Theo tragó grueso con la pregunta de Penny, hasta ese momento pensaba que todo era un presentimiento de su amigo, simples sospechas o un gran deseo de estar cerca de Alanna Mitchell. –¿Lo eres amigo? ¿Tienes pruebas? –No lo he comprobado científicamente si a eso te refieres, pero con lo del tipo de sangre me convencí aún más, ahora falta la compatibilidad para la médula ósea que espero sea positiva para poder ayudar a mi campeón. –Gracias Kurt –expresó Penny–, honestamente te digo que ojalá seas el padre de esos pequeños, ellos y su madre merecen a alguien como tú.Carlos Luis se acercó a su jefe y llamó su atención para hablar en privado con él. –Dime Carlos Luis, ¿alguna novedad? –Localizaron a Palermo, les hizo frente a los agentes y cayó, pero uno de los detenidos fue el encargado de preparar la habitación donde él esperaba reunirse con Star y ese es el nombre artístico de Indira. Otro hombre informó que su jefe estaba fu
Al llegar a la habitación de Zak encontró a sus abuelos y a Conrad Gregg parados frente al cristal que separa al niño de las visitas, para conservar su inmunidad fuera de riesgos. –¿Saben?, ese niño no es así de frágil, es muy vivaz, activo, inteligente, ingenioso y muchas otras cosas buenas más que descubrirán a medida que lo conozcan. –Me gusta mucho como hablas de ese pequeño –acotó el señor Gregg–, les comentaba a mis amigos que es un niño guerrero y muy fuerte, no tengo ninguna duda de que superará esto. –Estuve leyendo que tendrá que estar bajo cuidados médicos muy estrictos durante dos años como mínimo –expuso la abuela Wendy. –Lo atenderemos con mucha dedicación por todo el tiempo que sea necesario abuela. –¿Cuándo te dirán si puedes ser su donante? –preguntó el abuelo Jeremi. –No me dieron un tiempo exacto, aunque espero que sea pronto. –¿Sientes alguna molestia por la punción que te hicieron?
Aseado, alimentado y usando ropa más cómoda que el traje de tres piezas con el que andaba a diario, Kurt regresó al instituto médico-docente muy dispuesto a pasar la noche acompañando a Alanna, algo en lo que había insistido bastante hasta que le informaron que ya podían trasladarla desde Cuidados Intensivos a una habitación donde si permitían que alguien estuviera con ella y recibir visitas regularmente.Él ordenó una habitación privada y amplia por lo que tenía un diván en el que podría recostarse durante la noche para no permanecer sentado mucho tiempo, debido a la molestia que todavía sentía en su espalda baja, aunque, a decir verdad, el diván no era muy apropiado para su musculosa humanidad de 187 centímetros.Al entrar a la habitación encontró a Alanna con uno de los médicos tratantes, su primera impresión le hizo fruncir el ceño, ya que ese doctor sujetaba una mano de Alanna y estaba tan embelesado hablándole que no se percató de su llegada, así que se aclaró la garganta y salu
Los doctores que hablaban con Alanna le infundieron tranquilidad y esperanza, se despidieron prometiéndole mantenerla al tanto de cada acción que tomaran con Zak, también le dieron el informe médico de Erin y le dijeron que ya ella podría visitarla regularmente.Unos minutos después, el médico tratante de Alanna se retiró ofreciendo regresar al otro día temprano para supervisar su primera caminata.Cuando se cerró la puerta de la habitación tras él, Kurt exhaló el aire que estaba reteniendo ya que parecía que no tenía muchas ganas de irse, así que no pudo reprimir el comentario: –Pensé que se quedaría aquí. –Tú también deberías retirarte, el horario de visita t
Cuando Gabriel Pearson entró a la casa con el fin de hablar con la “hermana María Eugenia” la buscó por las estancias comunes de la casa, tocó varias veces en la puerta de la habitación que le habían asignado y así lo encontró su esposa. –¿Qué pasa cariño? –No encuentro a la hermana María Eugenia. –Pero no ha salido, yo estuve hasta ahorita en el porche, déjame que yo entro, tal vez se quedó dormida.Josephine, la esposa de Gabriel entró a la habitación y no la ubicó, al salir al pasillo se miraron interrogantes, entonces escucharon como un forcejeo en la habitación contigua que era la ocupada por la sueg
Con esa sonrisa la encontró su amiga y vecina Penny. –¿Cuánto por tus pensamientos? –le espetó al acercarse a su cama, sobresaltándola. –Eres muy curiosa, ¿sabías? –¿Cómo te sientes amiga? –le preguntó al tiempo de inclinarse y darle un beso en la frente. –Bien, mal y extraña. –¿Cómo es eso? –quiso saber su amiga Penny. –Bien porque desde que supe que estaba embarazada tenía una espina en el pecho
En su habitación Erin estaba acostada con la vista fija en el techo, Penny se acercó a ella acompañada por una enfermera, la niña estaba tan metida en sus pensamientos que su amiga y vecina tuvo que llamar su atención tocándola suavemente en un bracito. –Mi peque, estás perdida en tu mente. –Hola Penny, estoy trabajando mi paciencia ya que solo tengo muchas ganas de correr a ver a mi hermanito, yo siento aquí –dijo tocándose el pecho–, que algo está muy mal, algo dentro de él está avanzando con rapidez y si no lo curan con urgencia ahora mismo, luego será muy difícil que se recupere. –Los médicos están muy pendientes de &eacu
Las despertaron porque le llevaron el almuerzo a Alanna y Erin debía volver a su habitación para comer también, una enfermera se la llevó en la silla de ruedas con la promesa de su madre de que le devolvería la visita en la tarde.Penny anunció que iba a la cafetería a comprarse algo, pero no alcanzó a salir porque entró Theo con una bolsa que olía delicioso, la saludó con un beso en cada mejilla, en su frente, su nariz y finalmente en sus labios. –Te traje comida porque seguramente no ibas a comprarte nada decente aquí.Le entregó la bolsa a Penny y se acercó a Alanna, quien ya estaba luchando con ella misma tratando de consumir el pollo insípido con una papa sancochada que le habían servido. –¿