Alzo aquella espada de madera con orgullo y con firmeza pronuncio.

—Yo Magnolia Hyatt te venceré —sus cabellos dorados se movieron al compás de la suave brisa mientras era observaba por su madre

Mariana sonrió, a su mente vino la imagen de su amada Magnolia, tan valiente, tan hermosa, tan única y especial. Seguía presente en su corazón. Seguía rondando sus sueños y hasta escuchaba su voz con el viento. Quería ver sus hermosos ojos, besar sus cálidos labios y refugiarse entre sus brazos, pero…

Ella estaba muerta o eso era lo que se decía.

Iba algunas veces hasta aquel inmenso portal y susurraba el nombre de su amada. Algo en su corazón se removía y un presentimiento se instalaba cada día, con más fuerza y más anhelo. Luego se iba lentamente como si esperara a que alguien pronunciara su nombre con suavidad y amor, ella giraría su cuerpo para encontrarse con su amada Magnolia, pero todo era un deseo.

El deseo de tenerla nuevamente a su lado. El d