Capítulo 42
La sonrisa de Mariana se congeló. Con la extraña reacción de los tres, era difícil creer que no hubiera algo sospechoso.

—Julia, ¿conoces a mi prometido?

Como de costumbre en la familia Rivera, todas las preguntas iban dirigidas primero a ella. Claramente, Santiago había reaccionado igual, ¿no sería mejor preguntarle a su hermano?

Julia sonrió con serenidad:

—No demasiado bien.

—¿Entonces sí se conocen? —preguntó Mariana sorprendida, girándose hacia Adrián con curiosidad—. Cariño, ¿no dijiste que siempre habías vivido en el extranjero? ¿Cómo es que conoces a Julia?

La pregunta adquirió un tono diferente. Adrián parecía tenso y sin saber qué responder.

Santiago intervino:

—Nos encontramos con él durante un viaje al extranjero que hicimos Julia y yo.

Julia miró a Santiago con asombro. ¿Por qué mentía?

Además, ellos nunca habían viajado juntos.

Mariana suspiró aliviada y su sonrisa volvió a su rostro.

—Ah, era eso. Entonces no pasa nada. Mamá, ¿cuándo vamos a comer? Me muero de hambre.

Di
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