Capítulo 16

Los errores serán corregidos cuando el libro culmine.

Bianca.

—Las reinas no son azotadas, son ellas quienes azotan a sus súbditos.

El vestido que estaba atorado en mis caderas cayó al suelo, quedé en ropa interior negra. Había sido una buena opción elegir esa lencería. Los ojos verdes de Giovanni me acariciaban la piel expuesta, comenzaba a sentirme caliente.

No podía ver a los clientes, las luces hacían que todos quedaran en la oscuridad mientras nosotros éramos iluminados por grandes focos. La música comenzó a bajar de volumen, el silencio se intensificó.

—¿Y como azotan a sus súbditos? —preguntó pícaro.

Convertí mi rostro en uno inocente y timido.

—Usan la lengua para azotarles el pene. Y si se portan bien, se llevan una lamida de regalo.

Se oyeron jadeos. Me mordí los labios para no sonreír.

Me acomodé en el sillón, tumbándome de lado con dirección al mafioso. Lamí mis labios mientras observaba sus movimientos. Empezaba a quitarse el saco. Esto se iba a poner bueno. Utilice
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo