Lily tenia nervios, pero hizo caso, colocándose en la mitad mientras aparecía la luna llena. Vio como inicio a brillar a su alrededor; mientras iba bajando un espíritu del cielo, se trataba de la diosa luna. La volteo a ver con una sonrisa resplandeciente, Lily intentó disimular sus nervios cerrando los ojos sintiendo las manos de la diosa sobre su cabeza; después de eso sintió como todo su cuerpo se empezaba a romper, sintiendo mucho dolor porque sus huesos estaban creciendo y separándose, para iniciar a dar forma a su lobo interno; donde lo único que prevalecía eran sus hermosos ojos grises en medio de la forma de su lobo color café, igual a su padre. — Serás bendecida, por haber respetado las leyes — Manifestó la diosa luna, mientras todos la observaban, los más sorprendidos eran Milena y Arturo —, Recuerda, no debemos irrespetarnos si no quieres una m

Emily no podía creer lo que estaba escuchando, tantos momentos de tranquilidad al lado de su familia se encontraban en peligro ocasionando que volviera la guerra, las lágrimas y angustias a la familia. Todos se alistaron, acabando con la fiesta y cuando Lily logró despertarse, la calmaron para irse todos nuevamente hacia el hospital. El camino fue rápido, al llegar entraron a la sala de espera donde estaba Nicolas esperando todavía; les comento que Emma se encontraba mejor pero que le habían dado un sedante debido a la angustia que presentaba por la salud de Sergey, quien no tenía noticias alentadoras todavía debido a su estado de salud. — ¿Por qué preciso en mi cumpleaños? ¿Será una señal? — preguntó Lily mientras era abrazada por Leo, sus dos hermanos pequeños se habían quedado en la casa con la nona —, No entiendo, me siento

Pasaron tres días más, hasta que lograron darle de alta a Emma para poder ir al cementerio a enterrar a Sergey; todos se encontraban destrozados porque no creían lo que había sucedido y todavía no sabían quién había causado tal acto, solo que se encontraban en peligro. Emma fue llevada en silla de ruedas, debido a que se encontraba inestable emocional y físicamente por todo lo ocurrido; odiando a toda la familia de Sergio especialmente a Emily quien se había metido en su vida perfecta. Lily iba con Martin quien decidió acompañarla en este momento de dolor y como no, si su cumpleaños siempre iba a ser recordado por el asesinato de su hermanastro; lloraba debajo de las gafas negras que tenía puestas culpándose por lo ocurrido. Leo se guardaba sus celos, evitando un escándalo en un momento tan importante; mientras llevaba de la mano a sus dos hermanitos.    Sergio con ayuda de otros hombres lobos, llevaban el ataúd donde se encontraba el cuerpo sin vida de su

Leo iba a salir de sus clases, cuando Laura se acercó con timidez manifestando que hacían un buen equipo de trabajo; no solo eso si no que hoy tenía su primera presentación para el grupo de porristas y a pesar de ser un desconocido le gustaría que la acompañara, porque le daba confianza. Lo pensó varias veces, mirando su reloj y dándose cuenta que faltaba media hora para que saliera Lily; al final accedió cogiéndola de la mano para dirigirse juntos hacia las canchas. Allí se sentó, observando mientras Laura y otras jóvenes se presentaban para poder ser aprobadas o rechazadas, se sorprendía de ver cómo eran de ágiles y flexibles las mujeres, no creía que un hombre llegara hasta ese extremo. — Es hora de la presentación de Laura Méndez — Mencionó uno de los jurados, Leo miró su reloj dándose cuenta qu

Lily no dejaba de pensar en Leo, en el transcurso con Martin quien para calmar el ambiente decidió colocar música. Decidió no arruinar su momento, porque sabía que algo le estaba ocultando así que volvió a ver a su acompañante, sonriéndole para dejarse sorprender. Después de una hora de camino, llegaron a un restaurante lujoso en la ciudad; allí estacionaron y entraron donde parecía más tipo granja debido a la gran variedad de estatuas de animales que se encontraban alrededor. Entraron, se notaba la elegancia del lugar y eso ocasionó pena en Lily quien se encontraba en jean, una blusa y tenis. Entendía porque Martin se veía formal, intentando recordar si le habían dicho que se alistara de esa forma. — Me siento mal, lo olvidé ¿verdad? — Pregunto apenas se sentaron y la mesera se había ido —, Perdóname, no h