Eres Mía

Fiorella

—Abre! Lo hablamos en la mañana!—grita tía Cass desde el otro lado de la puerta.

—¡Ya me arrepentí! ¡No quiero ir, todos van a estar ahí y me van a ver!—contesto.

La puerta se abre de golpe y veo asustada a tía Cass. ¡Acaba de abrir la puerta de una sola patada! ¿¡Acaso está loca!?

—Voy a volverte en la chica más ardiente y sexy de toda la noche—dice con una sonrisa malévola.

—¿¡Y yo para qué quiero eso, Cassie!?—pregunto exaltada.

—A ver, más respeto jovencita, soy "tía Cass". Y lo necesitas para que conquistes hombres esta noche—dice y me guiña un ojo.

Ruedo lo ojos y me tiro a la cama, dejando mi trasero al aire y la cara metieda en la almohada. De pronto siento una gran nalgada que me hace brincar y ver con enojo a la mujer frente a mí.

—Ve a bañarte, ahora—dice poniéndose en su modo serio. Yo asiento temerosa con la cabeza y corro hacia el baño.

Minutos después, salgo con una toalla enrollada en el cuerpo, me pongo mi ropa interior y luego el vestido que me compró la tía Cass. Es rosa pastel, corto, me llega hasta las rodillas y trae un escote moderado, con los hombros caídos. Es bastante simple y bonito a la vez.

Me veo en el espejo, dando un par de vueltas, sonrío inconscientemente.

—Felicidades, universitaria—dice una voz desde el marco de la puerta.

—¡Christian! ¡Me alegro que hayas vuelto!—digo y corro a darle un abrazo.

Christian es doctor y a veces le toca en los turnos de noche y otros en los de día, así que pocas veces está en la casa, hay días enteros que pasa metido en el hospital y es un poco frustrante tanto para mi tía como para mí; ya que hay situaciones que nosotras no podemos controlar y él tiene que intervenir.

—No me podía perder tu graduación, bonita—dice y deja un beso en mi frente.

Él y yo nos llevamos muy bien, tenemos casi una relación padre-hija pero solo que tío-sobrina. Me protege mucho y yo a veces le doy consejos para sorprender a tía Cass, somos cómplices. Está al tanto de mi situación y me apoya con toda el alma.

—¿Y pasa con el hospital? ¿No tienes algo pendiente?—pregunto.

—Tengo a alguien que me cubre, todos en el hospital te envían los mejores deseos. En especial Henry—dice y me lanza una mirada pícara.

—¿¡Pero qué dices!?—digo sonrojada y le pego un golpe suave.

—Dijo que en cuanto pueda, va a venir a verte—dice y sale de mi habitación para arreglarse.

La tía entra tiempo después y me empieza a maquillar y peinar, trae unos tacones gigantes blancos y de solo verlos me mareo.

—¿No puedo ir en tenis?—pregunto cansada.

—No. Estos son especiales porque yo los usé en mi graduación—dice con un brillo en los ojos.

—Entonces deben de tener 500 años—digo con burla.

Ella me da un golpe suave y me ve con el ceño fruncido. Termina de dar los últimos detalles y sus ojos se cristalizan al verme terminada.

Mi cabello está suelto, con ondas en las puntas, mi maquillaje es algo básico ya que no me gusta en exceso, uso brillo de labios rosa y un poco de brillos en las mejillas.

Una vez todos estamos listos, salimos de la casa para ir a la ceremonia. Al llegar, me colocan la túnica y birrete, algunas de mis amigas se acercan emocionadas para tomarnos fotos. Me tomo varias con la tía y Chris.

—¡Fio!—grita alguien mi nombre a lo lejos.

Al voltearme veo a Austin Hicks, el chico popular y niño de hermano mayor. No se sabe nada de sus padres pero los rumores dicen que nadie sabe donde están, lo ayudé en un proyecto de Historia y después de eso me volví invisible para él. Todo el colegio conoce a su hermano y lo adoran como si fuera un dios, aunque para mí es totalmente irritable.

Cuando está cerca de mí, la tía Cass me da un codazo para que haga buena cara y con una sonrisa forzada lo saludo.

—Hola, Austin. Feliz graduación—digo y él me abraza. Yo lentamente correspondo el abrazo.

—Feliz graduación a ti también, Fio—dice al separarnos.

—Chico Colón, pudiste pasar. Sorprendente—digo un poco sarcástica.

—Claro, chica india—dice y puedo notar un pequeño sonrojo—Mi hermano va a venir y quiere conocerte—me sorprende eso último.

—Claro, búscame en el baile, ahí estaré—digo por último y me voy a sentar junto con los demás.

Austin está en otra sección así que su grupo se sienta un poco más atrás. La destacada de las calificaciones comienza su discurso, al final todos aplauden y comienzan a repartir los títulos, hasta que es mi turno.

—Fiorella Parks Denver—dicen por el micrófono y yo me levanto instantáneamente.

La tía Cass y Christian se levantan y aplauden efusivamente, agradezco a los profesores y a la directora, de reojo puedo ver como alguien al fondo se levanta y viene hacia acá. Austin se levanta y lo detiene antes de que llegue hasta mí, lo saca del lugar.

Cuando terminan de entregar los títulos, me tomo más fotos y luego nos vamos hacia el salón donde será la fiesta.

—¿Y ahora que harás? De hecho...¿cúal es tu carrera?—me pregunta Chris mientras maneja.

—Que idiota..., digo entre risas—Fotografía, esa es mi carrera.

—Ese vocabulario—me riñe la tía.

—Déjala. Podrías tomar buenas fotografías para publicitar el hospital—dice con una sonrisa.

—Te cobraré...pero lo pensaré—digo haciéndome la pensativa.

—Jaja claro—dice y sigue con la vista alfrente.

Donovan

—¡Diablos hermano! Contrólate—me dice Austin empujándome de los hombros.

Al ver subir a esa chica, mi lobo se alteró y quería reclamarla ahí mismo. Esa chica es mi mate, mi luna, mi pareja de vida y la quiero a mi lado AHORA. Evan no se ha querido calmar desde ese momento, estamos muy desesperados y el único lugar donde la puedo ver es ese baile. Quiero ir hacia allá pero Austin me dijo que sino me calmaba, no iríamos.

—Steven viene en camino, hasta que él no llegue, no iremos al baile—dice serio.

—Hermano, yo...lo siento mucho3digo soltando un pesado suspiro—Sé que ella es la chica que te gusta y ella...bueno...ella es mi mate.

—No te preocupes por eso, ahora lo importante es que no te le tires encima—dice con una triste sonrisa.

Steven llega dos horas después y como estoy más calmado, nos dirigimos hacia el baile, no quiero que Austin se lo pierda ya que por un momento puede vivir como un adolescente normal.

Cuando estamos allá, Austin se aleja de mí para ir con sus amigos y disfrutar del baile, Steven se queda lo más cerca que puede de mí para que cuando la vea otra vez, no le salte encima.

Veo que la puerta del baño se abre y ese exquisito olor a fresas y melocotones llega a mis fosas nasales haciendo que Evan se altere y tome el control de mi cuerpo. Camino con rapidez hacia ella con Steven pisándome los talones y gritando mi nombre, Austin lo nota y viene hacia mí para detenerme pero es tarde ya que estoy frente a ella.

Es hermosa...ese vestido rosa pastel le queda de maravilla, su peinado la hace ver más hermosa que nunca pero su ceño fruncido y brazos cruzados me desconcierta un poco.

—Así que tú eres el hermano mayor de Austin, un placer en conocerte—dice y su voz deja mis oídos endulzados. Son la melodía que quiero escuchar siempre.

—Fio, su nombre es Donovan—le dice Austin ya que yo no me puedo mover de donde estoy y dejar de verla.

—Chico Colón, acabas de llegar? Porque hasta ahora te veo—le pregunta ella y gruño con el apodo que le puso a mi hermano.

No por molestia sino porque lo trata con mucha confianza y yo no tengo un apodo ni su confianza.

—No lo puedes tener porque la acabas de conocer—

—Mía—digo de repente. Ella me voltea a ver confundida.

—¿Qué?—pregunta.

—¡Eres mía!—digo y salto a olfatear su cuello.

Me sorprendo cuando soy alejado rápidamente de ella y cuando ella misma me proporciona un fuerte puñetazo en toda la quijada. Por un momento puedo ver como en su mejilla derecha algo brilla. Sale corriendo del lugar seguida de una mujer y un hombre adultos.

—¡Espera!—digo sosteniéndome la quijada.

Steven me detiene y niega con la cabeza. Dejo a Austin ahí, que disfrute un poco más del baile pero yo salgo de ahí junto con Steven. Regresamos a la manada y pongo en acción todos los medios necesarios para encontrarla, no la voy a dejar así tan fácil.

—La asustaste, Donovan—me dice Steven mientras revisa unos documentos.

—No me pude controlar, tienes que entenderme. Llevo mucho tiempo buscándola, no la quiero perder—digo desesperado.

—¿No recuerdas su nombre?—me pregunta y teclea algo en su tablet.

—Fiorella, sé que se llama así pero no recuerdo sus apellidos. Cuando los dijeron en la ceremonia, mi mente estaba cegada yendo hacia ella—contesto un poco frustrado.

—Austin debe saber sus apellidos, hasta hace un momento estaba loco por ella—dice serio y se levanta para salir de mi oficina.

—¡Viste lo hermosa que es!—dice Evan emocionado.

—¡Claro que sí! Es perfecta. ¿Viste esa extraña marca en su mejilla cuando se enojó?—

—Sí. Es extraña pero aún así la hace ver hermosa—

—Crees que nos acepte?—pregunto un poco triste.

—Claro que sí! Es perfecta—

Asiento con la cabeza y cierro el l**k.

Fiorella

—¿Estás bien? ¿No te hizo nada?—me pregunta tía Cass angustiada.

—No me hizo nada. Lo golpee antes de que me hiciera algo—contesto seria.

¿Qué le pasa al hermano de Austin? ¿Quién se cree para reclamarme como suya?

Por dicha ya no nos volveremos a ver y dejaré que toda la ira se vaya de mi cuerpo poco a poco. Toco mi mejilla angustiada al acordarme de eso, la tía Cass la toca y niega con la cabeza.

—Ya desapareció, creo que ya estas más calmada—dice con una sonrisa.

Christian está un poco ansioso y maneja con rapidez hacia la casa, tal vez está molesto y me quiere proteger. Espero no volver a ver a ese tipo otra vez en mi vida.

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