El secuestro de mujeres y niños para la explotación sexual, se había convertido en el negocio más lucrativo de los delincuentes, yo desconocía este tema, era tan ingenua y confiada, que nunca me imaginé que en este mundo existían peligros que pudiesen estar tan cerca de mí, por ese motivo, tomé el riesgo de irme a vivir sola a otro país desconocido sin saber lo que me esperaba en el camino…
Mi madre siempre me dijo que era peligroso salir sola de madrugada sobre todo a lugares desconocidos, porque algunas personas ebrias o drogadas que se encontraban en la calle podrían faltarme el respeto, yo crecí con esa idea en mi mente, y por esa razón, pocas veces salí de noche, mis amigas se burlaban de mi forma de pensar, me llamaban anticuada y miedosa, incluso, en mi trabajo, algunos compañeros hacían comentarios despectivos sobre mi temor, y lamentablemente, yo tenía que aguantar las burlas, pero, un día, todo cambió, y ese cambio se dio a partir de la llegada de una nueva compañera de trabajo llamada Dora.
—Marian, mucho gusto, me llamo Dora.
—¿Cómo es posible que sepa mi nombre si apenas está llegando? —le pregunté con una sonrisa.
—Es muy fácil, estaba entrando cuando escuché tu nombre.
—¡Claro!, escuchaste su nombre porque Marian es la chica más miedosa de esta oficina —dijo Marcos, soltando una carcajada.
—Quizás Marian tenga un trauma y por eso sea tan miedosa —exclamó Inés, sosteniendo entre sus dientes un lapicero.
—Yo creo que alguien le faltó el respeto en una fiesta, por eso nunca nos acepta una invitación —afirmó Jorge, cruzando las piernas—. Sería buena idea reunir dinero para pagarle un psicólogo.
—Creo que ya es suficiente, deberían respetar las opiniones de Marian —reaccionó Dora alzando la voz y golpeando la mesa.
—¿Quién eres tú para hablarnos de esa forma? —preguntó Inés.
—Soy una persona muy influyente que puede lograr que hoy mismo ustedes sean despedidos.
Hubo un gran silencio, nadie dijo nada, todos salieron de la oficina, yo me quedé perpleja, y luego le pregunté a Dora, si era cierto lo que ella había dicho.
—¿Es cierto que eres una persona muy influyente dentro de la empresa?
—¿Por qué lo dudas? —Dora comenzó a reírse a carcajadas.
—¿Quién eres?
—¿Te lo creíste Marian? —preguntó Dora.
— ¿En serio? ¿Es mentira lo que dijiste? —ambas comenzamos a reírnos a carcajadas.
—Es mentira, pero no le digas a nadie, es mejor que ellos no se enteren de la verdad, así se quedarán tranquilos y dejarán de molestarte.
—Eres muy habilidosa, jamás hubiese inventado algo similar.
—Yo soy una actriz —una vez más comenzamos a reírnos.
—Te doy el contrato de actriz —le respondí a Dora, mientras me daba golpes en el pecho por haberme reído con exageración.
—Me agrada hacerte reír, nadie tiene derecho de humillar a nadie.
—Nunca imaginé que volvería a sonreír en esta empresa, y mucho menos de esta forma.
Después hicimos silencio y desde ese día, nadie se atrevió a burlarse de mí, pasaron varios meses y Dora me invitó a una fiesta, yo no tenía ganas de ir, pero sentí que ella era la única persona que me aceptaba y me comprendía, mi compañera fue muy hábil para convencerme, ella me prometió que me iba a cuidar y que encontraría un taxi seguro para las dos, yo creí en sus palabras, y el fin de semana me preparé para ir a la fiesta, todo estaba bien, pero yo sentía algo extraño en mi corazón, era como una especie de angustia inexplicable, ese día, estuve a punto de no asistir a la fiesta, pero Dora me llamó. Riiin… Riiin….
—¡Aló! —respondí.
—Hola Marian, ¿cómo estás?
—Estoy muy bien, ya terminé de arreglarme, pero me siento muy cansada, me hubiese gustado dormir.
—Marian deja los nervios, todo estará bien, espero contar con tu compañía, no quiero estar sola en una fiesta con tanta gente.
—No te preocupes, yo estaré contigo, ya estoy comprometida.
—Marian, también quería decirte algo, hoy tuve una discusión muy fuerte con mi novio, él me llevará a la fiesta, pero no pude pedirle que te busquemos, hemos discutido muy fuerte.
—No conozco a nadie que me pueda llevar, tendré que quedarme en casa.
—De ninguna manera, ya envié a un amigo de confianza para que te recoja, y de regreso ya tengo contratado un taxi para las dos.
—Es una pena que hayas discutido con tu novio, en realidad, pensé en quedarme, pero te has portado muy bien conmigo y no te quiero defraudar.
—Me parece muy bien que aprecies a tu única amiga, te comento que hace media hora mi amigo salió a buscarte, ya debe estar llegando a tu apartamento, por favor, no lo hagas esperar porque tiene mucho trabajo en la noche.
—Bueno, ya estoy lista, no hay problema.
—Ok. Entonces nos vemos más tarde.
—Está bien, nos vemos.
Apenas me despedí de Dora, llegó un carro rojo, bajé muy rápido y cuando me acerqué al carro, sentí temor porque el hombre no venía solo, estaba acompañado. El amigo de Dora, sintió mi temor y me dijo: estos son mis primos (Cleyver y Jackson), los hombres fueron muy amables conmigo y me saludaron con una sonrisa, pensé que quizás estaba exagerando con mi temor y subí al auto.
Mientras el chofer manejaba, había un gran silencio, pero al transcurrir como quince minutos Cleyver y Jackson, comenzaron a discutir por un dinero, en realidad, no entendía nada, el conductor les pidió que guardaran silencio.
—¿Te molestan mis primos? —me preguntó el chofer acomodándose el cuello de su camisa.
—No te preocupes, todo está bien —le respondí.
—Cuanto tiempo tienes acá —volvió a preguntar el chofer.
—Ya tengo tres años.
—Veo que no estás acostumbrada a salir de madrugada.
—En realidad, no.
—Estás muy joven, tienes que salir, uno necesita conocer la calle.
—No tengo tiempo para conocer este país porque trabajo demasiado.
—Deberías dedicarle más tiempo a la calle, alguien podría secuestrarte y tú ni cuentas te darías.
— ¿Oye porque te estás desviando de la dirección? —pregunté con mucho temor.
—Me dijiste que conocías pocos lugares ¿Cómo sabes que nos estamos desviando?—Esa pregunta, es extraña, ¿explícame por favor por qué te estás desviando de la ruta?—Seguramente te vamos a secuestrar —respondieron Cleyver y Jackson de forma sarcástica.—Detén el auto, voy a bajarme en enseguida.—Cállense estúpidos, dejen de molestar —les dijo el chofer a sus primos gemelos.—Bueno, si no te gusta, nos bajamos aquí, pero nos bajamos con ella.—¿Qué está sucediendo?, me estoy poniendo nerviosa, ¿ustedes están bromeando?—No estamos bromeando, estamos diciendo la verdad, te vamos a secuestrar —gritaron los gemelos.—No le hagas caso, hoy es luna llena y mis primos se vuelven locos con el cambio de luna.—Ahuuu, somos unos lobos y te vamos a comer —dijeron los primos del chofer.—¿Qué les pasa? —les pregunté.—Nada, tenemos hambre —respondieron los gemelos.—Cállense, parecen unos idiotas. —Les gritó el chofer.—No fastidies, nos estamos divirtiendo con esta miedosa.—Yo también me voy a
—No te puedes ir. —Me alzó la voz con seriedad y firmeza.—Perdóname, no sé qué sucedió, quizás alguien me dio alguna droga y tome tu dinero, pero te juro que no soy una ladrona.—Yo sé, que no robaste nada, eres un encargo, ese dinero fue lo que pagaron por ti, ¡estás secuestrada!—¡Qué!, no, no es cierto.—Si es cierto, estás secuestrada, pero no te voy a entregar, me quiero quedar contigo, si te portas bien, nada malo te sucederá, yo soy el patrón de este negocio.Quise volverme loca y discutir, pero hice mi mayor intento para controlar mi deseo de insultarlo, ese hombre era muy peligroso, así que decidí hacerle creer que estaba conforme con la opción que me había dado, él inmediatamente se acercó a mí, me miró con morbosidad e intento besarme, pero de repente cayó al piso y comenzó a convulsionar, parecía que estaba sufriendo un infarto, le di un golpe para cerciorarme de que no estaba fingiendo, sé que mi osadía me hubiese costado la vida, pero tenía que ser valiente e intentar e
—La voy a disfrazar de anciana.—Me parece buena idea, acaba de pasar German con su abuela y nadie lo detuvo, además tu eres excelente maquilladora.—Tengo un vestido de mi abuela, que en paz descanse —exclamó Catia.—No será de mal presagio que uses el vestido de una difunta para disfrazarla.—Al contrario, mi abuela fue una mujer muy noble y eso le traerá buena suerte.Catia me transformó; literalmente, me convirtió en otra persona, el vestuario y el maquillaje me asombraron, fue impresionante mi reacción al mirarme al espejo, mi cabello, mis arrugas, todo se veía muy real.—Catia, estoy impresionada, eres una gran artista, la mejor maquilladora que he conocido, ni yo misma me puedo reconocer.—Mi mujer es toda una profesional, y sabe más de arte que todos en esta casa —dijo Wilman, sonriendo.—Antes de irme de esta casa debo contarles algo.—¿Qué debes contarnos? —preguntó Catia.—¿Ven mi cartera?—Si está muy gordita, se nota que va a reventar —respondió Wilman.—En esta cartera,
Durante el viaje, tuvimos mucha precaución, yo estaba cansada, pero no podía quedarme dormida, llegamos muy pronto al pueblo, y en la entrada de la puerta nos esperaba la tía de mi amiga, era un hermoso lugar donde se respiraba aire puro, una casa de campo con todas las comodidades, y con un ambiente de paz inigualable.—Wilman querido, hijo, tanto tiempo sin verte, es una pena que hayas llegado sin Catia. —Gracias tía, hemos venido a pedir tu ayuda.—No te preocupes, hijo, pasen por favor.—Ya estoy enterada de la situación de Marian, no te preocupes hija, aquí estarás a salvo.—Gracias, señora, gracias por recibirme en su casa.—Marian, estoy impresionada con el disfraz, si mi sobrina no me hubiese dicho que vendrías disfrazada pensaría que eras una anciana.—Jairo, ven para que recibas a Wilman y a su amiga.—¡Se envejeció esta mujer o es así de fea! —dijo Jairo mirando con curiosidad a Marian.—Este es mi esposo Jairo, le pedí que limpiara la habitación donde dormirás, no le haga
—¿Ella es la chica? —preguntó el general Warnier.—Sí, ella es la chica —respondió el esposo de Vilma.—Se ve muy asustada —dijo el general—. Normalmente, las víctimas se asustan, pero también los criminales.—¿Investigaste algo? ¿Sabes algo sobre ella? —preguntó Vilma.— Ya tengo más información sobre este caso.—No, yo no hice nada, lo juro.—No he venido a hacerte daño, solo quiero conversar contigo, tengo una hija de tu edad, ella está desaparecida, aún tengo la esperanza de encontrarla con vida.—Ella se robó un dinero, y puede ser una persona peligrosa —exclamó Jairo.—No, ella no se robó ningún dinero, hace poco rescatamos a una mujer que la iban a secuestrar y su cartera estaba llena de dinero, eso forma parte del plan, culpar a la víctima de robo, en caso de que algo salga mal.—Yo sabía, que ella era inocente —respondió la tía Vilma, mientras se agachaba para darme un abrazo.—Gracias por ayudarme, señor —lloré estando de rodillas en el piso—, no quiero que nadie más vuelva
—¿La madre de Leya tampoco la cuidaba?, existen madres solteras que a pesar del abandono del padre educan bien a sus hijos.—La madre de Leya, es una buena mujer, pero trabajaba muchísimas horas para poder alimentar a su hija y no podía estar pendiente de ella, tenía que dejarla en guarderías o con extraños.—Perdóneme Vilma, pero nadie les pudo brindar apoyo, ¿acaso ellas no tienen familia?—La madre de Leya tiene familia, pero nadie la quiso apoyar.—¿Y usted?—En muchas oportunidades mis hermanas y yo quisimos cuidar a Leya, pero mi hermano nos prohibió que la trajéramos a casa.—¿Por qué hizo eso?—Él no quería que su esposa se enterara de que nosotros la ayudábamos, recuerdo, que una vez, estuve cuidando a la niña y cuando mi hermano llegó de visita con su esposa, tuve que esconder a la pequeña en una habitación del fondo.—El general es demasiado sumiso con su esposa, eso es inaceptable, además, la niña no nació de un engaño, su ensañamiento contra ella es irracional.—Eso es ve
—Jairo no es el padre de mis hijos, yo quedé viuda, y conocí a Jairo, pero cuando llegó a esta casa, mi única hija soltera se molestó y me abandonó.—Lo siento mucho.—Me gustaría saber dónde está en estos momentos Jairo.—Quizás este con algún amigo.—Si estás aburrida puedes usar la computadora de Jairo.—No, uhm… Bueno sí.—Pasa a su habitación, él todavía no regresa.—La verdad, es que me arrepentí, mejor no.—Estoy hablando en serio, él siempre llega de madrugada, no te preocupes, no pasará nada.—Bueno, me gustaría revisar mi correo, voy a usar la computadora —le respondí a Vilma mirando fijamente la pantalla—. >.—¿Te sucede algo Marian?—No, no sucede nada —respondí algo nerviosa porque el WhatsApp tenía imágenes inapropiadas.—Está bien, iré a ordenar algunas cosas en la cocina.—Sí, está bien —le respondí a Vilma, ocultando las páginas abiertas del navegador. >.Así que nuevamente
Mientras yo estaba desvelada, el general Warnier, estaba también despierto conversando con su amigo, un militar retirado que tenía una empresa de seguridad, su amigo era un hombre muy preparado y estaban planificando la estrategia militar que utilizarían para desmantelar la banda de criminales que secuestraban mujeres para la explotación sexual.—Abraham, ya tengo la información que podrán utilizar tus detectives para ubicar los miserables que secuestran mujeres y niños, necesito encontrar pronto a mi hija.—Mi general, me siento comprometido con la aparición de su hija Leya, yo mismo formaré parte del comando que vamos a organizar para rescatarla.—¿Podríamos conversar en algún lugar?—Dígame la dirección del sitio, y allí estaré.—Es un tema bastante delicado, prefiero ir hasta tu casa. ¿Puedo llegar hasta tu casa?—¡Por supuesto!—Ok. Voy a colgar la llamada en diez minutos, estaré tocando tu puerta.Abraham, el militar retirado, se encontraba en compañía de una mujer, pero le pidi