Capítulo 3 Mundo inferior

No podía creer lo que estaba pasando ... estaba cayendo hacia el inframundo ...

No cayendo, sino flotando hacia él.

Todo era oscuridad a mi alrededor, excepto por un punto de luz que venía a mi lado, era el yelmo de la oscuridad brillando.

El casco de Hades, sus ojos brillaban de un gris casi estrellado sobre la luz del casco.

- ¡MALDITO! - le exclamé.

Él simplemente asintió con la cabeza.

Me sentía demasiado cansada, sostenía las telas rotas de mi ropa, atándola rápidamente y de manera un poco superficial, era difícil hacer algo cuando no tenías el control de tu propio cuerpo que parecía descender por un abismo sin fin.

De repente, mis pies tocaron una superficie arenosa.

Una arena negra y densa.

Un río estaba frente a mí.

El aire era horrible, me quemaba los pulmones, si fuera mortal ciertamente moriría con ese aire terrible.

Me arrodillé tratando de razonar cómo había salido de una boda en el Olimpo y ahora trataba de respirar el aire del inframundo.

Fue una pesadilla ...

“Puedo llevarte al carruaje.” Hades se acercó y antes de que pudiera decir claramente que no iría a ningún carruaje, fui fácilmente levantado del suelo por él.

Mientras me llevaban al carruaje me sorprendieron voces detrás de nosotros, murmullos.

"No mires", sugirió Hades mientras me cargaba.

Miré hacia atrás y vi una puerta enorme por la que salían sombras con formas humanas, algunas flotaban sin rumbo fijo, otras se dirigían directamente hacia un bote con una figura encapuchada sosteniendo un remo.

Caronte ... el barquero que se llevó las almas.

Las vidas humanas fueron tan fugaces, al final todos terminaron aquí ...

- ¡Liberarme! - le exclamé.

- El carruaje está ahí mismo.- Me bajó y frente a mí había un enorme carruaje negro.

Los caballos eran simplemente aterradores, más demonios que caballos.

¿En qué mundo era este el opuesto al que nací y crecí?

- ¡Me estás secuestrando! - protesté golpeando con el pie para no entrar.

- Hasta donde yo sé, guardé su pureza ..- respondió y de repente lo vi sonrojarse rápidamente dándole la espalda.

Miré hacia abajo y el nudo que había hecho se soltó para revelar un tercio de mis senos.

Me sonrojé.

Qué pesadilla, agarré la tela rasgada del vestido y la até bien esta vez.

- Puedes darte la vuelta, - le informé.

Hades se volvió pero no me miró a los ojos, sino que miró el carruaje.

Se acercó a ella y entró rápidamente.

Mantuvo la puerta abierta y me indicó que entrara.

- ¡De ninguna manera! No voy a ir a ningún lado contigo.- exclamé.

- No podrás volver al mundo de los vivos sin mí, Cerberus no te dejará pasar.- respondió con calma.

Cerberus era el perro de tres cabezas que custodiaba la entrada al inframundo.

- ¿Entonces soy tu prisionera? - Respondí.

- Por ahora.- respondió con petulancia.

Sentí odio en ese momento, era uno de los dioses que acabó con la tiranía de los titanes iniciando el reinado de los dioses, debió pensar que era demasiado poderoso y tenía derecho a secuestrar a la diosa que quería, recordé a Amfitrite, la nereida que era el objetivo de la pasión de Poseidón.

Ella se negó a casarse con él huyendo de él a las profundidades del océano, pero Poseidón, enloquecido por el amor, provocó grandes desastres en los mares hasta que Anfitrite cedió al matrimonio.

Yo nunca me rendiría.

- Ven, en mi castillo puedes descansar ..- declaró Hades y sus ojos grises me miraron, su mano extendida para que la sostuviera.

Lo pasé directamente al carruaje y me acomodé lo más que pude.

La puerta se cerró y el carruaje se movió, con una sacudida se fue volando y la vista que tenía desde la ventana me disgustó.

Era un lugar demasiado oscuro, con varias áreas en llamas y lo que parecían almas vagando.

- No es tan hermoso como el Olimpo, pero aquí no hay Ares ni Dioniso, bienvenido a mi reino.- pronunció.

- Puedo protegerme de ellos, no soy un mortal indefenso.- respondí.

"Y tampoco lo es Atenea, diosa de la sabiduría en la batalla", respondió Hades.

- ¡Soy la hija de Deméter, diosa de las flores, la agricultura y la naturaleza! Exclamé con irritación.

- Genial, la próxima vez arroje un puñado de flores a sus atacantes, apuesto a que Ares estará muy herido ..- bromeó.

Maldito seas.

Miserable dios de los muertos, mi madre tenía razón sobre su corazón negro ...

No es de prever, ya es un arrepentimiento.

Leonardo da Vinci

Nota del autor.

El inframundo, también llamado Hades, es el reino de los muertos, su gobernante es el dios Hades, era donde se llevaban las almas, su destino se decidía en un juicio y podían ir a tres lugares diferentes, Tártaro, los campos Elísios o el campo de Afósdelos.

Tartarus era una prisión donde los enemigos del Olimpo fueron enviados, luego de la titanomaquia, la guerra contra los Titanes, fueron encarcelados en el Tartar que se encuentra en las profundidades del reino de Hades.

Los Campos Elíseos son lo opuesto al Tártaro, un paraíso donde solo van los dignos, junto al río Lete, el río del esquecemento, algunas personas pasaron muchos años allí bebiendo río Lete y olvidando toda su vida terrenal, después de eso algunos reencarnaron.

El campamento de Afósdelos está destinado a las almas que, tras el juicio, no fueron consideradas ni buenas ni malas, que vivieron una vida irrelevante.

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