LIII. En casa

Sus labios temblaron, lágrimas surcaban sus mejillas y su corazón palpitaba con fuerza.

No podía pronunciar ninguna palabra. Su amada Magnolia yacía frente a ella, con sus cabellos negros enmarañados, sus labios rosados y suaves, reflejando en sus ojos la melancolía y ambas observándose fijamente. Fue inevitable, en segundos Mariana corrió a refugiarse en los cálidos brazos de su amada Magnolia. Aspiro su aroma y beso su hombro suavemente.

—Te extrañe mucho —pronuncio entre sollozos

Magnolia no respondió simplemente se aferró al delicado cuerpo de la loba, cerro sus ojos pensando que tal vez era un sueño y que simplemente su corazón seguía anhelando aquel día.

No es un sueño. —pensó Magnolia llena de felicidad— Ella está en mis brazos, nuevamente en mis brazos

Todos observaban aquella escena en silencio. Algunos agachaban la cabeza con el mismo deseo de estar entre los brazos de sus seres queridos y otros con miedo.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo