Capítulo 51. Noche navideña. Valentina lo enfoca y se da vuelta, quedando frente a él, frente a frente, ella lo toca de la misma manera que él lo ha hecho, deslizando la mano por su miembro, ella sube lentamente hasta su pecho, sus labios, que acaricia acercarse lentamente, esperando su reacción, él no retrocede, ella no se detiene y lo besa, en cuanto sus labios se tocan es una sensación inhumana, como si no solo sus cuerpos se unieran sino sus almas, la excitación, la adrenalina, el deseo, la electricidad, su conexión, ardiente, excitante, él la carga y ella lo abraza sus piernas, la lleva a la cama, se sienta apretando su trasero, ella mordiendo sus labios, pasión, más que eso, sus besos, urgidos, necesitados, pasionales, ella lo continúa y él le sigue el ritmo, ambos en un deseo desbordado, hasta que se detienen, ansioso por recuperar el aliento. —Prepárese, su abuelo nos espera. —Ella se baja de él y Ricardo la toma de las caderas atrapándola una vez más. Ambos se besan

Capítulo 53. Inquietudes. Alondra se ríe, ella besa a Agustín y este le corresponde, pareciendo una pareja real, de verdad. En cuanto a Valentina y Ricardo, ellos se mantienen distantes, él concentrado en conducir y ella enfocada en el camino. * —¡Madrina! —La voz alegre del pequeño Arturo los anima. —Aquí está mi niño. —Viniste, sí viniste. —Como te lo prometí, te traje un regalo. —Ay, ya decía yo que se estaba demorando la madrina en venir a ver al morrillo. —Valentina le da un abrazo a Isabela. —Espero no llegar tan tarde. —No, para nada, todo está listo. ¿Quieren dulce de frutilla? —No, estoy llena, vine a ver a este caramelito. —Valentina toma al pequeño bebé regordete en sus brazos. —¡ISABELA! —ALONDRA… —Ambas se abrazan. —Silencio, van a despertarme al caramelito. — Patrón, Agustín, ¡bienvenidos! ¿Quieren un tequila? —Claro que sí, ¿no, Ricardo? —Ricardo asiente. Todos pasan a la casa, hay varios invitados que al verlos se emocio

Capítulo 55.Secretos.Al colgar, Ricardo se empieza a desvestir para tomar una ducha y comer algo antes de volver a la clínica, donde dejó a Alondra cuidando de Valentina.Ricardo sale del baño buscando su ropa y sus botas. Él nota que le falta una y la empieza a buscar debajo del estante, donde encuentra una caja. La curiosidad le gana y no duda en sacarla; una caja extrañamente aguardada debajo del armario lo desconcierta. Al abrirla, nota algunas cosas, pulseras, colitas, fotos, al ver las fotos ella nota rápidamente a una mujer parecida a Valentina, lo que le deja sabe que es su madre y él hombre en la foto su padre, él antiguo capataz de la hacienda, hay varias fotos y entre ellas una de ellos dos con Valentina cuando estaba niña, pero de todo lo que más le da curiosidad es una pulsera de cuero que él solía usar, Ricardo recuerda esa pulsera, se le había perdido nadando en el rio y luego su foto, tenía 13 años cuando le tomaron esa fotografía posando con una pierna sobre un saco

Capítulo 57. Todo en su lugar. Valentina corre, arrebatando las llaves a Gael, se sube a la camioneta con Alondra, quien le hace una señal a los hombres para que se alejen y la dejen partir. —VALENTINA, MI NIÑA… —Paloma y Pablo se quedan en shock. Valentina va a gran velocidad, no se detiene y pierde rápidamente a los hombres de seguridad, dejando un caos en la casa. —La han perdido, señor. —¿Cómo es posible? —Pablo se altera, mientras que Ricardo mantiene la calma. —No la sigan, si la siguen buscando, ella se alejará más; no está pensando con claridad, déjenla, va a volver —dice Ricardo, seguro de sí mismo. —¿Cómo lo sabes? —pregunta Pablo. —Lo sé, está con Alondra, no dejará que haga algo estúpido; cuando se calme iré por ella. Agustín me mantiene informado de todo lo que le dice su novia. —Espero tengas razón, porque si le pasa algo a Valentina, te va a pesar. Pablo se retira a su estudio, dejando a Ricardo en la sala lleno de una mezcla de sensacion

Capítulo 59. Necesidad. La celebración continúa: Ricardo de un lado y Valentina del otro lado de la mesa junto a Víctor. Todos celebran; Ricardo intenta ignorarlos, pero algo en él causa un poco de fatiga. —Bueno, felicidades a los novios, yo me retiro, espero tengan una buena velada; yo invito las dos rondas que vienen. — Ricardo deja dinero sobre la mesa y le da la mano a Agustín, quien se levanta para despedirlo. —Gracias, hermano, por todo lo que has hecho por mí. —No te preocupes, disfruta con tu prometida. —Valentina, ¿te vas? —pregunta Alondra, preocupada al ver que ella ha estado ignorando a Ricardo y hablando con Víctor sin tomar en cuenta la presencia de su esposo, algo que es un tabú para muchos de los presentes. —No… —responde Ricardo rápidamente—. No está obligada a volver ahora. Diviértanse. Ricardo toma su abrigo; ella lo sigue con la mirada. Ha dejado a varios de sus hombres para cuidarla, lo que pone más incómoda a Valentina. Son casi las 3 am; él siemp