Después de distanciarse de la chica de piel aceituna, se limitó a caminar directamente hacia su condominio. O mejor dicho, hacia uno de los condominios que pertenecían al padre de su mejor amigo. Este último, por alguna razón, había dejado uno de ellos para él. Era obvio que no tenía otro lugar donde vivir, o como solía decir, "donde caer muerto". Suspiró profundamente mientras ascendía por las escaleras que lo llevarían al quinto piso, donde se encontraba su residencia. Aunque podría haber utilizado el ascensor, prefirió la caminata. Quería prolongar el trayecto, demorarse un poco y darle rienda suelta a sus pensamientos. Entre las cosas en las que meditaba estaba el repentino cambio de actitud de la chica de piel aceituna hacia él a lo largo del día. Le resultaba sumamente extraño, así como la manera en que lo miraba, le hablaba e incluso, quizás intentaba acercarse más. No sabía cómo interpretar todo ese comportamiento, esos detalles. Katherina, la enigmática mujer de piel aceitun
Arrojó con fuerza su mochila hacia un rincón del amplio condominio. Luego, comenzó a pasear de un lado a otro en el estrecho pasillo de la entrada, apartando mechones de su cabello ondulado con un gesto distraído. Perdía el tiempo en ese trivial acto mientras su mente se veía inundada por pensamientos que había deseado enterrar. Ese maldito momento, aquel instante que se remontaba a años atrás, volvía a él como un fantasma persistente: las heridas relacionadas con su madre y su padre resurgían con furia. Su corazón palpitaba con una mezcla de fuerza y rabia, solo bastaba un pequeño retroceso en el tiempo para que esos recuerdos dolorosos resurgieran. Ese maldito incidente, aquel amargo capítulo que aún la atormentaba, cobraba vida nuevamente en su mente, recordándole las cicatrices emocionales que se habían arraigado profundamente en su ser. °Flashback° Aún puede recordar aquella brisa gélida en las altas horas de la madrugada, cuando su padre lloraba sin control. Sentado en el sof
Desde aquel día en que tuvo aquella acalorada discusión con Dalia y le gritó, encerrándose posteriormente en la intimidad de su habitación en aquel condominio, habían transcurrido ya tres semanas. En este día en particular, seguía recluido en su morada, aprovechando que era fin de semana. Sus salidas habían sido escasas, y cuando efectivamente se aventuraba a hacerlo, generalmente lo hacía durante la noche, cuando Dalia no estaba de servicio. En esos momentos, visitaba la casa de su mejor amigo para desahogarse después de la paliza que había recibido del insensato de Stefan, compartiendo con él todos los detalles y acontecimientos recientes. En este preciso instante, también le invadía el recuerdo de que tres semanas habían transcurrido desde que Tony y Katherina habían comenzado su relación. La situación le resultaba intolerable. Ya fuera durante las horas de clase en la universidad, en el coliseo o en la cafetería, Katherina no hacía más que fijar su mirada en él cada vez que se l
Aquella exclamación fue lo único que brotó de él, careciendo de los signos apropiados, cuando se encontró frente a la persona con la que tendría que compartir el maldito condominio durante gran parte del tiempo; en particular cuando el padre de su mejor amigo y el mejor amigo mismo no estuvieran presentes. Era difícil de creer que esto le estuviera sucediendo y no ayudaba en nada que Ulises, el peón, pareciera bastante entretenido con la reacción del contrario. La situación le parecía sumamente cómica, a pesar de no querer admitirlo, y la forma en que el ambiente cambió en el momento en que Katherina Flowers Holland hizo su entrada al condominio solo lo intensificó. El comportamiento intrigante, pero silencioso de Ulises se mostraba de manera curiosa en su mirada, parecida a la de un gato. Aunque no estaba seguro de qué tipo de curiosidad debería aplicarse a toda la situación actual. Sin más preámbulos, carraspeó y se acercó a los dos contrarios. Min y Katherina estaban uno a la dere
— No entienden como trata usted aparentemente con desdén a la señorita Flowers, joven Min. — Respondió Ulises, regresando al centro de la sala. — No comprendo esta actitud de su parte hacia la señorita. — Yo tampoco. — Habló Katherina, interrumpiendo a Ulises antes de mirar a Min de nuevo. — No entiendo por qué te comportas así conmigo cuando solo intento ayudar y seguir las órdenes del señor Hiddles. — Qué encantadora, siguiendo órdenes. — Le soltó sarcástico. — Como ves, cuando es necesario, puedo ser una seguidora muy diligente de las órdenes, Min. — Le dijo ella con un tono que dejó a Min sin saber cómo describirlo. Resultó confuso, y frunció el ceño ante esas palabras por parte de ella. — Vamos, intentemos que esto funcione, al menos para complacer al señor Hiddles. — Concluyó, avanzando hacia él. —¡Aléjate de mí, Katherina! — exclamó él en un tono bajo que resonó y se intensificó en el eco del condominio, mientras la joven de piel aceituna se aproximaba, quizás con la intenc
— ¿Quién demonios te crees, Katherina? — Después de esas palabras pronunciadas cerca de su oído y de tragar en seco sin saber por qué lo hizo, se volteó hacia ella y le lanzó esa pregunta. — Deja de jugar conmigo, deja de molestar. — Pero, Min, dime, ¿quién dijo que quiero jugar contigo? — Haciéndose la completa desentendida, lanzó la pregunta. — No estoy haciendo nada de eso, ¿o es que... ya ves, escuchas cosas donde no las hay? — Ese papel de idiota desentendida no te queda, así que no te molestes, Katherina. Y simplemente ten en claro que, si te vas a quedar en mi condominio, hay reglas clave. — Ella le miró con aparente interés y alzó su ceja izquierda. — En primer lugar, no te me acerques, no te atrevas a tocarme. No me gusta sentirte cerca. En segundo lugar, respeta la relación que tienes con Tony, que parece que estás olvidando. — Le espetó mientras la mujer de piel aceitunada rodaba los ojos. — Y, en tercer lugar, me importa un bledo lo que haya establecido como una especie
Maldición, la odiaba. La odiaba con toda la intensidad con la que podía odiar a alguien. No podía creer que Hiddles se estuviera comportando de esta manera, haciendo todo lo que estaba haciendo mientras él estaba de viaje. De entre todas las personas, ¿tenía que ser con ella? Había tantas personas, tantos conocidos, y al final… por una Flowers. Todo esto era terrible, en verdad. Por más que siempre negara conocerla, por más que siempre hiciera como si no la conociera, la realidad era otra. Era bien sabido que, por más que intentara ocultar algo del pasado, todo volvía. *Past * Katherina y Min se conocieron desde que eran niños. Todo comenzó cuando uno de los colegas del señor Hiddles llevó a su sobrina a una salida de campo en la finca de este último. Hiddles los presentó y desde entonces, a pesar de la actitud retraída de Min, congeniaron muy bien. Con el paso del tiempo, a medida que pasaban los inviernos, Katherina y Min se volvieron inseparables, compartiendo todo. Había confia
(LOSE YOURSERLF- EMINEM). Look If you had One shot Or one opportunity To seize everything you ever wanted In one moment Would you capture it Or just let it slip? Yo His palms are sweaty, knees weak, arms are heavy… There's vomit on his sweater already, mom's spaghetti He's nervous, but on the surface he looks calm and ready To drop bombs, but he keeps on forgettin' What he wrote down, the whole crowd goes so loud He opens his mouth, but the words won't come out He's chokin', how, everybody's jokin' now…. Al ritmo de la canción de Eminem "Lose Yourself", se encontraba Min, por un momento parecía que lograba concentrarse en las notas y composiciones de la nueva canción que preparaba para la clase de lírica rapera. Pero en ese instante, se sentía bloqueado, arrastrado por los mismos abismos, sin tener la menor idea de cómo diablos comenzar con la tarea. Además, gran parte de sus pensamientos eran consumidos por Katherina. No, no malinterpreten; ella estaba en sus pensami