre; incluso mientras la limpiaban bajo la ducha, después de que toda la suciedad se fue, nadie más se atrevió a tocar el tema.Janete desapareció después de ese día, tras ser llevada a su casa por Mariana, quien le aconsejó mantenerse alejada, porque ya había visto con sus propios ojos de lo que Andrews es capaz si alguien se mete con su familia.Después de eso, los días continuaron normalmente, aunque llenos de crecientes sospechas. Nada tenía sentido: las salidas de Aurora, el comportamiento evasivo de los demás, las miradas esquivas. Él necesitaba respuestas.Caminaba en silencio por los pasillos cuando escuchó voces bajas provenientes del área de servicio. Se detuvo, oculto por la sombra de la pared.— “La señora Aurora no debería subir escaleras, está débil… el médico dijo que debía descansar.” — comen

Capítulo 176: Silencio entre sombrasAurora estaba recostada, pálida, con los ojos fijos en el techo blanco. Sus dedos apretaban las sábanas con fuerza. El médico entró con una carpeta en las manos, con expresión neutra y profesional.—Ya puedes ir a casa, pero debes mantener reposo para recuperarte. Perdiste mucha sangre y debes cuidarte con mucha precaución —advirtió mientras ella continuaba revisando los documentos.Aurora regresó a casa, envuelta en silencio. Mariana la ayudó a subir las escaleras. El ambiente era pesado. Se recostó, sin hablar con nadie, sin llorar, sin reaccionar.—¿Quieres comer algo? —preguntó Mariana. —Solo asegúrate de que nadie entre a mi cuarto, mucho menos Andrews.Horas después, Andrews apareció en la puerta de la habitación. Estaba tranquilo, frío, casi aliviado, y dudó varias veces mientras buscaba las palabras adecuadas para hablar con Aurora y tratar de consolarla.—Me enteré… —dijo—. No quería que fuera así, pero quizá… quizá haya sido mejor. Ahora

Capítulo 178: Susurros de un corazón escondido Por la mañana, Aurora mantenía la misma rutina frente a su tocador, pero no para arreglarse. Tenía un nuevo pasatiempo. Era una caja de música antigua, que había tomado escondida del cuarto infantil donde se guardaban documentos antiguos del hijo fallecido de Andrews. Era una caja vieja, pero aún imponente en su sencillez. Tenía un acabado de madera oscura y, dentro, un pequeño bailarín giraba al compás de una melodía suave. Aurora siempre la escuchaba con el corazón encogido.La música la envolvió. Una nostalgia amarga subía por su pecho, mientras recuerdos de una vida que parecía tan distante surgían en su mente. Entonces, sus ojos cayeron sobre un pequeño par de zapatitos de bebé, escondidos en las profundidades de la caja. Estaban allí como un secreto guardado, acompañados por algunos papeles con registros especiales.Aurora sacó los zapatitos de la caja y los sostuvo contra su pecho, cerrando los ojos con fuerza. Una lágrima r

Capítulo 180: El Secreto de Dos CorazonesTodavía estaba embarazada. Todo lo que él había dicho… todo lo que ella había oído. Y aun así, no lo había contado. Prefería huir.—Entiendo… —suspiró para sí mismo al abrir la caja de música, encontrando un zapatito azul y pequeñas fotos de la ecografía, claras, del bebé.Se quedó allí, petrificado, mirando todas esas cosas y esos exámenes que ella había estado haciendo en secreto.Días después, la noticia llegó a través de uno de los empleados más antiguos, quien había recibido —por error o tal vez por compasión— un documento de una clínica, enviado a la mansión: el último examen que Aurora había realizado en la ciudad. Como ella no había ido a recogerlo, fue enviado directamente a Andrews, quien leyó:"Paciente presenta signos compatibles con gestación múltiple. Se recomienda ecografía para confirmar el desarrollo fetal."Andrews casi dejó caer el papel.Gemelos. Dos corazones. Dos latidos que él no conoció. Dos destinos que ella había de