Ambición, inocencia y amabilidad

El sol Comenzaba a pintar de verde intenso las hojas de los frondosos árboles que rodeaban la aldea y daban sombra al camino hacia el Castillo de Plata, en donde ya llevaban adelantadas sus labores del día. 

Mupi, se había levantado temprano, antes de irse, ayudó a su mamá a preparar las comidas, y al terminar, le dio un beso a su madre y se fue a su lugar de entrenamiento.

En el Castillo de Plata, los sirvientes, mucamas y cocineros, cumplian con sus deberes, andando de un lado a otro. Druposqui, se levantaba temprano, para junto a su caballo Fausto, irse al lago a respirar y escapar de los maltratos de su hermano mayor, a veces pensando en sus padres se ponía a llorar.

Aquella mañana, Druposqui salió como siempre hacia el lago, al llegar se acomodó en su lugar favorito, desde donde contemplaba con amplitud las brillantes y cristalinas aguas, Fausto se acostó junto a él y acariciando la crin de su caballo el chico contemplo el paisaje en silencio.

Mupi, había estado entrenando desde un poco mas temprano y escucho, los cascos del caballo, y llevado por la curiosidad, ahora observaba oculto entre los árboles al chico de cabello negro, sentado frente al lago, no lograba ver su rostro, ya que se encontraba de espalda a el espía.

Druposqui, no se percató de que lo observaban, aún acariciaba a su caballo, luego con tristeza le dijo:

—Sabes Fausto, no estaría mal tener a alguien con quién hablar, un amigo de verdad, que me escuchara y me apoyara.

Mupi notó la tristeza en el tono de voz del chico, y luego se preguntó, si había otra persona con él, aunque abrió los ojos muy grandes, cuando el caballo resoplo en respuesta, el joven se dio cuenta que el chico le hablaba a su caballo. El hechicero frunció el ceño y susurró para sí mismo:

—Este chico esta loco.

Entonces escuchó que El chico habló nuevamente y dijo:

—Extraño tanto a mis padres, y mi hermano es cada vez mas cruel.

Mupi, esta vez sintió el dolor que tenía aquel chico y al ver que este se levantaba se oculto tras el tronco del árbol que lo cubrió completamente. Druposqui, no se percato de su presencia, solo monto en su caballo y se marchó de regreso al Castillo, Mupi al oir que el sonido de los cascos se había alejado, salió de su escondite y se marcho a la aldea.

Cuando Druposqui llegó al Castillo, luego de colocar a su caballo en el esrablo, decidió quedarse en el patio entrenando esgrima con los muñecos de madera que usaban los soldados. Utilizo una hora entera para eso, al terminar, lavó sus manos y su cara que estaba sudada. El chico entró al Castillo y se dirigió al gran comedor, donde una larga mesa de 24 puestos, vacía lo recibió, tenía que desayunar solo, puesto que Silver no había despertado, según le informóSailer su Lacayo. El muchacho comió tranquilo y después fue a repasar algunas lecciones; ya que como futuro conde del Castillo, el chico debía conocer de diferentes materias, básicas, Historia, protocolo, lectura, escritura e ingles. Silver no tenia que hacer eso, su deber era guiar al ejército, aunque este quería mucho más, tras ser nombrado general, creo enemistad con grupos diferentes, incluído el rey Misem del Castillo Dorado, con el cual rompió su alianza, sin un motivo mas banal que la ambición de obtener los tesoros de dicho rey.

Silver maltrataba a su hermano, tal vez con la esperanza de matarlo y el volverse amo y señor del Castillo de Plata; a veces sin razón justificable, castigaba a Druposqui, en algunas porque el joven mostraba desacuerdos por las acciones de su hermano. Así sucedió, que tras una fuerte discusión, aquel mismo día antes del almuerzo el joven conde fue encerrado en su habitación, sin permitirle ninguna comida, de las que restaban aquel día, pero siendo tan inteligente, Druposqui, tenia escondidas en su habitación frutas y galletas, así que si el plan de su hermano era matarlo de hambre, nunca lo conseguiría.

Mupi se encontraba preparando la cena junto a su madre y 0ensando en las tristes palabras del extraño chico y a su vez pensando que de no tener a sus padres tal vez el también se sentiría solo triste, ese dolor se apodero del chico, su mamá, lo observaba y se dio cuenta, pero no quiso preguntar nada en ese momento. Cuando ya la cena estaba lista, Mupi subió a labvarse para poder cenar.

En el Castillo de Plata Druposqui terminaba de comerse una manzana, en su habitación, pensó que el castigo duraría mucho más, cuando de pronto un toque con firmeza a la puerta lo hizo sonreir y negado con la cabeza, dijo con tono de fastidio:

—Sigo aquí—Prnso en que era ilógico que tocaran la puerta, puesto que lo habían encerrado bajo llave.

Entonces el sonido de la llave sacando el seguro de la puerta le dio a entender que su castigo había sido levantado. No obstante, Druposqui continuo tumbado en su cama como si nada, la puerta se abrió con un click y las bisagras chirriaron, sonidos que fueron secundados por la extruendosa e irritante voz de Sailer quien anunció:

—Mi señor Silver, Te permitirá cenar y espera que aprendieras la lección.

—No, no la aprendí, no sabia que lección tenía que aprender—Respondió obstinado Druposqui.

El muchacho se levantó de la cama y camino erguido, y sin mirar a Sailer, paso por su lado con altivez y sin agregar nada mas, pero el lacayo lo tomo del brazo antes de que el chico cruzará por completo el umbral de la puerta, El jóven lo miró desafiante y Sailer lo atrajo hacía el con brusquedad y le espetó:

—Escucha, mocoso insolente, yo le sugerí a mi señor que te dejara mas día, así quizas o aprendías o te morias de una vez.

Con la misma brusquedad de antes el hombre soltó al chico, quien no pudo decir nada y tenía la respiración agitada y sentia que el corazón saldría de su pecho, el podría ser a veces muy altanero, pero aún era un niño. Druposqui espero a que el Lacayo se alejara y salió de la habitación dirigiéndose al comedor.

Cuando llegó, a el gran comedor, y caminando a su puesto, observó a Silver, y detrás de este estaba parado Sailer, ambos intercambiaron miradas, y el chico se sentó, el silencio reino y enseguida los chef sirvieron un pollo guisado con papas y zanahorias, y una deliciosa crema de espárragos, Druposqui inició con la Sopa, mientras que Silver se sirvió algo de pollo, y antes de comenzar Silver sin mirar a su hermano picando un trozo del ave interrogó:

—¿Disfrutaste tu tiempo a solas? 

—Tuve que— contesto Druposqui, y comió una cucharada de sopa.

—¿Y aprendiste tu lección?—Preguntó el hechicero, colocando un poco de pollo y papas en su boca.

—No—Respondió Druposqui— no supe cual era—Terminó de decir indiferente.

Silver se puso serio. Y continuaron comiendo en silencio. De pronto Druposqui dejó los cubiertos y mirando a su hermano en voz fuerte reclamó:

—¿¡Por qué eres tan cruel hermano!?

—¿De qué hablas Dru, soy severo, pero no malo—Miro a Druposqui y replicó— ¡Ja!, Seguramente lo dices porque te regaño y castigo, ya veras eso me lo terminaras agradeciendo.

—No, Silver, no se trata de mi todo el persona del Castillo; mucamas, cocineros, mayordomos, te temen—Negó y explicó el chico.

—Yo, no tengo porque trata bien a la servidumbre les enseño quien manda, lo entenderás cuando crezcas.

—Espero no entenderlo nunca.

—¡Suficiente hermano!—Exclamó Silver—, termina de cenar y mas vale que te duermas témprano, mañana, iremos a recaudar los impuestos a la aldea cercana y vendrás conmigo, debes aprender a enseñar a los subordinados quien es el que manda.

—Esta bien—Acepto sin animo el jóven.

Silver se retiro primero junto con Sailer y ya cuando Druposqui, termino de comer, se dirigió a su habitación.

El Castillo de plata era sombrío y silencioso durante las noches, tanto que parecía estar deshabitado; solo cuando la brisa rozaba las hojas se rompía el silencio en con el sonido del roce de una contra otra.

Comenzaba a amanecer y los rayos del sol pintaban las hojas de un brillante verde. La aldea a tempranas horas iniciaba su movimiento comercial, un señor regordete de cara afable, tocaba las puertas de las casa.

Mupi, se había levantado y una vez listo para salir bajo y pasó a la cocina para buscar algo que comer antes de irse, vió la castaña cabellera de su madre y sonrió, la mujer sintió su presencia y lavando algunos trastes preguntó: 

—¿Entrenaras duro hoy?

—Sí, aun no domino el poder del viento y por eso me voy mas temprano—Explicó el chico.

—Ya veo, el Viento no es facil de dominar, pero quizás esto te de energía—continuó la Hechicera, se acercó a su hijo y le entregó un envase redondo envuelto en un paño, Mupi lo tomó y sonrió—Mucha suerte pequeño.

—Gracias mamá—el chico la abrazó.

Y se dirigió a la puerta principal, atravesaba la sala cuando, escuchó que sonaba la puerta, el joven se detuvo,que tocaran a esa hora de la mañana era raro. El Hechicero Anterios, padre de Mupi, salió de la habitación principal justo en aquel momento y fue a abrir la puerta, Mupi se aproximo detrás de su papá y cuando el hombre abrió, tras el rectangular madero, apareció la cara redonda de un hombre rechoncho y bajo, con mejillas sonrojadas y ojos grandes.

Al verlo Anterios, saludó con amabilidad

—Buenos días Señor Moon, ¿Cómo esta?

—Buenos días, Señor Anterios, si que hace una hermosa mañana.

—Estoy de acuerdo, y ¿a que debemos el honor de su visita Delegado?—Preguntó curioso Anterio.

—Pues, verá estamos ya a fin de mes y me ha llegado esta misiva de que el líder temporal del Castillo de Plata, Silver, pasará recogiendo al medio día el dinero de los impuesto—Explicó rápidamente el hombrecillo.

—Entiendo, tendremos preparado todo para la hora indicada.

—Muy bien, Anterio, Hasta luego.

El Hechicero, cerró la puerta y dio un suspiro algo frustrado, Mupi lo vió y preguntó:

—¿Qué quería el señor Moon, papá?

—Solo vino a avisar que al mediodía vendran del Castillo por los impuesto— Contestó Anterio, volteando a ver a su hijo.

—Querido tengo preparado dos meses en una bolsa de cuero que esta sobre la nevera—Intervino Jazmín que se había acercado a la sala y escucho lo de los impuestos.

—¡Vaya¡ cariño eres maravillosa.

Los padres de Mupi comenzaron a ponerse Cariñosos y el chico se aproximo a la puerta, su padre, se percató del movimiento del muchacho y al verlo vestido y con un plato en su mano y un bolso en su espalda, preguntó: 

—¿Tan temprano entrenar hijo?

—Sí, papá—contestó el chico, y abriendo la puerta agregó—no te preocupes, regresaré antes del medio día.

—Perfecto Mupi, mucha suerte.

—Gracias Papá.

El chico se marchó al lugar de siempre y allí, con la brisa que sopló, fue de ayuda para iniciar.

Mientras en el Castillo de Plata, Druposqui ya había desayunado, como ya era habitual en esos días y Salió al patio a entrenar un poco. Cuando se dirigía al área de entrenamiento, se dio cuenta que recién llegaba una tropa fe soldados que vivían de su misión y entre ellos vió a Alexander su entrenador y amigo, corrió contento a saludarlo, sin fijarse que silver lo observaba desde una ventana alta y con repugnancia notó la felicidad de su hermano al hablar con el que para el era solo un vulgar soldado, luego de saludar a Alex Druposqui decidió salir al lago junto con su caballo Fausto. Al llegar se sentó donde siempre y pensó, mientras sentí la brisa.

Mupi, había comenzado a dominar el viento e intentó absorber toda la brisa y luego devolverla. Druposqui del otro lado del lago, sintió el repentino cambió del viento y una energía poderosa, pero cuando se levantó para seguirla el reloj de la aldea dio su primera campanada, anunciando que faltaban 5 minutos para el mediodía y cada chico de su lado volvió a su respectivo lugar.

El en Castillo, Druposqui esperaba en el frente a Silver mientras preparaba bien a Fausto. Cuando su hermano estuvo listo, Salieron con cinco escoltas entre ellos Sailer hacia la aldea.

Mupi ya estaba en su casa y ya se habia cambiado de ropa. El señor Moon paso nuevamente por cada casa, solicitando que salieran al frente de cada entrada y al tiempo que la familia fe hechiceros salía a la entrada, los caballos de los líderes del Castillo hacian su aparición en la entrada de la aldea 

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