Capítulo 9

Victoria levantó la vista al escuchar ese apodo y esa voz que conocía bastante bien, y se quitó los lentes oscuros para verificar que lo que estaba viendo era real.

—¿Santiago? ¿Qué haces aquí? ¿A caso me estás siguiendo?

—No, la pregunta es: ¿Tú que haces aquí? ¿No se supone que te habías ido de Tabasco? ¿Y qué hace en la mesa dónde me iba a esperar mi cita? — miró alrededor y el café estaba prácticamente vacío, solo había una pareja de adultos mayores en una mesa al fondo del establecimiento.

—Espera, ¿Quieres decir que tú? No, no puede ser… ¿Tú eres Álvaro Narváez?

—Sí, el mismo que viste y calza ¿Tú eres Tory San Román? No, no me digas que tú eres la que quiere comprase un marido.

—¡Cállate! No lo digas tan alto. ¿A caso quieres que todo el mundo se entere?

—¿Entonces si eres tú? No lo puedo creer, eres muy, muy…

—Ya dilo con todas sus letras, soy muy bonita como para recurrir a esto.

—Yo iba a decir que eres muy joven y podrías conseguir el marido que quieras, sin tener que comprarlo, bueno, menos uno tan guapo como yo, claro.

—¿Tu verdadero nombre es modesto? Ya siéntate, no sigas llamando la atención, no eres nada discreto.

—A ver explícame, ¿Tu verdadero nombre es Victoria Sánchez? ¿Tory es diminutivo de Victoria? ¿Me mentiste cuando nos conocimos?

—Mi nombre es Victoria San Román, mi familia es muy conocida en Comalcalco, por eso cuando nos conocimos me cambié el apellido, no quería que supieras quién era yo.

—No había necesidad de mentir, yo no soy del pueblo y no conozco a nadie.

—Pero yo no lo sabía. ¿Y tú porqué me mentiste? ¿Cuál es tu verdadero nombre?

—Santiago de Alvarado Narváez—Sacó una identificación y se la mostró — En las redes sociales me pongo Álvaro por Alvarado.

—¿Y por qué respondiste a mi anuncio? ¿Sabías que era yo?

—No para nada, de hecho, tu foto de perfil tiene tantos filtros, que pensé que me iba a encontrar con una mujer mayor, nunca me imaginé que se tratara de una mujer, así, como tú.

—¿Y realmente estarías dispuesto a firmar ese contrato? ¿Qué fue lo que te motivo a venir aquí?

—Digamos que…Estoy huyendo.

—¿De los hombres que te golpearon?

—No, esos hombres lo único que querían era mi camioneta y mi dinero, me golpearon, me robaron y me abandonaron en medio de la carretera, no les vi la cara así que no los podría reconocer.

—¿Eres un delincuente? ¿Es por eso que estás huyendo?

—No, no te preocupes, no soy un delincuente, estoy huyendo de un marido celoso, tuve la fortuna de enredarme con una mujer casada así que su esposo me mandó a matar.

—Santiago, esto no es un juego, eso parece historia de telenovela.

—No te estoy mintiendo, yo soy de Jalisco, llegué aquí buscando a un familiar, pero resulta, que ya no vive en el domicilio que yo traía, estaba a punto, de irme a Veracruz, pero vi tu anuncio y quise ver de qué se trataba, fue por eso que te pregunté si el contrato incluía un domicilio, ya no cuento con mucho efectivo, necesito un lugar dónde quedarme y conseguir un trabajo, ya que la mayoría de mis clientes están en Guadalajara, quizá pueda conservar los clientes de la ciudad de México, pero sin mi auto, será complicado moverme, y además tuve que comprar un teléfono móvil nuevo.

—¿Tienes alguna manera de comprobar lo que estás diciendo?

—Por supuesto, puedo darte los teléfonos de mis clientes, puedes pedir referencias, lo único que no puedo darte, por obvias razones, es el teléfono de mi amante, si su marido descubre mi ubicación, no dudará en enviar a sus matones por mí, veras, ese hombre, si tiene algunos negocios turbios y tu anuncio dice que es por cuatro años, yo creo que es tiempo suficiente para que se olviden de mí.

—Envíame tu resumen curricular, llamaré a tus clientes para pedir algunas referencias, no quisiera admitirlo, pero cumples perfectamente con el perfil que estoy buscando.

—¿Ya me puedes hablar del contrato, la paga y las prestaciones?

—En cuanto a la paga, te lo diré cuando haya comprobado tus referencias, el contrato, es un contrato prematrimonial, donde se específica que nos casaremos legalmente, bajo el régimen de separación de bienes, deberás ser fiel durante los cuatro años que dure el contrato, tu y yo, no tendremos intimidad sexual y por ningún motivo, nos podremos divorciar antes de cuatro años. A cambio tus prestaciones serán, un auto, una cantidad mensual para tus gastos, una hermosa casa para vivir y una bella esposa para presumir, no está por demás decirte que, ante la gente, deberás parecer muy enamorado de tu esposa.

—Todo está muy bien, solo tengo una petición, o bueno dos peticiones, como te dije por mensaje, necesito que el divorcio se firme por anticipado con la fecha estipulada en la finalización del contrato, no quisiera preocuparme por perder mi libertad.

—Me parece bien, no hay ningún problema con eso, lo comentaremos con el notario para que redacte el documento. ¿Cuál es la segunda petición?

—Soy un hombre joven, guapo y con mucho vigor sexual, no puedes pretender ponerme a dieta durante cuatro años, necesitaré desfogarme de vez en cuando.

—Está bien, puedes hacerlo cuando visites a tus clientes de la ciudad de México o podemos hacer viajes cortos en los que tú salgas con mujeres y yo tal vez pueda salir con alguien también, pero deberá ser lo más lejos del pueblo, nadie debe enterarse de este trato, si sale a la luz, perderás tu pago en automático.

—Ya sabía que en Europa, las mujeres son más…Liberales, pero no pensé que tanto, me agrada la idea de que hagamos viajes para poder salir y tener sexo.

—En realidad, es porque quiero que no sea un sacrificio para ti, cumplir con el trato, si tú te la pasas bien, los cuatro años no serán un suplicio y será más fácil cumplir con el contrato.

—Supongo que dormiremos en habitaciones separadas.

—¡Maldición! No había pensado en eso, no, tendremos que compartir la misma habitación, tendrás que dormir en un sofá durante cuatro años.

—¡Eso si será una tortura!

—En cuanto tenga oportunidad, compraré un sofá cama, para que estés más cómodo, mi madrastra, ella vivirá con nosotros y estará muy pendiente de que durmamos juntos, quizá hasta intente escucharnos detrás de la puerta, así que debes ser un excelente actor.

—¡Vaya! Será un gran reto, pero no te preocupes estoy dispuesto y verás que seremos el matrimonio perfecto durante cuatro años, solo no te enamores de mí.

—¿Y cómo por qué me enamoraría de ti?

—No me digas que no te gusto, ni tantito.

—Para nada, además de modesto, vanidoso. No te preocupes, eso no pasará, y espero que tú, tampoco te enamores de mí.

—Yo soy inmune al amor Lady Londres, todavía no nace la mujer que haga que Santiago de Alvarado conozca el amor, esa palabra no tiene un significado en mi diccionario.

—Entonces desayunemos, porque muero de hambre, hoy mismo voy a revisar tus referencias y si todo está bien, te llamaré para que mañana mismo firmemos el contrato, será ante notario, voy a necesitar una imagen de tu identificación. ¡Y por favor, ya no me digas Lady Londres!

Pidieron de desayunar y siguieron hablando de las especificaciones del contrato, Victoria, esperaba que las referencias fueran reales y que no hubiera problema, Santiago, era perfecto para el contrato, era guapo, inteligente, culto, Dinora no tendría por qué dudar que estaba perdidamente enamorada de él, porque Santiago, era un hombre del que cualquiera, podría enamorarse… ¿Menos ella?

Santiago estaba satisfecho, había conseguido lo que necesitaba, una casa en el pueblo, una esposa y tal vez una buena remuneración económica, en cuanto saliera de allí, debía poner en antecedentes a sus referencias, necesitaba que hablaran muy bien de él y que confirmaran su versión. Victoria era una mujer, hermosa y con un carácter bastante agradable, no iba a ser difícil convivir con ella, durante cuatro años, esperaba que ese tiempo fuera suficiente, para conseguir lo que había ido a buscar a ese pueblo.

Terminaron de desayunar y ya parecían grandes amigos.

—Bueno, tengo que irme, esperaré tu llamada para vernos mañana, y cerremos el trato.

—Perfecto, en cuanto llegue a la oficina, me encargaré de verificar las referencias y de enviarle tu identificación al notario —Santiago sacó dinero de su bolsillo. —No te preocupes, yo te invito,

—Perfecto, apoyo la liberación femenina.

En cuanto salió de la cafetería, Santiago tomó su móvil y realizó una llamada.

—Te van a llamar, van a pedirte referencias, ya sabes que decir y llama a tu hermano porque también lo llamarán a él.

—¿Conseguiste trabajo? — Preguntó la voz del otro lado del teléfono.

—Mejor que eso, conseguí una esposa.

—¿Estás loco? Te dije que consiguieras una novia, no que te casaras, tu y yo… Teníamos un acuerdo.

—Y voy a cumplirlo no te preocupes, tengo todo bajo control.

—Santiago, no te enamores, vas a perder objetividad.

—Eso no va a pasar, no te preocupes, solo lo hago porque así conviene a nuestros planes.

Colgó el teléfono y tomó un taxi, iría al centro de la ciudad a conocer un poco, no tenía caso regresar al pueblo, si al siguiente día, debía volver para la firma del contrato

Victoria pidió la cuenta y llamó a Alfredo entusiasmada.

—¡Lo tengo! Ya tengo al prospecto de marido, es perfecto.

—¿Estás segura? ¿Será confiable?

—Te voy a envira su hoja de vida y los teléfonos de sus referencias, ¿Me puedes ayudar a investigar si las empresas existen? Yo voy a llamar a los teléfonos.

—No te preocupes, yo me encargo de todo, será mejor que yo llame personalmente, tengo más experiencia en eso.

—Me parece bien, de una vez te envío la fotografía de la identificación oficial. ¡Ah, y por cierto! Me pidió una condición para firmar.

—¿Un anticipo?

—No, solo quiere que el acuerdo de divorcio se firme de una vez, con la fecha estipulada en la finalización del contrato, quiere asegurarse, de que no tendrá problemas para recuperar su libertad.

—Perfecto, no hay problema, lo redacto y en cuanto verifique las referencias te llamo para que lo cites, mañana mismo.

—Gracias Alfredo, ojalá y esas referencias sean reales, es un excelente prospecto, Dinora no tendrá ninguna duda de que nuestro matrimonio es real.

—Será real, Victoria, estarán casados legamente, será tu esposo, aunque lo hayas comprado…

Victoria, sonrió para sus adentros, Dinora podía irse despidiendo de la fortuna de su madre, subió al departamento y se cambió de ropa, se puso un traje de baño y una bata, el complejo tenía una alberca y ella estaba dispuesta a disfrutar el día, al parecer todo estaba bajo control.

No habían pasado más de dos horas cuando Alfredo la llamó.

—Victoria, te tengo noticias.

—¿Qué paso? ¿Las referencias son reales?

—Sí, todo coincide y ya investigué también las empresas, existen, ese hombre te dijo la verdad respecto a sus clientes, todos, hablaron muy bien de él. Cítalo mañana a las diez de la mañana para firmar, allí en el departamento, yo llegaré antes.

—Perfecto, ganaremos esta guerra Alfredo, gracias, no lo lograría sin ti.

—Esperemos que así sea Victoria, y que esto no se nos vaya a volver en contra.

—Eso no pasará, nos vemos mañana.

Inmediatamente después de cortar la llamada, le marcó a Santiago.

—¿Santiago? ¡Estás contratado! Te veo mañana, a las diez de la mañana para la firma, te envío la dirección.

—Perfecto te veo mañana.

Santiago, colgó el teléfono.

—¿Algún problema papacito?

—Ninguno, solo era mi futura esposa.

Volteó a la mujer que estaba desnuda, en su cama y la embistió por detrás con toda la fuerza que le exigían sus ganas…

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