“Yo sí amo a Vireo”.

Elsa sacudió la cabeza. “Lo sé. Eres su madre adoptiva, así que realmente lo amas. Sin embargo, esa eres tú amando a tu hijo adoptivo. Eso no tiene nada que ver conmigo en absoluto. No investigaré más el asunto de que compraste a tu hijo. Ya no tenemos nada que ver la una con la otra a partir de ahora. El nombre de mi hijo es Holden Payne. Él es el hijo que tuve con el hombre que una vez amé. En cuanto a tu hijo adoptivo, ya sea que hayas abusado de él hasta la muerte o no, le corresponde a la policía resolver el caso. No tiene nada que ver conmigo. Estoy aquí hoy porque quiero ver a mi hijo. Acababa de terminar de realizar una operación. Realmente ha trabajado muy duro. Quiero llevarlo a casa. Ya preparé algo de comida y estoy esperando a que vuelva a casa para cenar”.

Después de eso, Elsa alzó su mirada y miró a Vireo con una expresión cariñosa. “Holden, volvamos a casa. Estás cansado y necesitas descansar. Ahora en adelante, eres Holden. Ya no vendrá ninguna