Durante los siguientes dos días, Charity tomó la medicina obedientemente y siguió trotando todos los días.

Al lado de la villa había un parque, así que todas las noches, Charity trotaba alrededor del parque y daba una vuelta, que era una distancia de tres kilómetros.

Especialmente los primeros días en que comenzó a trotar, Charity sintió que casi moría.

Cuando regresó, Max estaba parado en la entrada del vecindario con dos bolsas de comida en sus manos. Él la miró con una sonrisa. “Charity, necesitas esforzarte más. Solo has corrido tres kilómetros y estás cansada como un perro”.

Charity puso los ojos en blanco. No sabía que su cuerpo era tan débil hasta que comenzó a hacer ejercicio.

“Vamos. Te he comprado unas brochetas de kebab”. Max sacudió el paquete en la bolsa. “Mi amigo me lo recomendó. Dijo que el kebab de ese restaurante sabe bien”.

Después de trotar, Charity tenía hambre. En el momento en que escuchó la palabra 'kebab', su estómago gruñó.

Al entrar en la villa, Max ab