GabrielaLos minutos trascurridos en este auto parecieran extensos, es como si una volqueta de arena hubiera caído sobre nosotros y el silencio fuera el único testigo de este momento tan tenso que se ha sentido, durante el trayecto de la universidad hasta el restaurante. Aun me siento sorprendida por la forma en la que se comportó Mauricio, nunca pensé que un hombre tan tranquilo, tan amoroso como lo es el, fuese capaz de reaccionar de esa manera tan desenfrenada, pero soy consciente de que Alonso se lo merecía por sínico y abusador. Lo bueno de todo esto es que mi tesis fue todo un éxito y gracias a eso no voy a tener que volver a la universidad y mucho menos tener que volver a cruzarme con Alonso, así que sus amenazas hacia mí quedaron en el olvido.Ahora el único problemita que tengo, se llama Mauricio, lo veo tan serio que no sé cómo voy hacer, para romper el muro de hielo que ha puesto entre nosotros dos «papitos de mi vida ayúdenme en esto se los pido» he intento concentrarme m

GabrielaEl estar ocultándole a mi tía que me quedo a dormir una que otra noche donde Carla no está resultando nada sencillo sobre todo después de la pequeña discusión que tuvimos anoche por teléfono. Se suponía que después del almuerzo yo regresaría a mi casa pero no fue así, como le decía que no a Mauricio si también me moría de ganas por estar con él. Las horas me parecen tan cortas cuando estoy a su lado es como si quisiera que el tiempo se congelara para nunca tener que despertar de esta burbuja de cristal donde nos encontramos, pero es imposible, por por más que no quisiera volver al mundo real tengo que hacerlo, Camila «mi cuñada» me envió un mensaje por correo electrónico diciéndome que le había gustado el libro que escrito durante estas últimas semanas y quiere conversarlo conmigo en la editorial, la verdad no sé qué sorpresas me espera en esta tarde, pero me puso una cita para las 2 cosa que agradezco debido a que hoy tengo mis terapias a las 4:30 de la tarde y no puedo falt

Gabriela Lo único que quiero es escapar de ese terrible pasado que quiere apoderarse de mi presente, como es posible que esos ojos azules que me producen tanta repulsión, estén de regreso en mi vida y lo peor de todo, que se encuentren en el nuevo mundo que se había convertido tan perfecto para mí. El solo hecho de imaginar que el propio tío de Mauricio sea causante de mi desgracia, me resulta un caos emocional que es imposible de controlar. Me siento desesperada, aturdida, las piernas me tiemblan y el miedo se apodera de mí en cuestión de segundos. Rápidamente me bajo del taxi y sin darme cuenta le dejo dinero de más al taxista quien me grita que espere el cambio, pero estoy tan nerviosa que ni siquiera le presto atención, como puedo sigo corriendo con estos tacones sin importar que pueda tropezar y hacerme daño. Se abren las puertas de este elevador y paso de prisa, por la sala de espera de este centro médico valiéndome madre la confirmación de la cita para mis terapias —Gabriela

Gabriela¿Cómo será mi vida de casada con Mauricio? ¿Qué dirán las personas que nos conocen? ¿Cómo enfrentare la fama? Son preguntas que rondan por mi cabeza mientras estamos en la cocina preparando el desayuno. Para ser sincera no me esperaba esta noticia, ni mucho menos que la vida me sorprendiera de esta forma tan maravillosa, y lo digo por mi libro ese que se encuentra en revisión y prontamente verá la luz del día. Pero mientras eso llega aprovecho para disfrutar de estos pequeños momentos con mi súper héroe, que tal parece que no se las está llevando nada bien, con esas arepas que está cocinando. Solo me lo quedo viendo y la risa no se hace esperar —Como psicólogo eres excelente pero como cocinero eres malísimo —Bromeo al darme cuenta que las arepas están quemadas y la estufa esta toda llena de aceite sin contar la cantidad de masa que ha desperdiciado.—Un pequeño descuido pero tengo todo controlado —Habla divertido pero en medio de esta conversación una gota de agua cae en el

Gabriela10 DE AGOSTOHace 5 años atrás veía este día tan lejos, tanto así que las horas de clases me parecían extensas y muchas veces hasta me aburrían ciertas materias. Yo creo que todos los que han pasado por la universidad pueden entenderme a la perfección, por más que tu ames la carrera hay semestres que ni por equivocación quisieras volver a mencionarlos. Y eso es normal lo más importante, es que de ellos aprendiste y te quedan las anécdotas para cuando estés en el lugar del profesor sepas cuán importante eran cada uno de sus regaños.Extrañare las veces que me enoje con mis compañeros por no traer la parte del trabajo que les correspondía para la exposición, o cuando se presentaban ciertas actividades y nada salía como lo esperábamos. Las horas de prácticas y todos los momentos donde estábamos felices por cualquier tontería que pasaba o de algún chiste rojo que se le ocurría al más extrovertido del salón. Son cosas que jamás se podrán olvidar y quedaran guardadas en nuestra mem