Capítulo 4: Despertando

Estoy en las nubes, sentada en una de color rosa en mi mente y paso mi dedo indice por mis labios. La calidez invadió todo mi cuerpo humano y a pesar de que soy incorpórea en este instante, puedo sentir todo tan vívido. Estoy a punto de explotar a color y pintar el cielo con mi loco arrebato. Estar cerca de ese hombre lobo es sentirme normal, humana y no muerta. También me di cuenta que cada vez duro más tiempo con el cuerpo humano. Me teletransporte hacia la cuidad Huesos Gravitando y estoy en lo que se supone es mi hogar. Un Ford Cortina azul cielo de los años sesenta, típico vehículo británico de la época y me acuesto en el mueble de atrás, mi cama. Este plano no es por completo gris, pero para mí es de ese color. Ver tantos fantasmas gravitando me parece que todo es transparente. La ciudad no tiene edificios, solo hay muchas carpas haciendo ver esto como un circo y unas son más grandes que otras. Algunos fantasmas como yo no tienen nada, los olvidados o los que no tienen a nadie. Tal vez los que no tienen memoria, como yo. Los familiares que prenden una vela o incienso les dan privilegios a los fantasmas. Pueden tocar los objetos y tener una mini carpa, con sus recuerdos. Este auto ningún fantasma lo puede tocar y una vez gravitando con Luke, me detuve al frente de la vieja reliquia. Fue como si me estuviera esperando y al tocar el capo no traspasé. Fue un gran misterio su llegada y que nadie pudiera sentirlo. Hasta que solo pude tocarlo. Recuerdo la inmensa alegría que sentí y lo convertí en mi sitio. Eso me hizo pensar que después de todo hay alguien que me recuerda. Sé que no estoy sola, ha llegado mi amigo Luke.

—Habla sé que llegaste —susurro monótona.

—Contigo no se puede, nunca puedo darte un susto —se quejó mientras traspasó el capo y se quedó mostrando solo su rostro—. Boo… —se me escapó una sonrisa, viene bien después de perder el cerebro fantasmagórico, de tanto pensar—, al menos has relajado la mandíbula, te mire tan sumergida en tu mente.

—Oye, ¿por qué nunca he visto tu sitio? —se me antojó saber dónde pasaba el tiempo sin mí.

Él siempre evade todo lo que es referente a él y me imagino que inventará algo para salir del apuro.

—Hasta que por fin te dignas a saber algo que no sea tu pasado —su tono es de reproche.

Flotó hasta el asiento de conducir y me miró por el espejo retrovisor dolido.

—Cada vez que te preguntaba el motivo de porque seguías vagando o de tu familia, siempre cambiabas el tema o te desvaneces —no quería sonar como niña a la defensiva, sin embargo salió a la perfección.

—Tal vez no quería dejarle saber a las personas que aún con memoria no tenía un familiar que diera algo por mí y menos que llorara en mi tumba. No tengo nada y lo peor es que recuerdo todo, no te aflijas por no recordar. Muchas veces quisiera tener pérdida de memoria —desapareció dejando una sensación agridulce.

Todo este tiempo nunca imaginé que él no tuviera sitio y que estuviera solo. Fui una amiga mala, cuando él solo se ha preocupado por sacarme una sonrisa y hasta apodo me dio. Fui egoísta, solo he buscado mi tumba y saber quién era. En eso escucho la voz chillona de la chica que me persigue. Verla en el asiento que apenas un segundo atrás estaba Luke, me da tanta nostalgia. Recuerdo que no sé su nombre por estar siempre sumergida en mi patética inexistencia.

—¿Cómo te llamas? —Decido cambiar y ser más consciente de los demás.

La fantasma abre sus ojos como canicas marrones y se detiene a centímetros de mi rostro.

—Nunca pensé que preguntarías, ya sabes como siempre estás recorriendo el cementerio en tu ardua búsqueda de tu paradero —se retiró hacia el asiento del copiloto y parloteó extasiada. 

Segundo golpe bajo, Luke me dio el primero y ahora ella me quiere rematar.

—Gracias por terminar de matar mi inexistente corazón —admito y ella se asusta al ver mi reacción.

—No fue por mala onda… quiero decir nunca me atiendes y siempre te escondes de mí —levantó los ojos hacia arriba recordando las veces que fui una perra con ella, y eso que no es en mal plan—. Soy Buffy, pero no la cazavampiros —esperaba que me riera y se ha quedado con una risa plástica en su divertido rostro. 

Es un poco espeluznante esa risa.

—Como sea —comenté para acallar mi conciencia.

—Mi mamá se llama Elizabeth y mi  nombre deriva del suyo —al mencionar a su mamá puedo percibir su añoro.

—Genial —juego con mi pelo odiando no saber llenar el espacio—, soy pésima con las amigas, intentaré ser mejor fantasma.

—No te preocupes eres mejor que Kara.

—Cualquier fantasma es un santo al lado de ella y el que la sigue no tiene conciencia.

Es una fantasma de nuestra edad, una colorada de buen cuerpo y ropa sexy. Es muy malvada, le gusta poseer humanos y se aburre con facilidad. No dura más de dos semanas en un cuerpo. Luego viene orgullosa y cuenta la experiencia. Para todos es una locura sus aventuras y la escuchan. Es como la tele fantasma y todos sus espectadores esperan ansiosos a corear un Booo. En ese justo momento como si hubiéramos invocado su nombre ha pegado un bramido y pide atención.

—¡Venid todos, atención! —su voz es inconfundible es como la locutora de los fantasmas.

—La llamaste con la mente Buffy —dije divertida y mi amiga chillona echó un vistazo.

—Vamos para saber de qué se trata su historia —en sus ojos se ve la curiosidad.

—Anda ve tú, me da lo mismo. 

—Deben saber que los lobos pueden sellar nuestras almas, es una advertencia —con voz fuerte nos informó.

Estoy segura que todos saldrán al escuchar esas palabras. 

—No puedo perderme esto —comenté mientras me salí del auto y como esperaba todos estaban aglomerados.

Muchos se veían preocupados, no paraban de murmurar entre ellos. La chica no se ve para nada asustada y puedo ver que están disfrutando con todo esto. Es de esperarse si he sido egoísta pensando en mi paradero, ella es peor que yo. 

—Es bueno que todos aprendan y luchemos contra los licántropos —su voz era como oír a una víbora.

Nunca había oído de licántropos hasta que el hombre lobo me puso al tanto y puedo notar que algunos fantasmas no fueron sorprendidos. Tan absorta estaba que nunca indague nada que no fuera quién era. Busco a Luke y no lo distingo de tantos fantasmas. Él no se pierde ningún chisme, incluso él una vez abogó por Kara y me dijo que ella no era tan malvada. Vuelvo a verla, su camisa es de tirante roja pegada a sus senos y ese escote no le es indiferente a nadie. Tiene su falda de cuadrados de color rojo y negro, murió bastante sexy. El agujero que tiene en su frente es el indicio de su muerte. Luke dice que tengo un golpe en mi cabeza atrás, el de la visión tenía un peñón debió de matarme con eso. Me tambaleé por el fuerte dolor en mi cabeza y Buffy se preocupa.

—¿Qué tienes? —sus ojos van de mí a Kara y se le ve muy deseosa de saber.

—Nada solo quería bromear —fue lo primero que se me ocurrió.

«Hello, Buffy me duele la cabeza». Además de ser un fantasma sin recuerdos, me llamarán inventa cosas. 

Un muerto no puede sentir ni m****a y todo lo que me sucede es tan extraño. Tal vez estoy de manicomio.

—Eres espeluznante Belli —con su mirada desconcertada me ignoró y siguió expectante por saber todo.

—¿Todos saben de los licántropos? —me adelanté y pregunté.

—Si existimos nosotros, por supuesto hay más seres sobrenaturales —gritó un hombre sarcástico.

—Lo siento, no tengo el manual de fantasmas —dije burlona y levanté las manos en defensa.

—Porque no te importa más que tu patética tumba y no te preocupas por lo que sucede a tu alrededor —tercer golpe fuerte y fue de la perra malvada Kara.

—¿Por qué los lobos atacaron? —decidí ignorar lo que ya sé—. ¿Qué han hecho los fantasmas para conseguirlo?

—¿Estás del lado de esos licántropos? —preguntó furiosa Kara y sentí odio puro por los lobos.

—Hemos poseído a los lobos y ahora deben atenerse a las consecuencias —la voz imponente de un hombre hizo que todos buscaran alrededor.

Está de pie todo de ropa negra y serio en la colina. Todos lo miran es un hombre mayor, con cabello largo oscuro en una cola de caballo.

—Eso es imposible —se escuchan los murmullos.

—Era imposible hasta que sucedió la aurora boreal y al cruzar los límites seremos cazados —lo dice sonriendo maliciosamente.

—¿Quién eres? —preguntó furiosa Kara, por perder el centro de atención.

—Soy alguien que les advierte que todo ha cambiado y si deciden romper las reglas despidanse viendo a un lobo por última vez —se desvaneció y solo se escuchaba su risa espeluznante.

Tras su partida supe que Kara no se preocupaba por los fantasmas y solo quería un ejército para destruir a los lobos.

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