Capítulo 15

Entro a mi oficina, ya que tuve que venir hasta aquí. Mis padres estaban aquí, así que me acerco a mi madre primero, a ella la saludo dándole un beso en la mejilla y a mi padre un asentimiento de cabeza. Frunzo el ceño al ver a Ada sentada junto a ellos con rostro de preocupación.

¿Ahora por qué ella estará así?

—Puedes saludarla con tranquilidad, hijo. No te reprimas porque nosotros estamos aquí —comenta mi madre, con un tono de voz socarrón. 

Suspiro al ver que Ada que no me da la cara y, cada vez que reduzco la distancia entre los dos, la logro ver tensa.

—El afecto es para nosotros cuando estemos solos, Florencia —beso la comisura de su labio y Ada, aprovecha que puse mis manos en el sillón para clavar sus uñas en ellas—. Solo nosotros sabemos lo mucho que nos quere

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