Edda llega a su casa después de un largo día de trabajo y su hermana Amit la sorprende porque le preparó la cena, la mesa ya estaba servida, la había estado esperando para comer juntas.

— Bienvenida hermana, ojalá que tengas hambre, preparé una rica cena para las dos, en verdad espero que te guste es uno de mis platillos especiales, el que mejor me queda — le dice a su hermana apenas la ve entrar por la puerta del departamento.

— ¡Dios mío!, estoy impactada, no sabía que supieras cocinar, nunca me habías servido una taza de café hasta el día de hoy, has cambiado de verdad o ¿solo lo estás haciendo para quedarte más días en mi casa? — sabe que su hermana no hace nada sin querer ganar algo a cambio, pero principalmente sabe que lo está haciendo para que no les diga a sus papás en los problemas en los que está metida.

— ¿No te puedo amar de verdad? Cierto, tú siempre crees que hago algo con algún motivo oculto, no confías en mí — le reclama a Edda y se va del comedor, se hace la ofendida