POV: CALLIERitual del alma y purificación divina La noche del ritual finalmente había llegado. Fui conducida por las matriarcas de la manada hasta la cima de la fría montaña, donde las fuentes termales nos esperaban. Las brujas nos acompañaban junto a las lobas, ya que los hombres no eran permitidos en este ritual que requería pureza ante los cielos. La atmósfera estaba cargada, señalando la inminente llegada de la Luna de Sangre al día siguiente. — ¿Cómo funciona esto realmente? — pregunté a Yulli, que estaba a mi lado. — Bueno, lanzaremos encantamientos en la fuente, y tu mente será llevada dentro de tu cuerpo, hasta las puertas de tu alma. En tu caso, siendo híbrida, posees dos fragmentos que se convierten en uno solo: la Lupina y la bruja — explicó ella con tranquilidad, pausando am

POV: CALLIEEmpujé la puerta chirriante, que se abrió con un gemido bajo y prolongado. El interior de la fauna gélida me recibió con un aire pesado y cortante que quemaba mis pulmones con cada respiración. Temblaba a cada paso, sintiendo el frío penetrar en mis huesos. Gruñidos intensos resonaban a lo lejos, amenazando mi determinación. Seguí caminando, temiendo el enfrentamiento inminente con la furia de mi loba interior.Mientras avanzaba, pisé en un charco de agua helada, lo que me hizo fruncir el ceño. Hacía tanto frío que el agua debería estar congelada. Miré hacia abajo y vi mi reflejo distorsionado. La mitad de mi rostro estaba transformada en una forma lupina. Me agaché, tocando el agua y deshaciendo la imagen. Al levantar la vista, encontré a una loba imponente frente a mí.Tenía un pelaje mezclado en tonos negros con puntas violetas y algunos destellos blancos y dorados que brillaban, creando una combinación única y majestuosa. Sus colmillos prominentes gruñían ferozmente en

POV: KEENANNoté que todas las brujas y lobas habían bajado de la montaña, excepto la problemática de Yulli. Me mordí el dedo, tentado, mientras caminaba lentamente hacia la fuente, sigiloso, con pasos suaves. Me encontré con la maravillosa vista de Yulli, desnuda, entrando en la fuente termal. Sus ojos estaban cerrados y su cuerpo relajado, como si hacía mucho tiempo no descansara. Me quité las prendas en silencio, como un depredador, y me acerqué sin hacer ruido. La sorprendí al susurrarle al oído. — Qué vista tan hermosa. — Lamí la punta de su oreja, y sus ojos púrpuras se abrieron, alarmados, mientras fruncía el ceño. — ¿Qué haces aquí? — Se cubrió los pechos con los brazos, hundiéndose más en el agua. — ¡Deja de mirarme y da la vuelta! — ¿Por qué haría tal tontería? — la provoqué, viendo cómo sus mejillas se ruborizaban. — La verdadera belleza del paisaje está justo frente a mí.&n

POV: YULLI— Oh, Callie, ¿qué haces de pie? Deberías estar descansando. — Me sequé rápidamente los ojos mientras me acercaba a ella. Extendí las manos, y Callie las palpó antes de sujetarlas con firmeza. La guie dentro de la habitación, con cuidado de que no tropezara con los muebles, hasta las sillas dispuestas en el rincón, frente a la chimenea, cuya luz parpadeante iluminaba suavemente el ambiente. — ¿Por qué estabas llorando? ¿Qué ocurrió? — preguntó directamente al sentarse, olfateando el aire en mi dirección. — ¿Por qué estás tan triste? — ¿Sabes una de las cosas que más odio de ustedes, los lobos? Sus sentidos agudos. No se puede ocultar nada. — Sonreí, aceptando la derrota. — No es nada, solo el cansancio qu

POV: CALLIENo tuve contacto con el rey Lycan durante el resto del día hasta el inicio de la noche, cuando las matriarcas irrumpieron en la habitación de manera brusca, diciendo que estaban allí para prepararme.— Siéntate. — Ordenó una de ellas, forzándome a sentarme. Gruñí por la forma en que me trataban; les gustara o no, yo sería su Luna.— ¡Más respeto o las destrozaré! — Amenacé con un gruñido, justo cuando el ambiente vibró con su presencia.— ¿No están tratando bien a mi compañera? — Resonó la fría voz de Aaron como un trueno mientras se acercaba, su poder expandiéndose por la habitación.— Aprenderán con el tiempo. — Respondí con una amplia sonrisa, oliendo el miedo que emanaba de las matriarcas. — ¿Yulli no puede p