Del placer al amor, solo hay un paso.
Del placer al amor, solo hay un paso.
Por: Xio
Capítulo 1

Allí está yo con un sujeto diferente, un hombre que apenas conocía, pero eso era lo menos importante, solo quería sexo y me encantaba dar placer, me gustaba verle la cara de lujuria y la desesperación por sentirse dentro de mi, todos decían que era perfecta, era de lo más excitante saber que tenía el control en esos momentos.

Me presenté como Omega con 14 años y gracias a mi belleza y sensualidad pase por mucho, si, ser hermosa tiene consecuencias.

No es que lo diga yo, donde quiera que llego soy el centro de atención de todos los Alfas y Betas y la envidia de las Omegas que allí se encuentren, ya que todos desvían su interés hacia mi, después de pasar por tanto decidí aprovecharme de mi belleza para lograr lo que quería y jugar con todos, de lo que sí estaba segura era que de mi no se aprovecharía más, me tocaba jugar a mi y lo haría sin piedad.

–¡Al fin llegas a la casa! – escuché una voz que provenía de la sala.

-- Buenos días papá – le dije sonriendo

--Keira cuando vas a sentar cabeza, ya tienes 22 años y solo andas de fiesta y con diferentes Alfas -- su voz se notaba algo angustiada, mi padre es un Alfa y hombre de negocios, dedicado a su familia y muy protector, siempre trata de entenderme. Me senté a su lado y le tiré mis brazos al cuello.

--Papi, todavía soy joven, déjame disfrutar y hacer sufrir a un poquito a esos tontos Alfas -- dije con una risa burlona.

--Eso es lo que me preocupa hija, recuerda que los Alfas somos muy territoriales y se pueden poner agresivos si sienten celos debido a otros Alfas creyendo que les quieren quitar lo que les pertenece.

--Tranquilo yo sé defenderme – en eso sentí una voz que provenía de la puerta de la sala.

--Así que llegó la señorita – dijo con sarcasmo.

-- Mamita linda -- me levanté de dónde estaba para abrazarla, pero ella me esquivo, solo pude sonreír.

--Tu crees que estas son horas de llegar? -- mi mami es una Omega hermosa, dice mi papá que se enamoró de ella desde el primer instante en que la vio, todos dicen que mi belleza proviene de ella, es una Omega dominante, pero ella y mi papa se complementan muy bien, ambos siguen tan enamorados como el primer dia, a veces al verlos deseo encontrar un amor así, que me amara, sea detallista, me de amor, caricias , me consienta y que no me imponga las cosas, una persona que me entendiera y no quisiera tenerme nada más que para encerrarme en una casa y darle cachorros.

– Mamita – la besé en el rostro, ella me acarició la mejilla sonriéndome.

– Ve a ducharte que apestas – haciéndome una mueca – Te preparare algo de comer, para que luego descanses, que debes estar agotada – me dijo alzando la ceja y mirándome de medio lado, yo solo reí y asentí con mi cabeza. Me dirigía a mi cuarto cuando los escuché hablar.

– Por eso está tan malcriada – dijo mi padre.

– Tu también la tienes así, o es que acaso la regañastes como realmente se merecía? – ambos comenzaron a reírse a carcajadas, yo solo segui mi camino hacia mi cuarto, quería bañarme y quitarme aquel olor a sexo y el aroma que había dejado impregnado aquel Alfa estupido que a penas conocía y que ya me tenía repugnada.

….

Abrí mis ojos y pude percatarme que había oscurecido, dormí todo el día y en verdad lo necesitaba, me estire un poco aun acostada cuando escuché que la puerta se abría y una vocecita llamaba.

– Hermanita, ¿estás despierta? – decía muy bajito para no molestarme.

– Si pequeña, ven pasa – salió corriendo hacia mi cama y me abrazó

– Te extrañe mucho – me dijo mientras me dejaba un beso en la mejilla.

– Pero si solo llevas unas horas sin verme – Luna es mi pequeña hermana, solo tiene 14 años y aún no se a presentado, asi que no sabemos si será Alfa u omega, es demasiado linda y cariñosa, siempre quiere estar a mi lado, también tengo un hermano de 18 años, es todo un Alfa dominante, alto y muy atractivo y demasiado sobreprotector, trata de controlarme, pero yo ni caso le hago, me parece muy tierno de su parte que siendo menor que yo quiera protegerme, realmente tengo una familia maravillosa, el desastre soy yo.

– Si, pero aún así te extrañe, ¿ya no me quieres? – haciendo un puchero demasiado tierno, el cual adoro cada vez que lo hace.

– Porque dices eso mi princesa? Yo nunca voy amar a nadie como te amo a ti – tome su rostro entre mis manos y la bese.

– ¿De verdad? – sus palabras reflejaban alegría.

– Por supuesto – la abracé muy fuerte.

– Ah, mami me mandó a que te llamará, dice que bajes a cenar – asentí con mi cabeza y le tomé la mano.

– Vamos princesa – se levantó sonriendo.

Cenamos todos juntos como hacíamos a diario, hablamos y reímos, mi hermano como siempre hablando de su linda novia Omega, mi padre de trabajo, lo típico de todos los días.

….

Ya era lunes y tenía que ir a la empresa de papá, estaba haciendo las prácticas allí, era mi último año, pero me costaba tanto levantarme de la cama, me encantaba salir de fiesta pero comenzaba la semana destruida.

– Buenos días mamita – dandole un beso en la mejilla – Y papá, ya se fue?

– Si amor tenía que llegar más temprano hoy tenía una reunión con un nuevo socio, tú desayuna y apúrate que ya es tarde.

– Ok – le sonreí.

…..

– Buenos días Rose – le dije a la secretaria de mi padre, una joven beta muy hermosa.

– Buenas joven, ¿cómo está?

– Ya me ves, algo cansada, me duele un poco la cabeza – me recosté a su mesa, restregándome los ojos.

– Y porque no prueba dejando un poco las fiestas y el alcohol? – se echó a reír.

– Yo quisiera – le dije levantando una de mis cejas y dejándole ver una risa picara – Pero es que no me dejan, demasiados alfas atractivos que conquistar – reí fuerte.

De repente sentí un aroma delicioso, era un olor a café y canela, algo tan maravilloso, con lo que quedé fascinada y mi lobo comenzó a inquietarse.

– ¿Qué pasa Keira? – Rose me había sacado de mi transe, yo sacudí un poco la cabeza y la mire.

– ¿Quién está dentro de la oficina de mi papá? – pregunte curiosa.

– Un nuevo socio, está reunido, porque sucede algo? – inclinó un poco su cabeza hacia un lado tratando de entender el porqué de mi pregunta.

– No, nada – sentía que mi animal se volvería loco, no paraba de moverse, quería seguir aquel aroma que lo había cautivado y encontrar a su dueño, se sentía tan excitado con aquel olor, jamas senti a mi lobo ponerse de esa manera y eso que había conocido a muchos Alfas, pero ninguno tenía un aroma tan delicioso.

La puerta de la oficina se abrió y allí estaba el, con un traje negro que se ajustaba perfectamente a su cuerpo, era un chico un poco más alto que yo, de tez muy blanca, su pelo color negro como azabache, era cortó con un flequillo que le llegaba a las cejas, pero muy formal, sus ojos color negro eran muy expresivos, con una mirada penetrante que me dejó hipnotizada, aquel hombre solo se podía describir en una sola palabra Perfección, me quedé como toda una idiota mirandolo, solo podía admirar aquella belleza, su aroma se tornó un poco más intenso, inundando todo el salón y eso solo causó que me sintiera agobiada, mi lobo estaba desesperado, solo quería echarsele encima.

– Keira te encuentras bien? – escuche que me dijo mi padre.

– Creo, creo que si, no pasa nada papá – hable entrecortado.

– Segura.

– Si, todo bien – le dije para tranquilizarlo, ya que había comenzado a notar su preocupación.

Todos en el lugar nos miraban a ambos, aquel alfa había liberado sus feromonas intencionalmente y todos se imaginaban el porque, yo solo trataba de mantener la cordura y no dejarme guiar por mi animal.

– Te presento a mi hija mayor – dijo dirigiéndose al chico, el me miró y me sonrió.

– Mucho gusto, mi nombre es Jack Strong – extendiendo una de sus manos hacia mi.

No sabía si darle la mano y saludarlo o salir corriendo, sentía miedo de no poder controlarme y lanzarme encima de él, pero tampoco podía dejarlo con la mano extendida.

– Un gusto, Keira Wilson – dije haciendo una reverencia, sin tomar su mano.

– Perdone pero no la escuche – con una pequeña sonrisa dibujada en su rostro, yo apenas había logrado decir mi nombre y él no me había escuchado.

¿Acaso lo dije tan bajo que no me escucho?

– Keira, mi nombre es Keira – esta vez lo dije más alto.

Mi padre solo me observaba, se había percatado de lo que sucedía, además del fuerte aroma a café y canela que se sentía, pero no dijo nada.

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