Antes de entrar en la habitación, ambos se enderezaron la ropa y pusieron una fachada tranquila.
"Entonces, ¿qué vamos a hacer, Xeno? Mis hermanos tienen los ojos puestos en tu tienda. Además, tú eres el que se metió con el primo de mi hermano, de todas formas. ¿Por qué no firmas el m*ldito papeleo, de una vez?", dijo Grover al entrar, antes de señalar los papeles que había sobre la mesa.
Quazzie entró después e inmediatamente abofeteó la cara de Xeno.
Él tuvo suerte de que los brazos de Xeno estaban atados; de lo contrario, ¡habría recibido un golpe rápido en el estómago!
"¡Váyanse a la m*erda, hijos de p*ta! ¿No tienen pelotas? ¡Peleen conmigo, uno a uno, como hombres de verdad, cobardes!".
Los ojos de Xeno estaban enrojecidos.
Esta vez, fue el turno de Grover de abofetearlo. Él se iba a asegurar de que los tres sufrieran, por haberle puesto en semejante situación. Aunque para que los atraparan, la policía seguiría necesitando evidencias. No había forma de que pudieran en