-¡¡DIANA levántate antes de que eche un vaso de agua en tu cara. No volverás a faltar un solo día más al colegio así estés volando de fiebre!! ¿Crees que es gratis pagar la fortuna que nos cobran por el colegio privado al que te mandamos? Niña desagradecida…-
-Mamaa ¿Podrías dejar de gritarme en el oído?- gemí intentando abrir mis ojos mientras quita las mantas de mi cuerpo y abre las cortinas para que entre claridad. -No me enfermo nunca, ¿no podría solo permanecer un día más en la cama?- intenté darle un poquito de pena pero sé que es inútil, no creo que exista alguien con un corazón tan duro como el de mis padres.
-Te levantas ahora mismo y te vas al colegio si no quieres que llame a tu padre.-
“Perfecto, la amenaza que siempre le funciona para sembrar el terror en mi el cuerpo”
Aún sintiendo la frente un poco caliente me levanto de la cama arrastrando mis pies hasta la ducha que aunque veo el vapor salir de esta, en mi cuerpo la siento helada y debe ser por la fiebre.
Espero que la ducha me la baje un poco, por lo general me enfermo solo una vez al año, cuando brotan las plantas en primavera que me producen alergia. No es la gran cosa, pero los primeros días me da un poco de fiebre, luego solo tos y síntomas de resfrío común.
Pero incluso cuando estoy que vuelo de fiebre mi madre no me deja faltar al maldito colegio
“Como si me agradase ir a encontrarme con mis compañeros de clases…”
Solo hay dos personas que captan mínimamente mi atención y son: mi amigo gay Lucius y mi amor platónico Polo. Pero es obvio que este último no tiene ni la más remota idea de que existo, bueno posiblemente me conozca por ser uno de los blancos favoritos de las molestias de su novia, “la perfecta Alisson”. Desde pequeñas éramos buenas amigas, pero al entrar en la preparatoria consideró que mi personalidad “asocial” era poco beneficiaria para ella entonces se unió a un grupo de chicas que se dedicaban a hacerme la vida imposible, hasta el año pasado cuando decidieron que era gracioso hacer que todo el colegio se enterara que a mis 17 años aún era virgen. Esa fue la gota que colmó el vaso de mi paciencia y entonces fui a buscarlas una por una encargándome de dejarles en claro que si volvía a salir de sus asquerosas bocas una sola palabra más de mí les arruinaría sus preciosos rostros de tal forma que no podrían ocultarlo ni con maquillaje.
Obvio que todas me comenzaron a tener miedo y dejaron de molestarme pero la perra de Alisson comenzó a seducir a Polo sabiendo que yo siempre estuve enamorada de él hasta que conseguir ser su novia.
Desde entonces cada vez que está con él me viene a provocar dentro del colegio.
Salgo de la ducha y me pongo el uniforme del colegio que es realmente horrible, (odio los uniformes) el del Westminster School consiste en una mini falda color azul oscuro, o pantalón negro, una camisa celeste y corbata que varía entre los colores amarillo, rojo, azul o verde, todas a rayas y la más discreta es en color azul oscuro con unos detalles celestes. Obvio que el 99% de las veces opto por el pantalón largo y la corbata oscura y hoy no será la excepción ya que por más que los días calurosos comiencen a azotar Londres en el estado que me encuentro hoy difícilmente pase calor.
Salgo de mi habitación y prácticamente mi madre me arrastra hasta el coche para llevarme al colegio según ella para asegurarse de que no se me ocurra faltar sin dejarme conducir mi propio coche ni probar un solo bocado de mi desayuno.
Solo con ingresar al viejo edificio ya sé que será un día difícil porque cuando estoy llegando a mi casillero veo que desde el final del pasillo se acerca Alisson del brazo de Polo mientras todos a su alrededor se hacen a un lado como si fueran una celebridad.
Intento abrir mi casillero rápidamente para que no me vean pero como si tuviera un cartel luminoso sobre mi cabeza Polo gira su rostro hacia mí y Alison lo detecta al instante. Puedo llegar a ver la sonrisa maliciosa que se forma en sus labios instantes antes de abrir mi casillero intentando ocultarme, pero cuando siento su presencia a mis espaldas sé que va a atacarme.
“Genial, mi día va mejorando...” pienso irónicamente.
-Ana… Pero que radiante luces hoy…- dice con su voz chillona y de la forma más irónica que le sale hasta que me giro lentamente con la furia reflejada en mi rostro mientras cierro de un golpe el casillero haciendo que ella dé un brinco y se aferre más al brazo de Polo buscando refugio y él al verme se le dibuja una media sonrisa burlona en sus perfectos y malditos labios haciendo que mi furia crezca por ser cómplice de sus burlas.
Solo desvío mis ojos hacia ella nuevamente para mirarla de arriba abajo y levantar una ceja en clara señal de que no tengo nada que decir de su atuendo sabiendo que odia que hagan eso y doy media vuelta para ir hacia la enfermería a que me den algo para la fiebre. Realmente no quiero gastar mis pocas energías en discutir con Alisson.
-La verdad es que viendo tu cara, retiro lo dicho. Te ves horrible aunque eso no es una novedad. ¿No cielo?- dice a mis espaldas y ahí se fue mi intento de ignorarla, no me interesan tanto sus insultos, solo que se me revuelve el estómago cuando lo llama “Cielo” frente a mi porque cuando éramos amigas siempre le decía que él era mi cielo por sus lindos ojos celestes.
Me freno de golpe y giro lentamente para que vea mi sonrisa antes de decirle…: -El karma es como tus tarjetas de crédito Alisson, disfruta ahora, pero no te olvides que pagarás después… Y yo puedo verme terrible por estar enferma, pero al menos con un medicamento se me quitará. ¿Tú qué excusa tienes?- le pregunto mientras guiñaba un ojo y desaparecía por el pasillo escuchando sus pobres intentos de insultarme antes de que su novio la haga callar.
Llegué a la enfermería y mientras la Dra. me revisa, veo mi reflejo en la ventana y tengo que reconocer que Alisson tenía razón, me veo terrible.
Luego de unas pastillas y una receta para hacerme unos análisis de alergia me dirijo a mi primera clase cuando me encuentro con Lucius en el camino.
-Ana… te ves…- se queda en silencio buscando la definición correcta.
-Ya lo sé, me veo terrible. Y me cansé de decirte que odio que me llames Ana, me recuerdas a la loca de Alisson. Me llamo Diana. repite conmigo d-i-a-n-a.- le digo fingiendo molestia, sé que me lo dice cariñosamente y siempre me llamaron de esa forma, pero ahora que ella lo usa para molestarme no quiero escucharlo más. Igual es inútil, todos creen que me llamo Ana.
Luego de las dos primeras clases, llega la hora del almuerzo y agradezco al cielo ya que estaba a punto de caer desmayada del hambre por no haber comido nada desde anoche. Mientras hacemos la cola para obtener nuestra comida comienzo a creer que el destino se empeña en joderme la vida los días en que mi paciencia es limitada ya que a mi lado se ubica Polo y está tan cerca que puedo oler su perfume, y aunque en otro momento me hubiera producido una emoción terrible ahora solo me provoca nerviosismo porque sé que Alisson llegará en cualquier momento.
“Si no se le despega ni por un solo segundo, parece una m*****a garrapata.”
-Cuidado Cielo, que estar tan cerca de la peste puede hacer que se te termine pegando.- “y ahí está… sabía que no tardaría mucho en llegar”
Mis ojos se encuentran con los de ella que me mira con desprecio y pasan a los de él que me sonríe como siempre haciendo que mi rabia vaya en aumento y empeora cuando habla por primera vez delante de mí.
-¿Tú crees que esta “peste” podría llegar a pegarse a mí?- dice y la verdad es que no sé cómo fue que pude llegar a sentir cosas por este chico, es un verdadero cabrón en todo el sentido de la palabra.
Como ambos ni siquiera disimulan que están hablando de mi y me miran directamente, ya ni me importa que los que estén alrededor escuchen lo que tengo para decirles a este par.
-¿Saben qué? Sinceramente creo que el mundo está lleno de idiotas distribuidos estratégicamente para que te cruces al menos uno al día, pero evidentemente las estadísticas pueden fallar ya que creí que había cubierto la cuota de hoy.- les digo antes de tomar mi almuerzo y alejarme junto a Lu mientras escuchamos algunas risas y exclamaciones de sorpresa por hablarle de esa manera a la pareja más popular de la escuela.
-Eso fue… ¡Fue genial amiga! Me encanta cuando tu lengua filosa se sale de control, siempre sabes como hacer que quien te molesta termine ridiculizado.- se ríe Lucius mientras salimos al patio a almorzar y no puedo evitar soltar una pequeña risa por lo que dice.
-Sabes que mi paciencia tiene un límite y hoy no es un buen día para provocarme.- le suelto un poco molesta todavía, hasta que mi estómago no reciba comida no creo que mi humor cambie.
Terminamos de almorzar y nos dirigimos hacia el salón de nuestra próxima clase, nos toca historia y la profesora es bastante exigente y un poco calculadora. Es de esas mujeres mayores que cuando te dicen que el cielo es gris, por más que intentes explicarle que no hay ni una sola nube, ella encontrará la forma de hacerte saber que no debes contradecirla cuando habla.
Entramos en el salón y nos ubicamos en nuestros asientos, siempre nos sentamos en las primeras filas ya que estamos menos sujetos a la molestia de nuestros compañeros. Lucius por tener una orientación sexual distinta y yo por ser la antisocial somos sometidos a diversos tipos de burlas a diario.
La profesora Morrison hace su imponente entrada dejando su maletín de un golpe haciendo que más de uno dé un salto en su asiento y el silencio reine en el salón.
-Buenas tardes, hoy les preparé un proyecto para que realicen junto a un compañero el cual deberán presentar al final del curso y definirá su nota de acuerdo al tema que elijan, su desarrollo, exposición y la dedicación que vea reflejado en ello.- dice y hace una pausa mientras mira su planilla y yo me pierdo en mis pensamientos porque me encanta la idea, sé que con Lu haremos un excelente trabajo. -De más está decirles que los grupos los elegiré yo misma.- concluye y con eso me saca de mis pensamientos para empezar a preocuparme por sus palabras.
No me relaciono con mis compañeros con la confianza suficiente como para reuniones fuera de horario escolar ni para armar un proyecto en conjunto. Solo comienzo a rogar que me toque con Lu mientras la profesora va nombrando los grupos hasta que la puerta se abre y entra Polo, tarde como siempre, sin siquiera disculparse por interrumpir la clase.
-Que bueno que haya decidido presentarse a la clase Sr. Cook, justo estaba por indicarle quién será su compañera. Srta. Diana Swits, hará su proyecto con el Sr. Apolo Cook.- dice y mi cara pierde su color y la ilusión que mantenía de que me pudiera tocar Lucius, de todo el maldito curso lo peor que me podía pasar era que tuviera que trabajar con él.
“Perfecto, ahora sí que el día no podría ir mejor…” Pienso mientras veo cómo aprieta la mandíbula en clara forma de estar intentando contenerse de decir algo y se acerca a mi banco con su ceño fruncido fulminando con la mirada a mí y a Lu para decirle que se marche y le deje el lugar.
El traidor que se hace llamar mi amigo me abandona dejándole el asiento libre para que se siente a mi lado sin dejar de mirarme en ningún momento haciendo que me sonroje molesta por sentir sus ojos fijos en mí.
-¿Nerviosa?- susurra a centímetros de mi oído haciendo que instintivamente me aleje para no oler su perfume tan cerca. No le respondo, pero no respondo porque cuando giro mi rostro para pedirle que no me dirija la palabra, siento la intensidad de su mirada directo en mis ojos haciendo que las palabras se queden atoradas en mi garganta. No puedo creer como la fuerza de su penetrante mirada hace que no pueda quitar mis ojos de los suyos, es como si estuviera absorbiendo mi energía y mi completa atención hasta que sus ojos se desvían a mis labios. Una media sonrisa comienza a dibujarse en su boca justo antes de que algo cerca nuestro llame su atención y vuelva a alejarse con gestos de estar realmente molesto para no volver a mirarme por el resto de la clase. “Eso fue… raro” pienso. Y lo mejor sería que no volviera a pasar, nunca en mi vida había sentido algo parecido a lo que provocó que me mirase de esa manera. Termina la clase y lo primero que hago es ir a habla
-Srta. Swits, necesito que me acompañe a mi oficina.- dice la Sra. Heck haciendo que los dos hombres frente a mí desvíen su atención hacia ella y reaccionen volviendo cada uno a lo suyo, Polo a su asiento y el profesor a su escritorio. Sin perder tiempo y con tal de salir de este lugar comienzo a caminar a paso acelerado hacia la oficina de la Sra. Heck. No sé por qué motivo me llamará, bueno en realidad me hago una idea, seguramente me va a regañar por haber golpeado uno de los casilleros o por agredir a Alisson, o por no traer el uniforme completo… o por todo junto… -¿Srta. Swits, sabe por qué motivo la he citado en mi despacho?- dice haciéndome señas que tome asiento delante suyo. -Emm… ¿Puede ser…?- digo fingiendo inocencia. -No juegue conmigo Srta. sabe perfectamente por qué la he citado. ¿No trae puestas las medias del uniforme, está intentando seducir a algún profesor?- pregunta seria. -¡NO! ¿Cómo cree? sería incapaz de hacer una cosa como esa.- dig
El camino hasta su casa parece ser eterno, no sé si está molesto o si siempre es tan cerrado y cortante. Por el rabillo del ojo pude notar que aprieta con más fuerza de la normal el volante y temo que sea por tener que soportar mi presencia a su lado. No puedo creer cómo es que cada vez que estoy cerca siento que no soy yo misma, esa chica rebelde que no se deja intimidar y que dice cuanta cosa se le cruza por la cabeza, me quedo completamente sumisa bajo su presencia. Sinceramente me desconozco, es como si temiera abrirme a él. -¿Vas a estar muda todo el camino?- pregunta sacándome de mis pensamientos. -¿Qué tipo de proyecto piensas que podríamos presentar?- le pregunto para saber si tiene alguna idea en mente, aunque dudo que piense en algo que no sean mujeres. -Aaahh… No empieces tan temprano con la taladrada de cabeza, tenemos toda la tarde para pensar en eso.- se queja como un niño cuando lo mandan a ducharse. -Bueno, entonces dime... ¿Cómo conseguiste mi
-¿¡QUÉ HIZO QUÉ!?- la voz de mi amigo casi me deja sorda si no fuera porque estoy tan agitada que siento mi sangre latir en mis oídos. -Que me besó, Lucius, Apolo me besó en la biblioteca de su casa.- gemí intentando respirar. -Tranquila cariño, ven aquí, siéntate y respira conmigo. Inhala… exhala... - dice con una voz tranquila haciéndome sentar en un banco de la plaza donde nos encontramos luego de llamarlo completamente desesperada pidiéndole que viniera a recogerme. Unos minutos después ya me encuentro mejor entonces me aprieta las manos en señal de que empiece a contarle lo que sucedió. -Estábamos en su casa para comenzar a trabajar en el proyecto de historia cuando aparecieron sus padres, no creerás lo hermosos que son los dos, su madre es una diosa y su padre… “Santísimo Zeus padre de los dioses del mismísimo olimpo…” Ese hombre es un monumento a la perfección.- digo perdida en mis pensamientos. -Hey, amiga, concéntrate... ¡Aquí, vuelve a la tierra!- mi
No sé en qué momento mi cerebro se desconectó del mundo que me rodea, solo reaccioné al término de la clase porque Polo me sujeta de la mano cuando intento levantarme para salir del salón de clases. -¿A dónde crees que vas? Te dije que tenía que hablar contigo.- me dice serio. -Eee… No creo que sea el lugar correcto para hablar. Podría venir Alisson y encontrarnos.- digo nerviosa. -Hum… No sabía que de repente le tuvieras tanto miedo a ella.- dice en un tono burlón. -No… yo no le tengo miedo.- me defiendo molesta. -Claro. ¿Entonces por qué te pone tan nerviosa que nos vea juntos? Si tenemos un trabajo que hacer como pareja.- dice casi en un susurro. -No me tomes el pelo, sabes a qué me refiero. No te equivoques conmigo, lo que pasó el otro día no debería haber sucedido.- alcancé a decir justo antes de que la puerta del salón se abriera de un golpe. -Cielo… Con que aquí estabas, te busqué por todos lados, ya estoy lista. ¿Nos vamos?- la voz de Alisson no
-No… No tu no deberías decirme esas cosas a mí.- tartamudeo con la respiración agitada. -¿Por qué no puedo, te excita?- vuelve a susurrar acercando más su rostro a mi cuello para aspirar mi aroma haciendo que todo mi cuerpo tiemble en respuesta. -Hueles a canela y vainilla, me vuelve loco la combinación.- dice y con una suave caricia en mi cuello puedo sentir primero un fuego que me hace arder la piel y luego siento un frío húmedo cuando aleja su boca y suspira suavemente logrando que perciba que fue con su lengua que rozó mi piel haciendo que una corriente intensa y caliente recorra todo mi cuerpo por sentir la suavidad y la humedad de su gesto. Sin siquiera poder retenerlo, un gemido escapa de mis labios haciendo que él reaccione como una bestia, me gire y acorrale contra la pared más cercana presionando su cuerpo contra el mío. -E… Esto no está bien Apolo, tú… Tu tienes novia y yo no voy a dejar que juegues conmigo en este sentido.- logré susurrar cuando pude encon
-Ya no quiero pensarlo más Lu, es una locura todo esto.- me quejo con mi amigo mientras paseamos por el patio de la escuela. Ya es viernes y hace como tres días que mi madre está literalmente insoportable. No para de preguntarme por Apolo, decirme que ni se me ocurra negarme a salir con él porque la misma noche que me llevó a casa le dije que no iría, pero fue entonces cuando me dijo que si echaba a perder la oportunidad que tenía de acercarme a él, ella misma se encargaría de desheredarme y dejarme en la calle. -La verdad es que no entiendo a tu madre, una cosa es que se ponga feliz porque tienes una cita, pero que te lleve a un spa para hacerte un service completo… Eso ya está a otro nivel.- me dice sorprendido. -Solo faltó que me obligue a acostarme con él esta noche.- le digo avergonzada. -Me obligó a dejar que me hicieran todo tipo de cosas incluyendo una completa depilación definitiva. El peor día de mi vida.- dije tapando mi rostro con mis manos. -¿Tan malo
Decidí cantar un tema de Dua Lipa- Break my heart. Le pedí al Dj que pusiera una versión casi acústica para que resalte más mi voz y con toda la sensualidad que puedo llegar a expresar comienzo a cantar, pero a diferencia de Polo, voy a cantar mirando a las mujeres como si cantaran conmigo la canción para los hombres y a mitad del tema pienso bajar del escenario y recorrer las mesas hasta llegar a la nuestra. Siempre fui la que da el primer adiós, tuve que amar y perder cien millones de veces, tenía que equivocarme para saber exactamente lo que me gusta. Ahora me estoy enamorando. Dices mi nombre como nunca antes lo había escuchado. Soy indecisa, pero esta vez estoy segura, espero no ser la única que lo siente todo. ¿Te estás enamorando? Mi centro de atención, sabes que puedes conseguir lo que quieras de mi, cuando lo quieras cariño. Te veo en mi reflejo, tengo miedo de todas las cosas que podrías hacerme… Si lo hubie