Capítulo 5 La Invitación

Cherli se limpiaba el vestido y sus zapatos.

-Perdón, pero usted estaba atravesado en la puerta, a quien se le ocurre colocarse justo en la puerta por donde debo entrar-.

Él tomaba una toalla colocándola en sus manos.

Ella le agradeció el gesto. Por suerte no se había quemado ya que no estaba excesivamente caliente.

-Le repondré el té ahora mismo-. Al intentar salir del baño a tiempo, volvían a tropezarse.

-Creo que es algo natural tuyo, caerte, resbalarte, tropezarte-.

-Y el suyo halarme siempre del brazo-.

Sus miradas se decían todo, ella con una molestia absoluta, los ojos de Cristian fríos, pero su boca atractiva.

Cristian colocaba su brazo sobre la puerta lo cual no le dejaba lugar a poder moverse en ninguna dirección, él era más alto que ella.

-Te gusta tropezarte en ellos, siempre te están sosteniendo-.

Acercaba su rostro a ella…a centímetros de su boca, se quedaba sin aliento, cerró los ojos, quizás le besaría.

- ¿Te sientes bien? -. Él le susurraba a su oído.

 Ella reaccionaba de inmediato. -Si, me siento bien…-.

-Entonces salgamos de aquí, alguien podría llegar, sería una incómoda situación para los dos…pensarían que estamos en un romance en el baño, daría imaginar muchas fantasías-.

Le miraba serio y frío.

Ella se excusaba y salia a prisa de su oficina.

Se quedó en su escritorio por segundos pensando en su cercanía.

-Uf, lo único que me falta es la recepción de la noche, que día-.

Tomaba los cheques para llevarlos a la oficina.

Cristian colocaba un sello sobre varios documentos en el momento que Cherli ingresaba.

-Cherli ve a casa, así tendrás tiempo suficiente para arreglarte-. Ella no respondió.

- ¿Sucede algo? -. Sus dedos se agitaron.

-Debo buscar mi coche, no sé si le quedó claro esta mañana, necesito mi coche, usted se comprometió llevarme-.

Carlota le llamaba en aquel instante.

-Hola…si lo lamento, se me cruzaron algunas cosas justo hoy-. Miraba a Cherli.

-Caleb ha visto el lugar y tomó varias fotos, mañana nos podemos encontrar temprano, ven a desayunar en casa-.

-Gracias Carlota, iré con mi asistente-.

-Maravilloso, si Caleb me daría una mano con varias cosas-.

-Cuenta con eso-.

Cristian prefirió pedirle a Caleb que llevara a Cherli al taller, y en la noche la llevara al lugar del evento, Caleb le expresó que ya estaba en camino, solo era que Cherli estuviera lista.

-Caleb te llevará-.

-Yo pensé que-.

-Pensaste mal, además no quiero que sigas tropezando-. Tomaba su traje en mano, y se acercaba a su oído. -Quizás quieras lanzarte de nuevo a mis brazos-. Se miraron por algunos segundos, segundos que a ella le parecían largos minutos, como si el tiempo se congelara.

El reloj indicaba las siete y media en punto, Cliff y Jeremy ingresaban en el departamento solían quedarse algunas veces en casa de Cristian, porque entrenaban en el amplio gimnasio, Cristian salía del baño e ingresaba al vestier, buscaba un traje para la ocasión.

Sus amigos ingresaron a tropel, le saludaban entre risas y abrazos.

-Vaya señor presidente, ¿Que ha pasado durante mi ausencia? -. Cliff reía divertido mientras colocaba voz de suspenso-.

-Nada, todo igual…trabajar-.

-Que aburrido…creí que tendrías alguna historia linda de amor-.

-Tengo esta noche un evento, vístanse que iremos juntos-.

-Irá tu familia-.

-Si, mi asistente, Carlota estará, Carla Belfort, y otras adorables caza maridos-.

- ¿La linda Cherli va ir? -. Cliff sonreía. -Esa chica es linda, un poco de ejercicio, un toque de lápiz labial, color en sus mejillas, y es una reina-.

- ¿Cherli una reina?  Reina de algo en específico si lo es, de los tropiezos…-.  Cristian se colocaba la camisa, y se acomodaba su cabello.

-Cállate tonto- Agregaba Jeremy. -Pero es cierto, deberías entrenarla un poco, unas pocas libras que pierda, es linda Cherli…piénsalo-.

-Bien chicos, Cherli solo puede esta noche estar conmigo, es mi asistente...que no se les olvide-.

-Oh…que veo aquí ¿Celos repentinos? ¿Acaso la chica le atrae? ¿Hay algunas miradas que se han cruzado? -. Cliff le miraba colocando expresión de suspenso.

-Deja de jugar conmigo, ahora vístete y vamos que nos esperan-. Cristian salia del vestier, en aquel momento ingresaba Claris quien le ayudaba con su cabello.

-Quedarás de foto de revista, te cortaré un poco, y serás la sensación del lugar, tienes un rostro hermoso como el de tu madre-.

-Gracias, solo es un pequeño arreglo y ya-.

-Bien manos a la obra-.

Y dicho esto, hizo unos pequeños cortes dándole la forma que siempre usaba definiendo sus rasgos, luego aplicaba una crema y espuma, su cabello quedaba impecable.

Ann Lee, se miró frente al espejo quien le devolvía la hermosa imagen tomando los pendientes su arreglo culminaba, caminando hacia la ventana miró el cielo de esa noche que lucía espléndido, varias estrellas brillaban igual que ella.

Dos toques en la puerta le hicieron girar.

-Mi señora su esposo ya está en el vestíbulo esperándole-.

-Gracias Pat, dame cinco minutos-.

La señora Pat ama de llaves cerraba la puerta sin hacer ruido.

Ann Lee tomó la fotografía que estaba sobre su tocador. Una hermosa chica de unos doce años con una gran sonrisa lucia allí en medio de un rosal. Ann se quedó observándola por segundos, para volverla a colocar donde se encontraba.

-Que hermosos días aquellos, cada día que se pasa no vuelve nunca más-. Dicho esto, salió de la habitación y bajó las escaleras.

Sonreía a su esposo y del brazo de él abordaba el auto.

Una vez en al auto Ann Lee, soltaba el brazo de su esposo, mirando por la ventana, hizo un comentario sobre la exposición, y lo que esperaba. Sería bueno que Cristian cerrara un buen negocio con Correlle.

-Es una gran oportunidad, tendríamos exclusividad en algunas líneas-.

-Estoy seguro que Cristian tendrá esos pequeños detalles en cuenta…por cierto…luces hermosa Ann-.

-Gracias, y tú muy apuesto-.

Llegaron al lugar, se miraron por algunos segundos, el conductor abría la puerta, y Derek saludaba a los fotógrafos, Ann suspiraba, se acomodaba su collar, miró su rostro y se dispuso a salir.

Tomando la mano extendida de su marido sonreía con felicidad.

-Es bella la señora Crawford-. El fotógrafo le tomaba varias fotos.

- ¿Qué piensas del matrimonio? -.

-Son una pareja muy feliz, no cabe la menor duda-. Respondía su compañero.

Caleb esperaba a Cherli en el auto, notó que dos mujeres conversaban con ella en tono algo áspero. Abría la puerta del auto para auxiliarle en caso que fuera necesario, alcanzaba a escuchar la conversación.

-Me parece que una fiesta a esta hora es una excusa para andar por ahí con algún novio a escondidas-. Su madre Celia le miraba.

-Yo no estoy de acuerdo con esa salida, ¿Y qué es eso que tu jefe te pide ir a reuniones de noche? Deja mucho que desear de ti-.

Su abuela Rossi le halaba por el brazo.

-Eres una completa sinvergüenza, que hombre te tomará en serio-.

En aquel momento Caleb que ya no podía soportar más los insultos de los cuales Cherli era víctima, se acercaba a ellas.

-Buenas noches, señorita Cherli debemos irnos la esperan los inversionistas, además el señor Cristian ha preguntado por usted, ya le informé que vamos en camino, por favor apresúrese, debo aun pasar por la señorita Carlota y su familia-. Le miraba haciendo un gesto con sus manos de que subiera al auto, y mirando su reloj hizo gesto de molestia.

-Si claro, perdone…bien mamá cuídate, y no me esperes tengo llaves de la casa…abuela deja de pensar siempre cosas retorcidas-.

Se subía al auto y agradecía a Caleb por la intervención.

Caleb sonreía y se colocaba en marcha. Le dijo que al llegar ingresarían directamente al estacionamiento y subirían por el ascensor. En la entrada principal la prensa estaba aglomerada.

Cristian hizo su arribo con sus amigos, los fotógrafos tomaban las fotos posibles, al otro día estaría en varios titulares de los sociales. Por suerte para él no traía compañía femenina y trató de pasar desapercibido, saludo a varios en la entrada y se encaminaba al interior.

Carla Belfort fue la primera que se adelantó a saludarle, dándole un beso en la mejilla le tomaba por el brazo, Carlota San Martin hizo su entrada, se veía hermosa, segura y dueña de sí misma.

Los padres de Cristian se encontraban saludando a la familia Correlle, en aquel momento Carlota miraba en todas las direcciones, buscaba con su mirada a Caleb. Quizás no vendría esa noche.

Carla reía y hablaba sin parar con Cristian, él solo atinaba a responder sus preguntas.

-Espero que regreses por el restaurant, o cuando quieras algo especifico por favor no lo dudes-.

-Muchas gracias-.

-Que modesto Cristian me encanta-.

-Me adulas tanto que me haces sentir incomodo-. Sus ojos miraban en todas las direcciones, en una de las puertas veía a Caleb con Cherli que ingresaban al gran salón.

-Permíteme acaba de llegar un amigo-.

Carla se le unía a su paso hacia la pareja que venía en dirección a ellos, Cherli se veía radiante, su cabello medio suelto se veía hermoso.

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