Nuevos compañeros

La puerta de su cuarto se abrió dando la vista aun agradable lugar según ella. Muy al contrario a uno de sus compañeros de habitación que negaba desaprobando el lugar.

— ¡Me encanta! No entiendo por qué pones mala.

— ¿Te encanta? Vaya, sí que eres raro. —dijo Robert mirándola extrañado.

—Bueno, sí ya me lo han dicho antes. —Dijo Alex. — ¿Escogemos dormitorio ahora o esperamos a que lleguen los demás?

—No, mejor ahora, faltan dos todavía. Así escogemos los mejores, si es que hay.

Así se dispersaron cada uno por un lado, mirando cada uno de los dormitorios, Alex tomó el lado derecho, abrió la primera puerta y vislumbró una estancia pequeña con un ventanal que daba hacia los patios traseros del edificio, un pequeño armario y una cama al fondo, también un escritorio y un estante de medio metro en una esquina. "Me gusta" pensó Alex recorriendo el lugar. Salió convencida de que esa sería su habitación, mientras que veía a Robert mostrarse renuente ante la elección de habitaciones pues todas le parecían muy pequeñas, finalmente decidió escoger la habitación contigua a la de Alex.

Alex le preguntó sobre los horarios, y fue hasta entonces que Robert se dio cuenta de que no los tenía consigo, así que salió del departamento y se fue a la universidad. Mientras tanto Alex recogió su equipaje y se instaló en lo que durante seis meses sería su hogar.

En eso estaba ella cuando escuchó que alguien abría la puerta principal, salió a verificar si era Robert pero se encontró con dos chicos, ambos castaños y de ojos canela, obviamente eran hermanos, pues el parecido era mucho, lo único que los diferenciaba era el sexo, pues el primero era una mujer  y el otro un enclenque chico con fachada de ratón de biblioteca, sus gafas de armazón grueso y negro, lo decían todo. Además de que ambos tienen el pelo del mismo color Castaño oscuro con ligeras ondas en las puntas.

—Hola. —Saludó la chica de pelo castaño ondulado. —Mi hermano menor se hospedará aquí con ustedes.

—Oh, muy bien yo también estaré aquí. —Dijo Alex, para presentarse después.—  soy Alex Sánchez.

—yo soy Kloe y él es mi hermano Logan. —la chica hizo sus respectivas presentaciones.

—Mu—mu—mucho gusto. —dijo dificultosamente el chico.

“Parecen que fueran gemelos”. Pensó la chica de cabello castaño oscuro, la piel clara como la leche y las ligeras ondas en su ambos cabellos —Igualmente, mira puedes escoger estas habitaciones, porque las demás ya están ocupadas. —explicó Alex, señalando las habitaciones de la izquierda.

—Gra-gracias. —dijo el joven de aproximados diecisiete años.

— ¿Tú también te quedas?—preguntó Alex a Kloe.

—No, yo no, yo estoy en otro edificio. —explicó la joven.

—Muy bien Logan te ayudaré a desempacar.—le dijo la chica a su hermano, mientras le ayudaba con una enorme maleta que al parecer pesaba horrores.

— ¿Te ayudo?—preguntó Alex, al ver que los chicos batallaban.

—No es necesario, gracias. —dijo Kloe con la cara colorada por el esfuerzo de cargar eso.

Los hermanos se pusieron a lo suyo, mientras que Alex fue a la cocina y revisó los almacenes de comida (armarios...) no encontró ninguna clase de alimento, y ya tenía hambre, por lo que entró a la habitación del nuevo inquilino y preguntó si conocían algún lugar cercano para abastecerse de víveres. Kloe le dijo que sí y le dio la dirección. Así Alex salió del departamento, caminó una cuadra, volteó a la derecha y unos pasos más allá encontró un mini súper mercado.

Lo primero que hizo ya adentro del súper mercado fue tomar un carrito para hacer las compras de la cocina "Esta vez correrán por parte mía, pero después ya haremos cuentas. Que no se acostumbre Robert a que yo compre todo" pensó la chica.

Mientras tanto recorría las estanterías repletas de productos, cuando hubo comprado todos los alimentos, recordó que ella también necesitaría algunas cositas, entonces se dirigió hacia los estantes del fondo, que contenían productos de limpieza personal, ahí encontró variedad de productos, tomó los necesarios, pasó por un especie de farmacia y tomó algunas vendas, después notó que había algo importante que debería llevar: una caja de…

— ¿Tampones?—cuestionó una chillona voz detrás de Alex.

—Maldición. —masculló ésta cerrando los ojos fuertemente.

— ¿Alex?—volvió a preguntar la pelirroja desconcertada.

—Si —dijo Alex volteándose a mirar a la chica.

— ¿Para quién?—cuestionó Alicia alzando una de sus finas cejas.

"Obviamente para mi tonta" pensó —para…para... — "Recuerda que eres un chico y ellos NO tienen menstruación" " ¿Por qué demonios ellos no?" —…para…—siguió repitiendo como disco rayado " ¡usa el cerebro Alex, inventa algo!" —…para mi novia. —dijo lo primero que se le vino a la cabeza.

— ¡Tu novia!—exclamó Alicia sorprendida, para luego rectificar su actitud — ¿Tu novia? No sabía que tenías novia Alex, bueno, y ¿dónde está?—cuestionó de nueva cuenta Alicia estirando el cuello y mirando alrededor.

—En mi departamento, su periodo comenzó hoy y me pidió que le consiguiera unos tampones ¿Cuáles me recomendarías?—dijo Alex tratando de no pisar terreno peligroso.

—Qué tal….estos. —dijo Alicia, cogiendo una caja de tampones extra largos y blandiéndolos ante la mirada atónita de Alex.

— ¿No te parecen demasiado grandes?—preguntó Alex mirando atentamente el diseño del tampón, y tragando fuerte.

—La verdad no, a mí me gustan grandes— dijo Alicia, poniendo un tono malicioso y con doble sentido en la última frase.

—Creo que me quedo con éstos—se decidió “la chica de cabello oscuro” agarrando  dos cajas de tampones de medida normal.

Se dio la vuelta y dejó atrás a Alicia, que ni lenta ni perezosa la siguió hasta la caja con la canastilla colgando de su esbelto brazo.

Aunque Alex le dijo que tenía prisa, la chica se negó a dejarlo pues quería conocer a su novia, así que se fue con Alex hasta el apartamento donde vivía, una vez ahí, la chica le dijo que ella se quedaría en el edificio de enfrente cosa que realmente le importaba un comino a Alex pues, estaba pensando muy seriamente en deshacerse a toda costa de esa pelirroja de mente hormonal.

Subieron por el ascensor y cuando hubieron llegado frente a la puerta de departamento Alex sudaba la gota gorda, abrió lentamente la puerta y encontró sentados en la sala a Robert, Logan y a la hermana de éste, todos conversando animadamente, se notaba que Robert era muy sociable.

—¡Alex! Hiciste las compras, hombre gracias. —dijo Robert levantándose del sillón para ayudarle a su "amigo" con las compras.— ¡Alicia!

—Hola Robt. —saludó ésta al chico con ese apodo cariñoso.

— ¿Qué haces aquí?—preguntó Robert sorprendido.

—Vine a saludar, me encontré a Alex en el supermercado y le dije que me presentara…

—El apartamento, ella quería conocer el lugar, ¿sabías que ella se quedará en el edificio de enfrente?—preguntó Alex cambiando el tema radicalmente.

— ¿En serio? Vaya, podrás visitarnos seguido entonces. —dijo Robert mirando traviesamente a Alex.

—Alex eres un mal educado ¿no me presentas a tu novia?

— ¿Su novia?—dijo Robert confundido.

Alex sintió que el aire de sus pulmones se escapaba, miró a Alicia, volteando tan bruscamente el cuello que se hizo daño, sobándoselo miró a Kloe, que lo miraba con una ceja alzada.

— Kloe Cortez —dijo Alex   presentándola mirando a ésta que abrió la boca en señal de sorpresa, la chica de cabello oscuro le guiñó un ojo en señal de complicidad.

— Alicia Pérez— dijo está yendo hacía la chica que ya se había puesto de pie.

—Mucho gusto—dijo Kloe mirando alternativamente a Alex y Alicia.

En ese momento Alex volteó hacia Robert y le hizo una seña que indicaba claramente que mantuviera la boca cerrada.

—Kloe cariño, te traje lo que me pediste, vamos a mi habitación, con permiso chicos—dijo Alex tomando de la mano a Kloe y llevándosela consigo, ante la mirada atónita de Logan.

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