El impacto de las palabras de Carlos Luis en Kurt fue tal que, literalmente, tuvo la impresión de que el piso desapareció bajo sus pies, había recibido dos terribles noticias en su vida, pero esa tercera que acababa de conocer le instaló una presión en el pecho que lo obligaba a abrir la boca en busca de aire para sus pulmones, sabía que tenía que actuar, pero estaba paralizado, impresionado y asustado, sus hijos habían desaparecido.De pronto reaccionó y caminó al vestidor a buscar algo qué ponerse, debía salir, buscar a sus niños, y… Alanna, Carlos Luis dijo que estaba herida, ¿cómo qué herida?, no por Dios, no puedes quitarnos a Alanna.Se vistió rápidamente y salió seguido de su jefe de seguridad, quien iba hablando por teléfono, pero Kurt solo escuchaba balbuceos, no entendía, no sabía ni de sí mism
Cuando Randall recibió el aviso de que debía abandonar el plan contra Indira Spencer, se sintió muy mal, tenía todo listo para capturarla e insistió un poco, solo que al decirle que la vida de dos niños dependía de su acción, tuvo que desistir, ordenó la retirada y se alejó de allí hirviendo de rabia.Desde su sitio de vigilancia de siempre, Indira observó como los hombres, vestidos de militares, subían a las camionetas y se alejaban del convento, dejando una nube de polvo amarillo tras ellos, sonrió, tomó un habito de la lavandería, se vistió y salió del lugar.Iba caminando porque fueron totalmente inútiles sus intentos por encender su vehículo y la destartalada camioneta del convento no tenía combustible, pataleó, maldito su suerte y emprendió su salida del convento a pie. Al avanzar un poco llamó por
El campista advirtió a sus hijos de 15 y 17 años que no se movieran, él se acercó cautelosamente hasta el lugar donde debían estar los cuerpos, de pronto una luz de linterna iluminó la ladera y él saltó del susto, resulta que ninguno de sus hijos se había quedado donde les dijo.Avanzaron los tres con muchísimo cuidado, subieron entre piedras sueltas y ramas secas, hasta que a los pies de un árbol encontraron a una niña con muchos raspones en su rostro y brazos. Un poco más arriba ubicaron a un niño, también desmayado y con muchos cortes en su cuerpo ya que su camisa estaba rasgada.El joven de 17 años tomó en brazos a la niña, mientras el hombre y su hijo de 15 años tomaron delicadamente al niño en sus brazos y los tres comenzaron el difícil descenso por la tierra seca y las ramas sueltas que cada tanto los hacían re
Kurt se alejó de la puerta que con gusto atravesaría para estar cerca de sus seres queridos, por lo que para no pensar en eso se giró hacia su hermano para preguntarle por su madre. –Mamá ya se estabilizó. –¿Qué la alteró de nuevo? –Katharina estaba con ella, la vio cerrar los ojos y pensando que estaba dormida, salió por un café, se cruzó con las señoras de mantenimiento y les dijo que no hicieran mucho ruido, pero parece que les dio por comentar sobre ella y una dijo: “Pobre señora, aquí inmóvil y su hijo con tantos problemas, hasta la cárcel fue a parar”, mamá no estaba dormida, solo tenía sus ojos cerrados,
Antes de ir a ver a Alanna, Kurt recibió un abrazo de sus hermanos, con el cual le demostraban sus mejores deseos. Él y el señor Gregg se fueron acompañados de la enfermera que los había solicitado.Theo y Penny llegaron al hospital y los hermanos de Kurt se encargaron de ponerlos al tanto de todo, Penny temblaba de dolor al saber sobre la enfermedad de su peque Zak.Todos tomaron asiento a instancias de la abuela Wendy, ya que, por el momento, tocaba esperar pacientemente y rogar a quien le tuvieran Fe, por la recuperación de todos, incluyendo en sus oraciones a su hija, quien gracias a la chica que estaba en cuidados intensivos, se había recuperado con mucho éxito, aunque todavía le quedaba un largo camino por delante.***Al otro lado del país, en la fastuosa residencia que Alanna heredó de su madre, aunque desconoce esto, Sullivan Baker se enteraba de algunas cosas a través del noticiero. –¿Se puede saber qué están diciendo que te interesa tanto para escucharlo a ese v
Theo tragó grueso con la pregunta de Penny, hasta ese momento pensaba que todo era un presentimiento de su amigo, simples sospechas o un gran deseo de estar cerca de Alanna Mitchell. –¿Lo eres amigo? ¿Tienes pruebas? –No lo he comprobado científicamente si a eso te refieres, pero con lo del tipo de sangre me convencí aún más, ahora falta la compatibilidad para la médula ósea que espero sea positiva para poder ayudar a mi campeón. –Gracias Kurt –expresó Penny–, honestamente te digo que ojalá seas el padre de esos pequeños, ellos y su madre merecen a alguien como tú.Carlos Luis se acercó a su jefe y llamó su atención para hablar en privado con él. –Dime Carlos Luis, ¿alguna novedad? –Localizaron a Palermo, les hizo frente a los agentes y cayó, pero uno de los detenidos fue el encargado de preparar la habitación donde él esperaba reunirse con Star y ese es el nombre artístico de Indira. Otro hombre informó que su jefe estaba fu
Al llegar a la habitación de Zak encontró a sus abuelos y a Conrad Gregg parados frente al cristal que separa al niño de las visitas, para conservar su inmunidad fuera de riesgos. –¿Saben?, ese niño no es así de frágil, es muy vivaz, activo, inteligente, ingenioso y muchas otras cosas buenas más que descubrirán a medida que lo conozcan. –Me gusta mucho como hablas de ese pequeño –acotó el señor Gregg–, les comentaba a mis amigos que es un niño guerrero y muy fuerte, no tengo ninguna duda de que superará esto. –Estuve leyendo que tendrá que estar bajo cuidados médicos muy estrictos durante dos años como mínimo –expuso la abuela Wendy. –Lo atenderemos con mucha dedicación por todo el tiempo que sea necesario abuela. –¿Cuándo te dirán si puedes ser su donante? –preguntó el abuelo Jeremi. –No me dieron un tiempo exacto, aunque espero que sea pronto. –¿Sientes alguna molestia por la punción que te hicieron?
Aseado, alimentado y usando ropa más cómoda que el traje de tres piezas con el que andaba a diario, Kurt regresó al instituto médico-docente muy dispuesto a pasar la noche acompañando a Alanna, algo en lo que había insistido bastante hasta que le informaron que ya podían trasladarla desde Cuidados Intensivos a una habitación donde si permitían que alguien estuviera con ella y recibir visitas regularmente.Él ordenó una habitación privada y amplia por lo que tenía un diván en el que podría recostarse durante la noche para no permanecer sentado mucho tiempo, debido a la molestia que todavía sentía en su espalda baja, aunque, a decir verdad, el diván no era muy apropiado para su musculosa humanidad de 187 centímetros.Al entrar a la habitación encontró a Alanna con uno de los médicos tratantes, su primera impresión le hizo fruncir el ceño, ya que ese doctor sujetaba una mano de Alanna y estaba tan embelesado hablándole que no se percató de su llegada, así que se aclaró la garganta y salu