Apenas subió al automóvil dejó salir las lágrimas que estaba conteniendo mientras discutía con Kurt, ¿por qué le dolía tanto esa decepción?, después de todo lo sucedido con su propio padre, no debería extrañarle que alguien ajeno a su familia también actuara maliciosamente con ella.
Se restregó los labios con rabia, deseaba borrar de su ser lo que Kurt le había hecho sentir, se sinceró con él, le contó su gran secreto y lo que consiguió fue la revelación de que era un hombre manipulador y mentiroso. Fingió ante ella y sus hijos que no sabía quién era, estúpido engreído, no quería volver a verlo en su vida.
De pronto recordó a la señora Lynda, su respiración se agitó, era su paciente y consideraba un deber sagrado seguir su tratamiento, así que se dar&iacut
Alanna comenzó a dar vueltas en la cama, estaba furiosa con Kurt y con cada segundo despierta su rabia aumentaba, a su mente vino su amiga y vecina Penny, pero consideró que ya era muy tarde para llamarla, así que abrazó su almohada y rogó por dormirse.Al despertarse se sentía agotada física y mentalmente, pero se armó de valor y sacó su cuerpo de la cama, ayudó a los pequeños a prepararse, sintió que ambos la observaban con detenimiento, pero no estaba de ánimos para caer en el análisis de comportamiento que sus hijos querían hacerle, así que los apuró para salir al colegio.Llegó al hospital y se internó en la habitación de Lynda Hogdman, apenas deteniéndose a darle los buenos días a Jay y a Luke quienes estaban intercambiando turnos. –
Al llegar a la casa en la tarde, Zak y Erin estaban trabajando en unos proyectos orientados por Conrad Gregg, al verlos tuvo que recordar la vez que Kurt estuvo ayudando a Zak con una maqueta, sin saco, todo lindo con la camisa pegada a su torso; sacudió la cabeza y se acercó a saludarlos. –Buenas tardes, ¿cómo están mis tesoros?, hola señor Gregg. –Hola mi niña, ¿tuviste buen día? –Sí, todo bien. –Hola mamita, hoy exageraron en el colegio, tenemos trabajo para tres días –protestó Erin–, necesito hablar con el señor Kurt, voy a llamarlo ahora mismo.Alanna no t
El tiempo inexorablemente comenzó a transcurrir, Alanna asistía cada día al hospital para hacerle sus terapias a doña Lynda, ya respondía un poco más, aunque el tratamiento para las piernas le resultaba bastante doloroso, afortunadamente tenía muchas ganas de mejorar y soportaba estoicamente todo lo posible.Los hermanos Hogdman estaban muy contentos porque ya podía sostener conversaciones más largas con ellos, algunas veces perdía un poco el hilo, pero el doctor decía que era normal y que poco a poco lo superaría.Kurt tomó por costumbre enviarle el almuerzo a la Unidad y ya las compañeras de Alanna estaban pendientes del mensajero, él seguía muy satisfecho porque ella no los rechazaba y tenía confirmación del mensajero de que sí se comía lo que le enviaba.Con los niños fue más drástico, porque cada d&
Justo una semana antes, al otro día de enterarse de la fecha de cumpleaños de los mellizos, Kurt había solicitado una reunión con sus hermanos y sus cuñadas, la cual hicieron en la sala de descanso del hospital, aprovechando un cambio de turno entre Luke y él. –En pocos días cumplirán ocho años los hijos de Alanna y necesito que me ayuden a organizarles una fiesta de cumpleaños, Katharina y Galiana, ¿pueden encargarse? –¿Qué quieres hacer y dónde? –Me gustaría hacer una fiesta a bordo del yate Hogdman I, navegaríamos hasta llegar a la isla y allá pasaríamos la tarde en la playa, con juegos, golosinas y esas cosas para ni&nt
Erin y Zak fueron a compartir con algunos de los niños invitados, por lo que Kurt aprovechó el momento para llamar a sus hermanos, mencionarles la fiesta sorpresa que encontraron los cumpleañeros e invitarlos a que asistieran, Jay y Luke le dijeron que estaban justo buscando donde parar a comer algo, Kurt les anunció que allí había pizza, salchichas y hamburguesas, así que decidieron ir de una vez a la fiesta.Kurt se ubicó junto al señor Gregg quien disfrutaba la fiesta desde unas cómodas butacas de jardín. –¿Me permite acompañarlo señor Gregg? –Claro que sí, puedes decirme Conrad, me complace tenerte aquí y te agradezco mucho lo que hiciste por los mellizos hoy, vinieron muy contentos por el paseo.&
Antes de abordar sus respectivos automóviles, los hermanos se reunieron en la calle para despedirse, y fue el momento perfecto para que Jay y Luke bromearan a costa de su hermano, ya que lo vieron muy cómodo mientras los niños le decían papá.Él les pidió respeto por ser el mayor, haciendo que sus hermanos rieran con mayor entusiasmo, finalmente se despidieron y cada uno tomó rumbo a su hogar, Kurt iba muy satisfecho por el día que había pasado con los pequeños y porque la gruñona de su madre se mantuvo cordial durante toda la fiesta.En la mansión Gregg, una vez que Alanna despidió a los organizadores y el patio quedó sin rastros de fiesta, acompañó a sus hijos a sus habitaciones, declararon que estaban rendidos, pero se comprometieron a que el siguiente día, por ser domingo, organizarían todos sus obsequios.Alanna se acost&oacut
Katharina contuvo la respiración y con disimulo le solicitó a Luke que salieran a tomar un café dando el pretexto de que Lynda debía descansar un poco, al salir de la habitación le mostró el teléfono y su esposo bufó del descontento. –Pero, ¿qué pretende ahora esa mujer? –De verdad que perdió el juicio, seguro hace esto para obligar a Kurt a casarse con un embarazo inventado, porque nosotros sabemos que mi cuñado no la ha tocado, es realmente atrevida. –Voy a enviárselo a Kurt, él tiene que enterarse de inmediato.Luke hizo lo que anunció, agregándole a su hermano que ya estaba solicitándole a sus relacionistas públi
Penny se quedó paralizada ante sus palabras, no se esperaba esa repentina declaración, ninguno había mencionado sentimientos por el otro, ella se sentía bastante atraída por él, también era su primera vez con un hombre en su apartamento o al menos en su cama, generalmente era una sola sesión en el sofá, además había dormido junto a él.Ahora, ese atractivo ejemplar que le gustó desde que lo vio en la sala de su amiga Alanna, le había dicho algo que parecía muy serio, sin embargo, se limitó a hacer un gesto coqueto, prefería esperar un poco más y que él fuera más claro y directo al referirse a su relación con ella. –¿Quieres que te acompañe? –No, voy rápi