capítulo 7

Solo tú capitulo 7

—William,te ves fantástico

El chico rubio esbozó una sonrisa sincera a su amigo. Marcus Warner Vizconde de Linley conocido por su burbujeante sonrisa y descaro a la hora de cortejar damas. —¿Te preocupa que pueda seducir a tu mujer,Pembroke? Admito que la curiosidad es enorme y no me desagradan las mujeres de otros,pero tratándose de la tuya creo que dejaré pasar la oportunidad,me gusta mi cabeza tal en dónde está.

—¿Seducirla,Linley?—Su voz sonó irritada.

Es el día de mi boda,no necesito tu descaro en este momento. Marcus alargó la

Sonrisa. -- Deberías tener claro que para mí es tan importante como para ti amigo,hoy es el día que te despides de la soltería y las damas casaderas ponen los ojos en mí. Lord Linley apoyó los codos en el reposabrazos y cruzó los dedos de sus manos. William se giró para observarlo.—¿Qué pasa Pembroke? Pocas veces he visto esa expresión en tu rostro. El momento de jugar había pasado. Marcus Warner era alto y bien parecido,su piel blanca lucía demasiado bronceada producto de sus viajes constantes en alta mar.

—No desea casarse.

No era necesario entrar en detalles, ambos hombres habían desarrollado un lenguaje implícito donde uno podría terminar la frase del otro o con un gesto o una mirada podían alertar al otro de que algo malo pasaba. Así de fuerte era su amistad.

—Hay otras mujeres,Pembroke. No es necesario pasar por esto,de nuevo. William se giró a tiempo para lanzarle una mirada de advertencia. Era de Isabel de quién estaban hablando. La mujer que le había robado el corazón con solo existir.

—No deseo a otra,la quiero a ella. Convino tajante.

Marcus se mantuvo en silencio un momento,irritar a William no era algo que se hiciera a la ligera. Su forma física le daba un carácter intimidante .—¿Qué te hace pensar que la señorita Tolliver no desea casarse?.

William caminó unos pasos alrededor y peinó su cabello con una ansiedad poco común en él.

—Han pasado cosas. Respondió como si al decir eso el comportamiento de su prometida se justificará. —¿Qué cosas,Pembroke?

¡Por Dios! ¿Acaso Linley deseaba volverle loco en ese momento? Ni él mismo sabía qué era lo que había pasado para que Isabel cambiara tan rápido. Cerró los ojos un momento con frustración.

La noche anterior habían tenido una conexión y él estaba dispuesto a ofrecerle el mundo. Ahora,podía notar un poco de reproche en la dulce mirada de su amada.

—Nada,no deseo hablar de eso. Sólo quiero llegar al altar y desposar a mi mujer.

Linley suspiró y negó con la cabeza.

—Está bien. No quiero entrometerme.

—¿No vas a detenerme para que no haga lo crees que es una locura?.

—Eres el mejor hombre que conozco amigo,jamás he visto que tomes una decisión a la ligera o no cargues con las consecuencias de tus arranques. William asintió levemente.

(…)

A Isabel un escalofrío le recorrió la piel,alguien estaba observándola. Volvió el rostro hacia la puerta. Pudo ver a la doncella que momentos antes le había dado el recado de que su prometido,al verla podía notar molestia en su rostro.

—¿Sucede algo? Era la primera vez que Isabel se sentía intimidada por una doncella. La chiquilla le miró con desprecio.

—Él no la ama, sólo busca una esposa adecuada,a Will no le gusta las mujeres de clase alta como usted, él es un hombre libre,es apasionado y salvaje,no la quiere,la necesita.

Isabel se revolvió incómoda por la elección de palabras que la chica había elegido. No estaba acostumbrada a un lenguaje tan…explícito.

—Es bastante razonable que el Conde de Pembroke busque a una dama para unirse en matrimonio,es lo que la sociedad y las buenas costumbres dictan,y nuestro matrimonio es algo que solo le concierne al Conde y a mi familia por supuesto, él puede conservar a sus queridas si lo desea,pero las queridas se quedan en los pueblos,las esposas estamos en el hogar,con tu permiso,estoy por terminar de arreglarme. Si es todo lo que deseabas decir,ya puedes retirarte,no te necesito. Se giró y siguió alisando su vestido.

La doncella se retiró,no sin antes lanzar un bufido molesto.

El clima podría haber sido mejor,pequeñas gotas de lluvia empezaron a caer a sus pies al poner un pie fuera,la ceremonia sería en la capilla de la hacienda,ya todos los invitados estarían esperando,sin embargo Isabel no deseaba llegar.

Un nudo se le formó en el pecho ¿Si huyera? ¿Qué pasaría si escapara de nuevo? Esta vez quizá ya nadie la detendría.

—Isabel.

William se acercó despacio,no deseaba asustarla. Él no era del tipo de hombre que normalmente abrazaba a otras personas o incluso las tocaba innecesariamente. Pero bien podría haber sido él quien inició el fuerte abrazo en el que ambos terminaron unidos.—¡Por favor no te vayas!.

Déjame demostrarte que puedo ser el esposo que deseas.

Besó su coronilla y dejó que ella tomara la decisión si quería llegar o no al altar.

Se despidió con una sonrisa triste. No había nada en el mundo que quisiera más en ese momento que poder demostrar que eran el uno para el otro. poder recuperar la cercanía que tuvieron la noche anterior. Le regalaría el mundo si ella se lo permitiera,lo único que pedía era que no se fuera.

—¡Sobrino! mírate,te ves espectacular.

William se giró justo en el momento en el que Lady Grayson llegaba al lugar. Por fin un poco de paz,

Elizabeth Fordington viuda de Grayson era una mujer refinada,vivaz y con la lengua muy afilada a la hora de proteger a su único sobrino.

—¡Por fin ha llegado, Lady Grayson! Marcus se acercó a ella haciendo una reverencia y besó su mano aguantada. Elizabeth no se dejaba envolver fácilmente con los coqueteos de un joven tan radiante como lo era Linley,pero si era refrescante poder ver tanta belleza junta.

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