Capítulo 3

Isabel: antes de que lleguemos a mi casa, me gustaría saber la hora de nuestra boda, si es que nos vamos a casar el día de mañana, por favor.

Sebastián: la hora de nuestra boda será a la 1: 00 p.m. Además eso ya está solucionado y mañana te convertirás en mi esposa, pero quiere que recuerdes siempre que esto es un simple acuerdo entre los dos.

Isabel: eso yo más que nadie lo sé, señor Hamilton. Siempre he sabido el lugar que me corresponde en su vida y nunca seré un obstáculo en su felicidad.

Sebastián: no me gusta que digas que eres un obstáculo para mí. Solamente quisiera que cambiaras de opinión en ese sentido y toda mi vida he pensado con la cabeza, porque no puedo sentir sentimientos por nadie, eso fue lo que aprendí de mis padres.

Isabel: lo siento tanto, pero tan siquiera su familia se preocupa por usted. Si quiere aquí se puede estacionar para poder bajarme de su auto.

Él se estaciona y cuando lo hace ella se baja del auto para después agradecerle por haberla traído a su casa. Sebastián la observa entrar y se va rumbo a su casa. Ella saluda a su nana que estaba en la sala esperando a que ella llegara

Nana: mi niña es la primera vez que llegas tarde a la casa. No sabes lo preocupada que estabas y además tus padres todavía no han llamado.

Isabel: eso era de esperarse, nana. Siempre es lo mismo con mis padres, porque nunca he sido importante para ellos y eso que soy su única hija, nada más que yo no tuve la culpa de haber nacido fea.

Nana: ninguna mujer es fea. Porque cada quien tiene una belleza especial que nos hacen única antes los ojos de los hombres y tu verdadero amor sabrá ver más allá de la apariencia que siempre has tenido todos estos años, pero sobre todo no le importara lo que las demás personas piensen, porque siempre te amara a ti, solo que tienes que esperar el tiempo necesario para que el amor llegue a tu vida.

Isabel: el amor ya lo conocí desde hace muchos años. Además él es igual que todos los hombres que solo se fijan en el exterior de las personas.

Nana: lo siento tanto, mi niña. Seguramente has sufrido mucho por su desamor, aunque has sabido callar ese sentimiento perfectamente.

Isabel: tuve que hacerlo. Porque no tenía otra opción si quería seguir trabajando para él, pero falta muy poco tiempo para que renuncie a mi trabajo.

Nana: no puedo creer que te hayas enamorado de tu jefe. Eso significa que tomaste la mejor decisión para ti, solamente de esta manera podrás olvidarlo.

Isabel: piensas exactamente igual que mi amiga, nana. Mi amor por él nunca se acabara, aunque él jamás llegue a corresponderme, mi vida sería vacía, pero tuve la oportunidad de amar que eso es lo más importante de todo esto.

Nana: ahora será mejor que nos vayamos a cenar. Pero como tus padres no están quería preguntarte a donde querías cenar si en la mesa o en la cocina.

Isabel: al no estar mis padres será en la cocina por supuesto y será así hasta que ellos regresen de su viaje. Espero que no se te haya olvidado hacerme mi postre favorito.

Nana: si lo hice, porque se perfectamente que el flan napolitano es tu favorito. Nada más que lo único que te pido es que no estés triste, por favor.

Isabel: nunca estaré triste mientras estés a mi lado. Además, yo nunca te he visto como mi nana, sino como una madre para mí, porque siempre me hizo falta toda mi vida el cariño de mis padres y que compartieran un poco de su vida conmigo.

Nana: siento tanto tu tristeza. Ahora más que nunca se perfectamente que la vida te va a recompensar con lo que más deseas en esta vida.

Isabel: tienes razón, nana. Solamente que algunas veces se hace realidad todo lo que sueñas tan siquiera un instante y nunca se debe de perder la esperanza.

Ella sonríe al decir esas palabras, porque nada más que con su nana podría expresar como se sentía en estos momentos. Ellas se levantan de sus asientos y se dirigen rumbo a la cocina y cada quien se sirve para poder sentarse en la mesa, pero cuando terminan Isabel pone en un plato su rebanada de flan napolitano para  comérselo y así lo hace

Nana: siento como si me ocultaras algo que no me quieres decir, pero no te atreves. No se te olvide que yo te conozco y estoy segura que algo te pasa.

Isabel: no es nada sin importancia. Ahora, debemos de ir a descansar y mañana será otro día más donde seguiré siempre a su lado.

Nana: recuerda que muy pronto dejaras de verlo. Nada más que esta vez quisieras que me acompañaras a mi pueblo, quizás otro ambiente te sirva de algo.

Isabel: esa sería una buena idea. Solamente que más pronto de lo que te imaginas nos iremos y tal vez comience una nueva vida en tu pueblo.

Nana: tal vez en ese lugar conozcas a alguien que se enamore de ti, realmente. Además, quiero que tengas un amor verdadero.

Isabel: solo que el primer nunca se olvida, nana. Pero el siempre seguirá en mi corazón y es mi culpa por enamorarme de un imposible, eso es lo más triste de tener un amor no correspondido, sino que siempre tendré que ver que sea feliz, mientras que yo no tengo ninguna posibilidad de serlo hasta que encuentre un nuevo amor.

Ella se despide de su nana y se dirige a su recámara, ella se acerca a su clóset. Isabel toma su pijama para ir rumbo al baño y ella empieza a cambiarse. Nada más que tiempo después sale y se acuesta en su cama para poder quedarse profundamente dormida

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo