Capítulo 2

Al otro día, luego del noticiero fueron a un restaurante que estaba a unas cuadras para almorzar.

Iker, quien conocía muy bien a su compañera le pregunta —¿Te está pasando algo? A mí no me podés engañar. Te conozco desde hace 8 años, y podría decir que te conozco más de lo que conozco a mi propia esposa.

Lori, toma un sorbo de vino, lo mira y le sonríe.

—¿Cómo está ella, con esto del post embarazo?

—Está todo muy complicado. Las cosas ya no venían muy bien entre los dos. Y eso de tener al bebé creíamos que iba a fortalecer la pareja, pero no está funcionando —murmuró Iker.

Ella arquea su ceja y le dice. —Creer que un hijo va a fortalecer algo ya está desgastado, me pareció una gran tontería desde el primer día que me lo comentaste.

Él sonrió y bajo la mirada. —¡No me desvíes del tema! No me respondiste lo que te pregunte. Sabes que me podés contar cualquier cosa. Estoy para escucharte.

Lori, se reía y le dice. —¡Es muy vergonzoso! Pero te lo voy a contar... anoche al dormir al lado de mi esposo, me di cuenta de que hace años que no disfruto del sexo —se ruborizó y se tapó la cara con ambas manos— Me he dado cuenta de que perdí la cuenta de lo que se siente sentirse deseada.

Iker, la mira y no sabía que decir. Quedo el silencio por un momento.

—¡Te comieron la lengua los ratones! —bromeo ella— Sé que es difícil de decir algo o dar un consejo. Él siempre dice que me he vuelto fría y frígido. Pero es algo complicado para explicártelo ahora ¡Olvídate de esta conversación! Estoy por hacer unas entrevistas esta tarde, para contratar a alguien para que se encargue de los quehaceres de la casa. Necesito un poco de espacio.

—¡Eso es genial! —manifestó Iker —Si querés puedo recomendarte a la chica que trabaja en casa. Ella solo va de tarde para ocuparse del bebé mientras Sara va al gimnasio y sale con sus amigas del club. Le vendría bien un trabajo extra ¿Y qué tenés planeado?

Lori se muerde el labio y dice. —Pásame su contacto, voy a hablar con ella ¡¿Qué tengo planeado...?! Te va a sonar una locura, me anoté para aprender a tirar tiro al blanco y voy a retomar mis clases de karate.

—Pero parece una buena idea, pero... ¿Para qué quieres aprender a usar un arma? —pregunto Iker, algo intrigado.

—Tengo el deseo de saber que se siente tener un arma en la mano y disparar —mencionó emocionado Lori.

Su compañero la mira, sonrío y acotó. —Trabajar a mi lado y escuchar tantas historias de asesinatos te llamo la atención ¿verdad?

—De tantas historias e investigaciones que haces, ¿jamás te llamó la atención o nunca te preguntaste que deben sentir esos asesinos al matar a sus víctimas? —murmuró Lori.

—No es un lindo tema para hablar en un almuerzo ¿no te parece? —susurró él y le guiña un ojo.

—No respondiste a mi pregunta —insistió ella.

Él menea su cabeza de un lado a otro y dice. —He visto muchas cosas, la verdad que ya es parte de mi vida cotidiana, y para ser sincero nada me llama la atención a estas alturas de mi vida. Y la verdad, con respecto a tu pregunta, jamás pensé y no me he preguntado que se siente matar a otro ser humano. No está en mi ADN y jamás se me ocurriría suponer una locura así ¡¿Satisfecha?!

Lori, se acomoda en su silla, toma sus cubiertos para dar un bocado a su filete, y se ríe.

—Yo si lo he creído. Me imagino que se sentirá matar o torturar a alguien. A alguien que te haya hecho mucho mal. A una persona deshonesta, que te arruinó la vida o te traicionó. Cada noche fantaseo con la idea de matar a un exnovio y a una ex amiga.

Iker, la mira asombrada, y dice. —No existe el crimen perfecto. Y lo sabes muy bien, siempre y tarde o temprano se encuentra al autor material.

—Si, eso es porque son torpes, y dejan cabos sin atar. Para mí existe el crimen perfecto, las noticias y los hechos de cada día te enseñan aprender de los errores de los demás

—comentó ella.

—No me gusta nada esta conversación ¿Vas a ir la fiesta de Marc? —preguntó Iker, para desviar a Lori de esa embarazosa conversación.

—Si iré, pero sola. Mi susodicho tiene juntada con sus amigos, ya sabes, los viernes por la por la noche se juntan para beber, hablar de cuando eran jóvenes, de mujeres y quien sabe que otras cosas —comentó Lori.

—Bueno, pasaré por ti si quieres —dijo él.

—Te lo agradezco, pero iré en mi auto ¿Sara no irá? —preguntó ella.

—No, no irá —dijo él— Es noche de "chicas".

Esa misma tarde, Lori fue de compras junto a su hijo y Guido.

En el mercado, mientras estaba en el pasillo de limpieza, un hombre muy emocionado dice: —¡No puedo creerlo! Lori Opher ¿Tantos años sin vernos?

Ella voltea de lado y lo ve, justo ahí parado, con los brazos abiertos esperando un abrazo acogedor.

Lo observo de pies a cabeza, y de manera fría e indiferente dice: —¡Qué sorpresa, Izan Nutza! Tantos años, la verdad, no imaginé volver a verte ¿Cuánto pasó? ¿Trece años?

Izan, quedó con los brazos abiertos y dice.

—¡Dame un abrazo!

Ella, indiferente le da la mano para saludarlo.

—¡Estás espléndida! Parece que los años no han pasado para ti. Llegaste a cumplir tu sueño, estar en la pantalla grande y haciendo lo que te gusta, tu sueño siempre fue ser periodista— mencionó Izan muy contento— ¿Él es tu hijo?

Lori, miró a su hijo quien estaba parado al lado de ella jugando con su teléfono móvil y dice:

—¡Si! Él es mi mayor orgullo.

El hijo de Lori, observó a Izan, lo saluda y le pregunta. —¿Eres amigo de mi madre? Jamás oí hablar de ti.

—¡Sí! Fui un gran amigo de tu mamá —murmuró él.

—Si no has oído hablar de él, es porque es un lejano, muy lejano conocido. Y no es muy importante —dijo Lori— ¡Ve por tus refrescos y tus snacks, por favor!

Quedaron solos en el corredor del supermercado e Izan le dice. —Te veo todos los mediodías, no puedo creer como te deje ir.

Ella se ríe irónicamente. —¡Te vas a arrepentir cada día de tu vida! Pero no te culpo, yo también me arrepentiría todos los días si fueras tú, haces bien ¿y qué fue de tu vida?

—Cambiaste, y mucho. Podríamos juntarnos a beber un café, soy papá, tengo dos gemelos y trabajo para mi hermano en la imprenta. Por ti no te voy a preguntar por qué lo sé todo. Eres una persona famosa ahora —dijo él.

Ella frunció el ceño y dice. —Me sorprende verte, pensé que estabas muerto o en algún hospital psiquiátrico ¿y tu madre?

—¡No seas mala y dura conmigo! Me alejé de las drogas, soy otro hombre, cambié —comentó él y acotó — Mi madre murió hace dos años.

Lori se reía a carcajadas y dice. —No lo tomes a mal, pero me alegra saber que está bien muerta. Esa víbora me hizo la vida imposible, siempre me culpo a mí de tus basuras y tus mugres, culpándome a mí de la m****a que vos eras ¡Claro, vos eras un santo y yo la hija de puta! ¡Siempre jugaste a ser la víctima, eras un adicto perdido y ella me culpaba a mí, no quería abrir los ojos y ver la verdad! Me alegraste el día al saber que esa víbora se la están comiendo los gusanos diez metros bajo tierra —y seguía riéndose a carcajadas— Debo irme. Que te vaya bien y espero jamás volver a verte.

Izan, quedó frío, no esperaba esa reacción de parte de Lori. Ella no era así, siempre habría sido dócil con él. Mientras la veía alejarse le grita. —Te envíe una solicitud a F******k ¡Admítela!

Ella siguió caminando, ignorándolo por completo.

Guido la cruza en uno de los corredores y deja unas cosas en la canasta, la mira y le pregunta. —¿Te pasó algo?

—Solo vi un fantasma —respondió de manera cortante.

Al regresar a casa...

—¿De qué fantasma me hablas en el mercado?

—preguntó su marido, mientras la ayudaba a guardar las cosas — Desde que salimos del supermercado.no has dicho ní una sola palabra.

—¿Recuerdas al idiota de mi exnovio? —preguntó Lori.

—¿Te refieres al drogadicto que salía contigo antes de que nos conociéramos? —preguntó él.

—¡El mismo! Lo vi en el supermercado y se acercó a saludarme. Ya me conoces, lo traté con desprecio —dijo Lori— La única buena noticia fue que su madre murió hace un año— mientras decía aquello se reía a carcajadas.

Su marido se da media vuelta y la miraba como se reía, esa actitud le molesto mucho y dijo. —El que Izan haya sido una mala persona contigo o las cosas no hayan funcionado no puedes reírte de la muerte de su madre. Es un ser humano, la verdad es que hay veces en que te desconozco Lori.

Ella frunció el ceño y muy malhumorada dice.

—Esa vieja me hizo la vida imposible, me odiaba y ese odio esa recíproco. Era una m*****a bruja que hasta un día hizo que me arrestaran. Ojalá este pudriéndose en el infierno. Y muy pronto su hijo le hará compañía.

Se dio media vuelta y la dejó sola en la cocina. Evitó seguir la conversación.

Ella, enojada le grita. —Si Guido, vete, es lo que siempre haces.

Guido se da vuelta y le grita. —¡Muñeca, deja de quejarte tanto! Te vas a volver vieja.

Ella refunfuñó entre dientes.

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