LA PRIMAVERA

CAPÍTULO III

Al comienzo del tratamiento todo parecía estar perfectamente bien, sin embargo con el pasar de los días la recuperación se vio afectada porque ella experimentaba dolores incesantes que le impedían moverse por días, nadie dijo que sería fácil y aún así ella tenía una meta, volver.

Día tras día algo nuevo salía para impedirle mejorar, su primer bache fue la edad, Sofía era demasiado joven para seguir con el riguroso tratamiento, el segundo problema fue sus pensamientos, ella se dio por vencida incontables veces de no haber sido por sus padres quienes estuvieron en todo momento acompañadola. 

7 AÑOS DESPUÉS

El día doce del doceavo mes concluía finalmente con un tratamiento que duraba cinco años, pero que debido a complicaciones por su corta edad fue realizado con mucho más cuidado dos años más, para dar permiso a que tanto su mente como su cuerpo estuviesen preparados ante tal batalla.

Tres meses después de finalizar regresaban a su ciudad, misma que la vio crecer y caer, un lugar que le traía bellos y magníficos recuerdos, aunque también trágicos y dolorosos. Ahora, una joven hermosa de veinte años se asomaba por la puerta del jet privado de su padre, quien la secundaba.

Bajó lentamente cada escalón estrenando y luciendo con toda la comodidad del mundo sus zapatos bajos, aunque el tratamiento hubiese sido un éxito habían quedado secuelas y debido a estas estaba limitada a usar zapatos bajos, ella no podría volver a usar tacones altos al menos no por un tiempo mayor a media hora.

El olor primaveral abrazaba su cuerpo y movía sus cabellos, todo en ella tenía escrito la palabra vida, desde la cabeza hasta los pies parecía una mujer renovada. Cerró sus ojos permitiendo que el calor y olor de su ciudad aplacaran sus nervios y rozaran sus mejillas.

Una mano en su hombro la sacó de su burbuja para traerla a la realidad. Giró su cabeza hasta encontrarse con los ojos miel de su padre, él era su cómplice, el mejor padre que una adolescente podía tener, toda su vida había tenido mayor libertad con él y no con su madre. 

— Hija, la casa nos espera, te tenemos una sorpresa, ya que comenzarás la universidad quisimos dejarte elegir entre las mejores hablé con Sara y está de acuerdo en que seas tú quien decida — su madre y él no volverían a cometer el mismo error de ocho años atrás, un error que su hija pagó con creces. 

— Claro, mañana les digo a cuál quiero asistir, por ahora estoy ansiosa con llegar a nuestra casa. Quiero ver a Daniela y a Jorge — Daniela, el ama de llaves que era prácticamente una segunda madre para ella, misma que acaba de ser abuela junto a su esposo Jorge, el chófer de la familia.

— Hija, creo que a Jorge lo verás poco antes de lo que crees — señaló hacia el auto estacionado a unos metros de ellos, hizo un ademán para que este saliera y la saludara —. Ven aquí — un señor de unos cincuenta años lleno de canas y arrugas que a pesar de eso no dejaba de ser apuesto bajó del auto, ella pensó que en sus años seguramente fue un rompecorazones.

Sus ojos se cristalizaron al ver a Jorge, el fue como un tío para ella, siempre cubriendo sus travesuras en el jardín y junto a Daniela se la llevaban para dar paseos cada que sus padres discutían. 

— ¡Jo! — esta se abalanzó enérgica sobre el chófer. Él se consideraba como el abuelo que su niña nunca tuvo, ya que los suyos habían muerto en un accidente de auto cuando apenas tenía meses de nacida.

— Mi niña Sofía, es bueno verla de nuevo con esa energía y su sonrisa nuevamente, para un viejo como yo estas emociones no son tan buenas — ella comenzó a reír al igual que todos ahí. La felicidad era palpable en el ambiente, tanto que el dolor detuvo su felicidad, pero no por ello dejó de sonreír. 

— Lo sé Jo, aún vivirás mucho tiempo más a nuestro lado, ¿Cuántos años tienes? ¿Cincuenta? ¿Cincuenta y cinco? Sigues igual a como te recuerdo, no has cambiado para nada, estoy ansiosa por ver a mamá Dan y a mi amigo Gerardo, me enteré por mamá que se convirtió en padre hace poco, entonces debo felicitarlo y conocer al retoño — avanzaron hacia el auto entrando en el y sin demora poniéndose en marcha a su destino.

— Él está en la casa señorita, el señor Lucian nos permitió que pasara las vacaciones aquí con nosotros así que estamos consintiendo todo lo que podemos a nuestro pequeño nieto, en unas semanas se irán a la ciudad donde recién lleguen su esposa deberá regresar al trabajo al igual que él.

El sonido de un teléfono inundó la parte trasera del coche haciendo que todos guardaran silencio por unos minutos hasta que el dueño de este comenzó a hablar libremente y en voz baja por el auricular.

— Así que pronto se irán — Jorge asintió levemente —. Oh entiendo, será mejor que me apresure en darle su regalo. Entonces que tal si nos detenemos en un centro comercial, así aprovecharé a comprar unas cosas para mí y regalos para todos. 

— Está bien hija, pero papá tiene cosas urgentes que hacer, ¿Te parece quedarte con Jorge y después regresar a casa? — dice Sara sacando una tarjeta de su cartera, misma que entregó a su hija.

— Claro mamá, será rápido quizá ¿Una hora? — dice Sofía metiendo La tarjeta en su bolso. 

— No demores mucho, no hagas preocupar a tus padres —  se tomaron de las manos y se abrazaron, ambas ya habían arreglado sus diferencias con anterioridad durante el tratamiento y sobre todo afianzaron su vínculo madre e hija que tenían roto. 

Ellas no precisamente eran como otras mujeres, Sara tenía el orgullo demasiado alto como para reconocer que su hija tenía la razón en algunas cosas, pero sobre todo, en alguna parte de sus subconsciente Sofía pensaba que su madre tuvo algo que ver con aquel accidente en el que se vio involucrada.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo