Capítulo 3

Keira llegó al bar al que usualmente asistía, allí todos la conocían, era muy popular entre Alfas, Betas y Omegas y la envidia de muchos también, se dirigió a la mesa donde siempre se sentaba, esta se encontraba al final del salón, donde tenía una amplia vista de todo el lugar y de todos los que allí se encontraban.

En el trayecto a su mesa, no se hicieron esperar las invitaciones y los tragos, todos querían tener la oportunidad de poseer a aquella hermosa Omega, mujeres y hombres la deseaban y ella como siempre disfrutaba ser el centro de atención.

Keira se encontraba sentada, sus piernas cruzadas y en su mano izquierda se encontraba encima de ellas y en la otra sostenía su trago, dibujaba en sus labios una sonrisa seductora, observando todo el lugar.

Delante de su mesa se detuvo un hermoso Alfa, alto, piel blanca, pelo negro, traía puesta una camisa blanca desabrochada hasta la mitad que dejaba ver sus músculos muy bien trabajados y definidos, era realmente sexy.

– Hola hermosa – dijo moviendo su trago con una sonrisa en sus labios, la pelirosa alzó la vista y sonrió.

– ¿Cómo has estado Zee?

– Bien, extrañándote – dijo en forma de broma.

– Ven siéntate a mi lado y se la envidia de todos – ríe a carcajadas.

– ¿Quieres que muera hoy? – dice haciendo un puchero – Pensé que me considerabas al menos tu amigo – sentándose a su lado, muy cerca de ella – Porque si las miradas mataran, ahora mismo estaría muerto -- los dos comienzan a reír.

Zee es el único amigo Alfa que tiene Keira, se conocían desde hace unos años y aunque al principio sus intenciones eran como las de todos fue conociendo a la Omega y poco a poco se hicieron amigos.

Todos piensan que el pelinegro es su novio o que al menos hay algo entre ellos, cosa que ni a Keira, ni a Zee le molesta y tampoco lo han negado, al contrario lo utilizan a su favor y se ayudan mutuamente para poder quitarse de encima a las personas molestas que se le acercan de vez en cuando.

– Keira ¿qué te parece aquella Omega? – la pelirosa levanta la mirada y alza una de sus cejas.

– ¿Cual Zee? Esto aquí está lleno de Omegas – tomando un sorbo de su vaso.

– Aquella que está sentada en la esquina, la del cabello castaño.

– Oh, ya vi, muy hermosa, pero no me parece que vaya hacer fácil llevarla a la cama, desde que llegó ha rechazado a todo el que se le acerca, además de que es la primera vez que la veo aquí.

– Por eso es que me ha llamado la atención – dice riendo, la pelirosa lo mira de reojo.

– ¿Te llamó la atención porque no se ha ido con nadie o porque es nueva aquí?

– Porque se que va hacer todo un reto hacerla mía y eso me gusta, lo fácil ya me tiene aburrido.

Keira se gira y lo mira directamente a los ojos poniéndole una mano en la mejilla.

– Ten cuidado, puedes enamorarte – con una risa burlona.

– Yo no estoy hecho para eso, pero sí para dar amor a todo el que lo necesite – comienzan a reírse.

Zee dirige su mirada hacia la Omega, que le llamó la atención y se da cuenta de que un Alfa la molestaba y decide ir ayudarla.

– Enseguida regreso.

– Ok, pero no busques problemas.

– No te preocupes amor, de ese tipo me deshago en un segundo – guiñandole el ojo a Keira , esta sonrió y asintió con la cabeza.

Keira disfrutaba de la música, observando lo que su amigo haría.

– Buenas noches cariño, conoces a este tipo? – hablo Zee dirigiéndose a la Omega, el Alfa ya le tenía pasado el brazo por encima a la pobre chica.

– ¿Co….como? – dice un poco confundida.

– Cariño ¿si conoces a este Alfa?

– No – dijo con la voz temblorosa.

– ¿Quién eres tú? – lo mira desafiante el otro alfa.

– Su novio, ahora largo de aquí.

– Y si digo que no quiero.

– Dije largo – utilizando su voz de mando, los Omegas que se encontraban a su alrededor se estremecieron y el Alfa se dio cuenta de que contra Zee no tenía la mínima oportunidad y bajo protestas decidió marcharse.

– Deberías de tener cuidado con este tipo de personas, en estos lugares suelen haber muchos – dijo dándole la espalda a la Omega.

– Eh…espera – lo escuchó decir. Zee sonrió antes de girarse para mirarla.

– Si

– Muchas gracias, mi nombre es Lia y el suyo? – extendiendo la mano.

– Mucho gusto soy Zee – agarrando la mano de esta.

– ¿Te puedo invitar un trago? En forma de agradecimiento – dijo la chica, era lo mínimo que podía hacer.

– Si, como no – sonriendo.

Keira desde su lugar se dio cuenta de que su amigo había logrado lo que quería, aunque no era nada para sorprenderse ya que Zee siempre lograba lo que quería.

– Permiso, le han invitado este trago – dijo una mesera señalando al Alfa que se encontraba frente a ella que le alzaba el vaso brindando, la pelirosa sonrió y levantó el vaso haciendo una pequeña reverencia y bebiendo un poco de este.

Zee se sentía atraído por Lia, era una Omega muy linda, su pelo castaño le caía en su frente, sus hermosos labios, todo le gustaba de ella, además era educada y no andaba buscando desesperadamente un Alfa como todos los Omegas que se le acercaban.

– ¿No eres de frecuentar este lugar eh? No te había visto antes.

– No, realmente no me gustan estos lugares – dice sonriendo a la vez que agachaba la vista.

– ¿Entonces qué haces aquí? Digo si se puede saber.

– Mi amiga me insistió en que viniera con ella porque estaba aburrida y resultó que me ha dejado sola – decía algo nerviosa.

– ¿Qué sucede? ¿Te molesto? – preguntó Zee.

– No, es que… – hizo una pequeña pausa – Recordé cuando utilizastes tu voz de mando y me sentí nerviosa por un momento, pero no me hagas caso, si.

– Perdón, no quise asustarte pero fue la única manera que encontré para que aquella escoria se fuera y no tener que llegar a utilizar mis puños – con su mano le acaricia el rostro y la chica sonríe.

– Entiendo – respondió.

Omega y Alfa se encontraban muy a gusto conversando, era la primera vez que Zee podía disfrutar de una conversación que no solo fueran insinuaciones y palabras vulgares para provocarlo y llevarlo a la cama.

Mientras tanto Keira había comenzado a sentirse un poco rara, su cabeza comenzaba a darle vueltas y no entendía porque, ella apenas había bebido, además de que era una muy buena bebedora.

A su lado se sentó el Alfa que le había invitado el trago, la pelirosa lo miró algo desorientada, el Alfa le pasó la mano por encima atrayéndola hacía él, Keira solo lo observó confundida.

Zee miró hacia donde se encontraba su amiga y no se dio cuenta de lo que sucedía, solo pensó que Keira había encontrado con quién pasar el rato, como hacía siempre y esta no daba señales de que la estuvieran molestando, entonces aprovecho para seguir con su nueva conquista.

Keira se sentía demasiado mareada, inclinó la cabeza hacia delante, poniendo una mano en su frente y después de eso, no supo más nada de ella, todo comenzó a tornarse muy confuso.

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