Me quedé inmóvil por unos segundos viendo la escena que parecía repetirse ante mis ojos una y otra vez como si fuera una maldita película porque sinceramente no podía creer lo que mis ojos veían, al parecer Lu tenía razón, porque esa morena a la que Apolo le está devorando la boca no tiene nada en común con Alisson. “Necesitas moverte o te van a ver” me advierte mi cerebro y mis piernas reaccionan dando medio giro para sacarme de este lugar, pero no fue lo suficientemente rápido. -¿Diana?- la voz de Apolo suena confundida antes de que pueda girar por el pasillo pero de más está decir que no me detuve. Es más, tampoco salí corriendo como una niña lloriqueando por un corazón roto. Obligué a mi cuerpo a continuar caminando tranquilo a pesar de que por dentro la historia sea distinta. Pensé que vendría tras de mí para darme algún tipo de explicación o pedirme disculpas, pero no podía estar más equivocada. En realidad eso habría pasado solo si él tuviera algún tipo de sentimien
Con solo cruzar la puerta, los nervios se apoderan de mi sistema, no sé si seré capaz de hacer esto. No es lo mismo subirse a hacer karaoke donde cualquiera canta a ser presentada como una cantante profesional donde el más mínimo error o desafinación será juzgado o peor aún, abucheado... Sin ser consciente de lo que me rodea estoy comenzando a temblar y cuando siento un toque en mi brazo hace que dé un salto en mi lugar del susto. -Tranquila diosa, me alegra mucho que por fin hayas llegado. Ya comenzaba a creer que no vendrías.- me sorprende la voz de Matías, el dueño del bar que se acercó sin que lo notara. -Lo siento, estoy un poco nerviosa.- digo con una sonrisa tímida. -No tienes de qué preocuparte, sé que harás un excelente show esta noche.- dice y de pronto mira a mi alrededor buscando algo. -¿Qué sucede?- pregunto. -¿Has venido sola? Pensé que tu novio te acompañaría.- comenta sorprendido. -Eh… Si, vine sola. Y él no es mi novio, solo es un compa
Soltando un fuerte gruñido que se ahoga en el fondo de mi garganta, cruza sus brazos por detrás de mi cintura envolviendome por completo para pegarme más a él haciendo que yo gima en su boca. Sus labios se apoderan de los míos de una forma posesiva y desesperada, los lame, los chupa y los muerde haciendo que mi cerebro quede reducido a papilla en mi cabeza y mis hormonas están completamente descontroladas recorriendo cada rincón de mi cuerpo. Mientras que las jodidas mariposas de mi estómago pareciera que se dirigen hacia el sur provocando que todo mi cuerpo entre en tensión cuando siento que sus manos se deslizan hasta mi trasero para apretarlo con fuerza haciéndome gemir más fuerte, y como si eso lo excitara aún más, vuelve a gruñir y me levanta por el trasero para que envuelva mis piernas en su cintura. Camina conmigo como si no pesara más que una pluma y no sé en qué dirección porque sus labios no se despegan de los míos en ningún momento. Presiento que de un mome
Creo que tardé más de lo normal en abrir la puerta porque mis manos no dejaban de temblar y es porque puedo sentir su intensa mirada en mi espalda, como todo un caballero espera que entre para retirarse. No volví a girarme porque temía que pudieran fallar mis piernas y caería de rodillas si volteaba a verlo y gracias al cielo no lo hice. Porque una vez adentro y mientras cerraba la puerta pude ver que estaba apoyado contra su coche, cruzado de brazos sin despegar su mirada de mi, con una sonrisa arrebatadora y sexy que tranquilamente podría lograr que vuelva a correr a sus brazos para colgarme de su cuello si no fuera porque la puerta estaba de por medio. Cierro la puerta y no puedo evitar apoyarme contra esta para recuperar un poco los latidos de mi agitado corazón, son muchas las sensaciones que invaden mi cuerpo en este momento. Por un lado está la duda de que esto pueda ser tan solo un juego para él, que solo se divertirá conmigo por esa idiotez de que soy virgen de y
El día se pasó volando, mientras estábamos almorzando lo sorprendí tomándome fotos y tuve que pedirle por favor que dejara de hacerlo, no soy para nada fotogénica y estaba segura de que eran horribles, pero cuando me las mostró debí reconocer que no estaban tan mal. Luego fuimos a un parque de diversiones y creo que no me había reído tanto en mi vida cuando nos subimos en la montaña rusa y casi muere del susto porque fingí que me desmayaba al final de la vuelta. Obvio que me costó muchísimo hacer que su buen humor vuelva, sobre todo porque no dejaba que me acerque para que no lo toque. (Me dijo que no era mi cachorrito para que le acariciara la cabeza y cayera rendido a mis pies.) Debo reconocer que tuve que reprimir una sonrisa por la comparación que usó, entonces le hice una propuesta a la que no se pudo resistir. Apostamos a un juego de tiro al blanco, si yo ganaba debía perdonarme por la joda y llevarme a todos los próximos partidos del Chelsea de esta temporada
Cuando acabó la melodía estaba tan perdida en la letra y el sentimiento con el que canté que no me había percatado de que tenía público hasta que los aplausos sonaron en el pequeño cuarto. Haciendo un repaso breve por la sala veo a Katherine, Grace, otra mujer mayor que por lo que me contó Jaz debe ser su otra nana Alice y Jaz. Todas con los ojos vidriosos a punto de soltar lágrimas. -¿Qué tal salió eso? ¡No tengan compasión, estricto jurado!- digo con una sonrisa divertida, no creo poder lidiar con estas cuatro mujeres si comienzan a llorar, podría salir corriendo. -Es ella…- dice la tercera mujer que me mira con los ojos enrojecidos haciendo que la mire de lado por no entender lo que dijo. -Tienes la voz de un ángel preciosa Diana.- dice Grace. -Por todos los dioses Diana tienes un verdadero don para el canto. ¡Vas a ganar ese concurso, te lo aseguro!- dice Katherine y se acerca para abrazarme. Por favor… ¿por qué a esta mujer le gusta tanto abrazarme? J
-¿Qué te dijo?- -¿Quién?- -El papa. ¡Mi madre Diana, no te hagas la tonta!- gruñe perdiendo la paciencia el señor “polvorita” -Ah… Nada muy importante, solo cosas triviales cómo lo mucho que va a extrañar a Alisson paseándose por la casa coqueteando con su esposo, o que soy su nueva ídola… Cosas comunes de chicas.- le digo con una sonrisa traviesa, pero su gesto es molesto. -No creí que ella también se daría cuenta. Mi familia debe creer que soy un idiota que se deja usar como carnada por las mujeres.- dice furioso y avergonzado tomando asiento a mi lado apoyando los codos en sus rodillas y jalando el cabello de su nuca, me da una ternura terrible verlo vulnerable así que hago lo primero que me sale para intentar levantarle el ánimo. -Bueno, no se si te sirve de consuelo pero voy a confesarte algo de lo que quizás después pueda llegar a arrepentirme…- comienzo a decir captando su atención y cuando levanta su rostro de su escondite haciendo a un lado mi vergüenz
Canté dos temas más y casi tuvieron que ayudarme a bajar porque la gente no me quería dejar ir, me pedían constantemente más temas. Tal es así que cuando bajé del escenario seguían acercándose haciendo preguntas y pidiendo que vuelva a cantar, tuve que agradecer que Matías y Apolo me rodearan y me lleven hasta el segundo piso para entrar en la oficina de Mat y que al fin me dejen en paz. -Creo que esto se nos está yendo un poco de las manos chicos.- digo un poco nerviosa mientras me quito el antifaz. -Tu tranquila muñeca que yo me encargaré de que nadie te reconozca y que estés segura.- dice Matías tomando mis manos para tranquilizarme. -No te pases de listo si no quieres que te parta la cara aquí mismo.- ruge Apolo interponiéndose entre nosotros para alejarme de su toque ya con sus puños apretados como si fuera a golpearlo en cualquier momento. -Apolo por favor… Solo está haciendo lo que acordamos.- le digo tomándolo del brazo para intentar calmarlo. Y aun