El alfa se encontraba frente aquella escultural Omega, con su pelo teñido de rosa que le quedaba muy bien, sus ojos eran expresivos y tiernos, una nariz fina y labios gruesos que se veían esponjosos, tanto que provocan besarlos, vestía una camisa blanca algo ancha y desabrochada los dos primeros botones que dejaba ver un poco de su hombro y sus clavículas, algo provocativa y sensual, su piel blanca se veía tan suave. Desprendía un olor a fresa y miel, tan dulce, se sentía delicioso, lo había cautivado desde el primer momento. Pudo percatarse que también se había sentido atraída por el y dejó escapar más de su aroma intencionalmente, su lobo se sentía eufórico, era tan sensual y su olor tan exquisito, que solo pensaba en poseerla, besarla, le pasaban tantas cosas por la cabeza, su imaginación se desató en un momento y a penas pudo controlar a su lobo, pero tenía que comportarse, no podía dejar ver que se había quedado hechizado por aquella Omega.Se presento, mant
Keira llegó al bar al que usualmente asistía, allí todos la conocían, era muy popular entre Alfas, Betas y Omegas y la envidia de muchos también, se dirigió a la mesa donde siempre se sentaba, esta se encontraba al final del salón, donde tenía una amplia vista de todo el lugar y de todos los que allí se encontraban. En el trayecto a su mesa, no se hicieron esperar las invitaciones y los tragos, todos querían tener la oportunidad de poseer a aquella hermosa Omega, mujeres y hombres la deseaban y ella como siempre disfrutaba ser el centro de atención. Keira se encontraba sentada, sus piernas cruzadas y en su mano izquierda se encontraba encima de ellas y en la otra sostenía su trago, dibujaba en sus labios una sonrisa seductora, observando todo el lugar. Delante de su mesa se detuvo un hermoso Alfa, alto, piel blanca, pelo negro, traía puesta una camisa blanca desabrochada hasta la mitad que dejaba ver sus músculos muy bien trabajados y definidos, era realmente s
La luz que entraba por la ventana le molestaba en el rostro, trato de abrir los ojos pero no podía, de pronto de un solo salto Keira se sienta en la cama. – ¿Que pasó? – dijo sobresaltada poniendo una mano en la cabeza, parecía que se le iba a reventar – Ahhh, qué es esto? Delante de ella apareció un vaso de agua y una mano con unas pastillas, cuando alzó la vista se sorprendió mucho, frente a ella estaba quien menos podría imaginarse. – Tomate la pastilla te ayudará con el terrible dolor de cabeza que debes tener – dijo el alfa. – Pe...pero que paso? No recuerdo nada, solo que me invitaron un trago y… – hizo una pequeña pausa, ladeo su cabeza a un lado algo confundida – ¿Porque estoy aquí? – le preguntaba a Jack. – Deberías tener más cuidado con los tragos que aceptas, esos lugares a donde vas son bastante peligrosos. – El Alfa que me mandó el trago... fue el... ¿Qué me hizo? – comenzó a revisarse y a tocarse. – Nada porque llegue a tiempo –
Me levanté de la mesa, pero en ese mismo momento decidí echar otro vistazo a donde se encontraba Keira y me pude dar cuenta que algo andaba mal. Vi como la chica sostenía su cabeza con una de sus manos, el Alfa se sentó a su lado y la abrazaba, hacía unos minutos la pelirosa estaba bien y ahora parecía bastante desorientada, aquello me causó una rabia horrible, al parecer la habían drogado, solo de pensarlo me enfurece.Sentí como mi lobo gruñía y me pedía a gritos que la ayudara, que no dejará que le hicieran daño, no pude contenerme y me acerque a su mesa, ya el tipo estaba levantando a la Omega con la intención de llevársela.– ¿A dónde crees que la llevas? – le dije amenazante.– Es mi chica y me la llevo, como puedes ver está bastante borracha – hizo una pausa – Además quien eres tú para estarme preguntando?– Soy su Alfa, asi que sueltala – el tipo dejo caer a Keira en el asiento, su intención era intimidarme pero había notado que mis ojos había cambiado de color y mi voz se vo
Apenas había logrado contenerme, no quería que se diera cuenta de como estaba en aquel momento, mi lobo aullaba desesperado, solo quería poseerla, ella era realmente una Omega hermosa y sensual. Me percate que le había molestado mi rechazo, pero no quería aprovecharme de ella y demostrarle que era como todos los demás Alfas, prefería correr el riesgo de que no quisiera saber de mi, ya me encargaría de conquistarla. – ¿Dónde te metiste anoche Jack? – Me aburrí y me fui a mi departamento, de todos modos estabas muy ocupado – Williams reía. – Perdón por haberte dejado a un lado, pero aquella belleza necesitaba de toda mi atención y no podía decirle que no – una sonrisa ladina se asomaba en sus labios. – Me invitas a salir contigo y luego me dejas tirado por una mujer, que amigo mas malo tengo, como piensas compensar el daño que me has causado – dije dramatizando un poco. – Bueno pensaba en invitarte de nuevo a salir, vamos a cenar el sábado en la tarde. – NO.... invítame de nuevo
Llegaron al departamento, uno realmente grande y hermoso, todo estaba ordenado y limpio, como si allí viviera una chica y no un hombre solo.– ¿Quieres un trago? – preguntó Jack.– Si, ¿tienes vino? – respondió la Omega.– Si, enseguida te lo sirvo – acercándose a un pequeño bar que tenía en una esquina de la sala.– Me gusta tu depa – observando todo a su paso.– Que bien que te guste, puedes venir cada vez que quieras, este es un barrio tranquilo, por eso compre aquí – acercándose a la chica y entregándole una copa.– Entonces vives solo? – pregunto curiosa.– Si.Keira lo miró tomando la copa, para después acercarse dándole un beso en los labios, este le correspondió.Con el pasar de los segundos el beso se fue intensificando cada vez más, la pelirosa empujó a Jack al sofá y se subió a horcajadas encima de él, movía sus caderas suavemente dejando escapar un pequeño gemido y así provocar al mayor que ya se encontraba perdido en sus labios.El Alfa se levantó con la chica encima de
El Alfa se sintió muy preocupado cuando Keira salió prácticamente corriendo de su departamento, no podía entender el porqué, ni qué había hecho mal para que aquella pequeña huyera de esa manera, se quedó sentado en la cama petrificado, no pudo tan siquiera mover un músculo para salir tras ella. Nunca espero que reaccionara asi, el se había sentido bien a su lado y hubiera jurado que ella también se había sentido igual, la vio tan entregada, tan dispuesta a recibir de sus caricias, sus besos, que por eso no entendía su reacción, ese día no salió de su departamento, no se sentía capaz de lidiar con nadie, su tonto lobo se sentía deprimido y el rechazo de aquella Omega lo dejo muy triste. Después de aquel dia se sumergió por completo en su trabajo, apenas dormía, no quería pensar en nada, ni escuchar a su lobo que le pedía a gritos por Keira, trato no pensar en ella pero le fue imposible, solo había transcurrido una semana y comenzó a ir aquel bar todos los días con la esperanza de ver
Ese día fue especial para Keira, nunca se había sentido tan amada como con aquel Alfa, a pesar de apenas conocerse sentía una conexión única, había escuchado muchas veces sobre las parejas predestinada, pero después de su decepción dejo de creer en el amor y en los Alfas, había sufrido tanto, que se negaba a creer que esas cosas tan cursis existían, pero Jack la hacía sentir diferente, única, quería darse la oportunidad de volver a sentir amor por alguien.– ¡Mamita hermosa! – se le escuchó decir mientras bajaba la escalera – Paige se encontraba sentada en el sofá de la sala leyendo un libro de recetas nuevas que había comprado.– Dime mi pequeña hermosa – la mayor de las Omegas sabía que su hija quería algo. Keira se sentó a su lado dándole un beso en la mejilla.– ¿Mamita cómo te diste cuenta que mi papá era tu predestinado? – dijo jugando con sus dedos.– ¿A qué viene eso mi niña? – dijo cerrando el libro y acunando la cara de la menor con sus dos manos con mucha ternura.– Solo te