Liam y Colin empezaron a dar órdenes a hombres y mujeres, cada uno en sus posiciones. Las mujeres estarían atrincheradas y atacarían a distancia cuando pudieran y fuera seguro que no iban a herir a ningún camarada. Los hombres se transformaron todos y se aproximaron al bosque, allí tendrían más ventaja porque conocían a la perfección el territorio y la ubicación de las trampas. No debieron esperar demasiado, los veloces lobos enemigos llegaron a la parte del bosque donde los esperaban, eran veinte intrusos y Aidan rugió con fuerza y con rabia al verlos. No parecía que esos lobos fueran lo suficientemente jóvenes para ser inocentes. La tierra tembló un poco bajo sus patas y sus ojos dorados se encendieron como dos llamas ardientes. Rápidamente localizó al líder, era un enorme lobo negro de aspecto salvaje, traía su espeso pelaje enmarañado y con algunas hojas pegadas. —Déjenme al negro, los demás, de a dos cada uno. El grupo de respaldo espere en la línea, no intervengan a menos que s
Los gélidos ojos de Callum se clavaron en las flamas encendidas que eran los de Aidan y parecía que el tiempo se había detenido. Los demás lobos peleaban esa lucha sangrienta y dolorosa que definiría de una vez por todas el destino de las dos manadas.Garvan peleaba por su derecho a vivir, a tener la clase de vida que merecían y que nunca debieron perder, también por un poco de una anhelada venganza que, aunque no devolvería nada de lo perdido, al menos les daría la satisfacción de saber que ya no eran los cobardes que agachaban la cabeza y se dejaban pisotear. Serían una manada digna y respetada en adelante.Los enormes lobos se acercaron uno al otro a paso lento sin dejar de mirarse, eran por mucho los más grandes del lugar, ambos con presencias imponentes y cualquiera que debiera enfrentarse a alguno, estaría cagado de miedo.El cuerpo de Callum emitía un vapor gélido que enfriaba todo el ambiente, era como si de repente hubiera llegado el invierno y el suelo se iba congelando a su
Aidan recordó en ese instante la batalla de su padre, pensó en el momento en el que la ira cegó el corazón de Rowan y se dejó llevar de tal manera, que torturó a mujeres inocentes delante de sus parejas, quienes eran los lobos traidores, solo para que confesaran quiénes más estaban involucrados en esa rebelión. Lo consiguió, obtuvo la verdad, pero ¿a qué costó? Al precio de perderse a sí mismo, de perder todo lo que amaba y todo lo que era. No había valido la pena.Él no sería eso, Callum no lo valía. Aidan tenía una hermosa esposa esperándolo en casa con su hijo nonato. Tenía dos pares de padres que lo amaban y necesitaban, tenía un hermano valeroso y fuerte que pronto le daría sobrinos. Tenía amigos que a su vez poseían familias que amaban, tenía una manada que liderar y proteger. Callum no valía perder nada de eso. Le daría lo que él nunca mostró en su vida. Eso que hacía a Aidan diferente de él.Le daría piedad.Para ese momento, Callum yacía acostado en el suelo revolcándose en l
Dentro del cuartel se vivía un ambiente muy tenso, las mujeres habían pasado la noche rezándole a la Madre Luna para que protegiera a sus seres queridos.El pequeño bebé de Moira era el ancla de las tres hermanas para no caer en la desesperación. Ahora que no estaba embarazada, Moira ya no sentía a su esposo a tanta distancia, ellas les habían perdido el rastro varias horas atrás y no sabían nada. Nuevamente, fueron los llantos desgarradores de las madres que perdían a sus hijos quienes les hicieron saber que la batalla ya se estaba efectuando y la angustia se apoderó de todos en ese lugar.Las horas fueron una tortura eterna, hasta que el alba empezó a despuntar y entonces las presencias de sus seres amados se sintieron más cercanas, al menos de algunos de ellos, el corazón de Brianna saltó emocionado al sentir a Aidan aproximarse, su esposo estaba vivo y a salvo y eso la hizo llorar de alivio, pero Caitlin y Moira no lograban sentir a sus compañeros, el miedo era demasiado como para
El pasado…Los días normales son los más peligrosos, esos en los que todo está tranquilo, el sol brilla en el cielo, la suave brisa acaricia la piel y todo parece estar perfectamente bien.Son esos días en los que no se está preparado para que ocurra una tragedia, los que terminan marcando un antes y después en la vida. Esos días que se vuelven inolvidables y no precisamente por una celebración especial, sino porque son un tatuaje grabado a fuego en la memoria, el día en que todo cambio.Aidan lo sabe bien, por eso odia los días normales y recuerda, como si hubiera ocurrido ayer y no hace diez años, el día en que su mundo se vino abajo.Era un maldito día normal, él se despertó como todos los días en el mismo cuarto con sus hermanos, cada uno tenía el suyo, pero sus hermanos menores: Liam y Nessa, siempre insistían en dormir con él y se colaban en las noches a su habitación invadiendo su cama y, aunque él siempre refunfuñaba, la verdad era que a Aidan le encantaba que ellos hicieran e
No hubo nada que Aidan pudiera hacer, él no era rival ni para uno solo de ellos, mucho menos para cuatro. Se acorraló a sí mismo contra un gran tronco escondiendo a su hermanita en su espalda y rezando para que Liam ya hubiera encontrado a los adultos y la ayuda llegara rápido, antes de que los destrozaran. Uno de los hombres se convirtió a su forma humana y era un tipo grande de mediana edad, mayor que su padre, con una fea cicatriz en la cara y una sonrisa siniestra.—Cambien, quiero sus nombres. —ordenó con una voz gruesa y potente que hizo estremecer a los dos pequeños.Aidan negó con la cabeza, estaba muerto de miedo y en su forma humana sería aún más débil y vulnerable, no podía hacerlo, él debía proteger a la niña.—No me gusta repetir, cambien ahora o lo harán siendo cadáveres.Los lloriqueos de Nessa se convirtieron en gañidos de terror y luego en sollozos descontrolados cuando estuvo en su forma humana y Aidan no tuvo más remedio que cambiar también.—Sus nombres.—No le dir
El ruido molesto de pasos, voces y cosas moviéndose lo despertó. Aidan abrió los ojos con parsimonia mirando su entorno con cautela para saber dónde había amanecido esta vez. Reconoció las paredes, los muebles, el desorden. Bien, era su propio cuarto, así que el ruido se estaba produciendo en su apartamento y eso hizo un click en su cabeza, se suponía que él vivía solo ¿Quién diablos estaba en su casa?Se levantó rápidamente y comprendió su error cuando su cabeza punzó y un mareo lo atacó haciendo que todo girara a su alrededor. Debió beber realmente demasiado para tener resaca, a un cambiaforma como él no debería afectarle casi el alcohol. Se vistió con un pantalón de chándal y salió de su habitación con cautela, poco antes de llegar a la sala, reconoció las voces y maldijo mentalmente.—¡Aidan! —Una alta y delgada mujer se acercó a abrazarlo y él correspondió de inmediato—. Apestas, cariño.La mujer arrugó la nariz y lo miró con reproche al mismo tiempo que él rodaba los ojos.—Hola
«Luego de la tragedia, toda la aldea estaba de luto, habían muerto padres, esposos, hijos, hermanos y amigos. Todo había cambiado desde ese día, los adultos estaban en alerta, los niños no podían estar solos en ningún momento, un grupo de hombres siempre los llevaba y traía de clases, incluso empezaron a construir una nueva escuela en el borde de la aldea, no tan alejada como la anterior.Aunque el sol brillara en el cielo, los días eran sombríos para todos, especialmente para Aidan. Él sufría demasiado y se preguntaba por qué no había muerto, hubiera sido mejor para él. En uno de sus días malos se fue hacia el río, le tenía mucho miedo al bosque, cuando necesitaba estar solo prefería recorrer las bonitas praderas cercanas al río y distraerse un rato intentando pescar.Estaba distraído y no notó la presencia de su amiga acercándose, solo cuando la chica posó la mano en su hombro y el susto fue tal, que su reacción inmediata fue empujarla y lanzarse sobre ella, haciéndola caer en el pa