Capítulo uno - "El comienzo de una obsesión"

Welcome peachie

═════════════

Dmitry regreso a su hogar siguiendo con la imagen de una coneja asustadiza en su mente, oler el aroma de aquella coneja lo hacía pensar en varias cosas, unas que no tendrían un final feliz para aquella especie.

Saber que esa mujer era nueva en el lugar, le satisfacía tanto, la tenía a su merced sin necesidad de esforzarse. Decir que no sentía una obsesión por tenerla para él era algo que se le hacía difícil de admitir, porque sí, esa coneja que temblaba mientras inspeccionaba la herida lo estaba haciendo sacar la peor parte de él.

— ¿Estás seguro de lo que haces? —. Menciono su asistente atrayéndolo de regreso a la realidad.

El jaguar sonrió asustando a todos en aquella habitación, miro a su asistente sin ninguna pizca de felicidad por sus palabras. Ya había dictado lo que quería hacer y parecía que todos se habían detenido sin entender sus palabras.

Unas que fueron sencillas "tráiganme a aquella coneja".

— Siempre estoy seguro de todo lo que hago, Kurk.

Kurk bajo su rostro cuestionándose si mencionarle las palabras que su hermana había citado antes de irse, pero el gruñido de aquel líder cruel lo asusto e inmediatamente se alejó.

La mano del médico, que revisaba en ese momento la herida, estaba siendo agarrada con fuerza por Dmitry, uno que no permanecía contento. Quería a esa coneja de rizos dorados, sentir el miedo de ella mientras luchaba por no ser bondadosa con él era lo más hermoso que había visto.

Tenía gran curiosidad por saber por qué ese mamífero lagomorfo intentaba esconder su ternura e inocencia, parecía haber sido dañada y le interesaba eso al no ser él quien la daño.

La saboreaba como si fuera su siguiente presa, y claro que lo sería, le encantaría jugar con ella y ver como lidia aquella coneja con él. Quería ser la persona que la haría sufrir de ahora en adelante sin ella comprender que ocurriera en su alrededor, Dmitry quería ser el único que poseyera a Olivia.

— ¿Te lo pregunto de nuevo? —. Pregunto aterrado.

Kurk estaba aterrado de lo que podría hacer su amo con aquella mujer. Lo conocía, era peligroso y demasiado negligente con todos a su alrededor, mataba a tanto que se atravesara en su camino. Por lo que había gente que prefería mejor no acercarse o tan siquiera estar alrededor de él, aun así su poder y buen rostro atraían a cualquiera.

— ¿Quieres que te diga la respuesta mientras te clavo mis garras? —. Trato de levantarse.

Fue detenido por algunas chicas que ayudaban al médico, ya que tenían que cuidar de él. Sin que nadie quisiera ese jaguar era preciado para su nación, nadie se atrevía a hacerles daño por ese cruel y despiadado Alfa.

Todos se miraron entre sí sin saber que responder a aquel hombre, tenían miedo de estar al lado de él y que agarrara a uno de ellos para descargar su frustración por no tener a aquella coneja.

Kurk negó después de unos segundos, él pensaba que lo peor que hizo aquella coneja fue cruzarse en el camino de ese Alfa, estaba muerta en manos de él. Suspiro imaginando lo peor como siempre era lo esperado, cada vez que traía a alguien esa persona terminaba fría.

No se veía después de una semana en la cual termino irritando a aquel jaguar.

Pasando los días la huella de aquella herida había desaparecido, ahora todo volvía a una normalidad poco estable. Dmitry observaba con irritación su entorno aburrido de todo lo que lo rodeaba.

Kurk entro a la habitación de aquel jaguar pensando en lo miserable que sería la vida de aquella chica al lado de ese Alfa, no entendía como su amo podría ser capaz de ir contra un alma vulnerable nuevamente. Cumplió con su deber dejando en las manos de esa persona oscura los datos que tanto anhelaba para saber más sobre su presa.

La sonrisa que mostró hacia otros que permanecían atentos a cualquier cosa que Dmitry ordenara los aterro, en sus manos tomo aquella carpeta y sin esperar mucho comenzó a ojearla.

— Perfecto. 

El felino sonrió después de largos minutos repasando la foto de la chica con la yema de sus dedos, se veía más hermosa de lo que recuerda.

Podría haber sido por la noche oscura que rodeaba su entorno lleno de aquella tormenta que lucraba el momento en el que su destino parecía cruzarse entre sí, solo recordaba con detalle los ojos de durazno que ella poseía.

— Dmitry... 

El Jaguar lo calló y con una señal lo hizo salir del lugar, al igual que a todos los demás, quería estar en soledad para comenzar sus planes contra aquella coneja. Estaba adorando el día en donde la tendría para él, no dejaría que se fuera de su lado, al menos no viva.

No iba a admitir que la había estado espiado sin ella darse cuenta, parecía tener una ternura y bondad única que no había visto hace mucho tiempo. Olivia, su coneja de cabellera rubia con ojos de un color como el durazno y con una estatura promedio para él, era algo que para Dmitry parecía complementarlo. 

Es perfecta, digna para ser su juguete.

Se incorporó con una sonrisa que a todos les da miedo, pero que vio que a aquella coneja no le dio miedo cuando lo escucho reír, recordaba cada cosa de aquel día, mirarla preocupada mientras limpiaba el suelo lleno de sangre fue algo que le dio risa.

Pero cuando esa risa calmo hasta lo más profundo del alma de aquella coneja, él se confundió, ya que ese no era el efecto que su risa causaba a los demás. Y eso la volvía más anhelante para Dmitry, quien esperaba examinar con extremada paciencia a esa coneja.

La veía mientras sacudía el polvo con un traje muy escotado de sirvienta, siendo su propia chica de limpieza, humillándola solo a sus ojos. Quería ver cuanto Olivia soportaba su nueva personalidad, porque la había estado mirando y aprobó lo que ya pensaba.

Ella había sido dañada y su cambio de actitud le estaba divirtiendo.

"Estaría perfecto que aguantara mi ser"

Pensó mirando la foto que mantenía en su mano, aunque no estaba esperando mucho de ella, quería pensar en cuantas cosas podría hacer con ese mamífero lagomorfo.

En ese momento comenzó a tener en mente cómo sería la presencia de la rubia en su hogar, ¿sería buena para apareamiento?, dudo un poco de eso al no creer que fuera buena en eso, ya que nadie era buena en apareamiento para él, por lo que esa sería una prueba de oro si ella la llegara a pasar.

La encadenaría a él sin duda.

Se distrajo un momento imaginando que estaría haciendo en ese momento su nuevo juguete. En esos momentos quería ser impulsivo e ir por ella para no dejarla ir a ningún lado, quería que ella fuera eso que llenara su entorno, pero aquello resultaba imposible. 

═════════════

Olivia pasaba casi sus tardes pensando en ese hombre misterioso que ayudo, no sabía nada de aquel sujeto, siendo algo que la torturaba en horas de trabajo.

Quería suponer que si estaba bien, se sentía extraña cuando soñaba con él, siendo que solo una vez lo vio. Estaba inquieta, pero sabía que no era algo de que extrañar. Cualquiera estuviera así habiendo estado junto a un hombre tan bello como aquel sujeto.

¿Estaría bien ir al lugar el cual el felino pedía ser llevado?, pensó al querer llevar algo de sopa para saber si había curado bien la herida. Pero en su interior sabía que quería sentir de nuevo su presencia sofocante.

Mordió sus labios y suspiro alentándose, no perdía nada en intentar aquello. Pero para su mala suerte estaba ocupada, así que únicamente hasta su día de descanso podría ir a checar si él aún estaba en aquella casa principal de Bylsorm.

— ¿Oliv, las medidas de la modelo? —. Pregunto su jefa.

Olivia extendió su libreta, dejó que su jefa mirara sus notas sobre el prototipo para una importante presentación. A veces odiaba su trabajo por no descansar bien, ya que sin las prendas hechas ella no tenía descanso.

— Tenemos que hacer quince iguales para las bailarinas de apoyo, espero también tengas las medidas de ellas.

Olivia asintió, mantuvo su mirada baja para no hacer que su jefa estuviera de mal genio. Escucho que solo verla a ella la hacía enfurecer, pero no sabía que solo la sumisión de ella la hacía desesperar por no negarse a nada.

— También las tengo...

Balbuceo, cerro sus ojos por seguir sin cambiar del todo, siendo algo que siempre la atormentaba por lo que ocurrió en su pasado. Quería ser fuerte y no verse ingenua a los ojos de muchos, pero era algo difícil para ella.

— Excelente, ahora solo quiero que vayas a tu hogar a descansar. Mañana tienes que ir a una cita urgente a la casa principal del centro de Bylsorm —. Finalizo entregándole la libreta de notas.

La pequeña coneja que estaba siguiendo a su jefa se detuvo, comenzó a perderse en sus pensamientos nerviosa sobre aquel felino.

Había tratado de evitar sus instintos curiosos de ir a ver a aquel hombre, y parecía que todo a su alrededor siempre intentaba recordarle la existencia de ese hombre.

Por lo que evito tanto los eventos de la casa principal, que solamente se concentraba en pequeños eventos como los vestuarios requeridos para la casa de Ballet de la ciudad o sobre los concursos de una academia reconocida de baile en tango.

Pero ahora, todos sus esfuerzos se iban directo a la basura.

Aunque tenía ánimo de ir por lo preocupada que estaba, tampoco quería estar enredada con otro hombre.

— Creo que hay un proyecto del cual tengo que hacerme cargo, Sra. Linkins —. Se giró intentando salir del lugar.

Su jefa negó, la detuvo antes de que se alejara más y tomo a Olivia de sus hombros.

— Alguien pidió con anticipación que fueras tú, solo tú —Linkins se cruzó de brazos —. Únicamente mencionaron que les gusto una prenda tuya y quieren que vistas a una persona importante.

Olivia se encogió en su lugar, intentando esconderse por la presión que hacia la Alfa frente suyo para que obedeciera.

Estaba segura de que era ese felino quien la pedía, ¿si no? ¿Quién más sería?, intentaba inventar alguna excusa, pero todas las había usado en esas dos semanas que evitaba a toda costa aquel destino que pedía que ellos dos siguieran encontrándose.

— Y... —alzo su rostro mirando a su jefa —. A partir de mañana tendrás que presentarte solamente hacia la casa principal, pidieron un contrato de dos meses sobre tus servicios de costura, solamente te ayudaré a ir.

Entendía que aquello que le exigían podría ser importante para tener oportunidades de trabajo más grande, pero aun así ella ya no se dedicaba a la costura, solamente era una asistente personal.

Asintió dejando ir a su jefa contenta, parecía ser importante que ella acudiera a ese lugar con tanta rapidez, algo que Olivia no quería. Toda su valentía se hacía a un lado cuando pensaba en ese sujeto, su agridulce pasado la hacía negarse a mantener contacto con un hombre.

Pensó por un momento que tendría sentido que la pidieran a ella, no había ropa a la medida de ese felino o que le quedara a la perfección, era alguien tan grande. Mordió su dedo pulgar girándose para volver a su escritorio y tratar de no seguir pensando en ese felino.

Sus manos sujetaron su rostro mientras ella se desesperaba tanto con sus ideas, ¿qué sucedería estando con él?, pensó en tanto que parecía morir por no tener la presencia de él.

Quiso negarse a sus pensamientos por ser tan decepcionantes para ella, acababa de salir de una depresión en donde un hombre la hizo sentir inútil para ahora encontrarse con aquel alfa que parecía ser peor a todos.

═════════════

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo