El Inicio

Cuando Andrea cursaba el quinto semestre de la licenciatura en administración de empresas, tuvo que tomar una clase optativa, que era requisito para completar una formación que le era prometida al egresar. Eligió ética, y al iniciar el ciclo escolar, llegó a un salón totalmente lleno de estudiantes de diferentes licenciaturas, en un edificio fuera de su facultad. Había tantas personas que el aire se sentía pesado, y creía que no encontraría una banca para ella. Pero un joven sonriente, de piel muy blanca y cabello tan negro que hacía pensar que no era real, le señaló una banca que aún estaba disponible. Ella fue a sentarse correspondiendo la sonrisa, y gesticulando un “gracias” sin voz, para no interrumpir al profesor.

Ese primer día, a lo largo de la clase, siguieron llegando estudiantes al aula. Tantos que incluso empezaron a sentarse en el suelo.

- Popular el maestro – Comentó con ella el muchacho.

Ella se rió. Era cierto, todos querían tomar esa clase.

-Yo soy Javier ¿tú cómo te llamas?

-Andrea

-Mucho gusto Andrea ¿de qué carrera eres?

-Administración ¿y tú?

-Arquitectura

Javier y Andrea empezaron a buscarse dos veces por semana, en aquel gran salón para tomar la clase juntos, y poco a poco, empezaron a invitarse a comer en las cafeterías de sus facultades, luego encontraron que tenían amigos en común, y más tarde, iban juntos a todas partes. Su grupo de amigos se hacía más grande, y Andrea empezó a enamorarse de Javier. Ningún novio antes la había hecho sentir un amor tan profundo y complejo, un amor con tanta admiración hacia un muchacho que tenía talento para la arquitectura, pero también para la poesía, para la música, para bailar en fiestas.

Andrea sentía admiración por Javier. Siempre había algo que la sorprendía. Cuando era su cumpleaños, Javier siempre organizaba una celebración única en un lugar diferente, y la familia de Andrea lo apoyaba para que resultara memorable para ella. En cierta ocasión, incluso contrató artistas conocidos para que le cantaran el “Feliz Cumpleaños”, y esto hizo llorar a Andrea. Era una relación de cuento de hadas.

Dos años después, y un semestre después de haber terminado la carrera, Andrea y Javier planearon un viaje juntos a Acapulco. La madre de Andrea se oponía al viaje pensando que esa era una mala decisión que ponía en riesgo la integridad y reputación de su hija, yendo al viaje con el novio sin tener ninguna garantía de matrimonio hasta ese momento. Y a pesar de que Javier se había mostrado muy respetuoso de la familia, a la mamá le molestaba que el joven creyera que podía estar a solas con Andrea de manera tan abierta hacia las amistades y familiares.

-Si te vas con Javier sin casarte, van a pensar que eres fácil, y ya nadie te respetará – le dijo la mamá a Andrea mientras le ayudaba a acomodar los documentos de titulación, que estaba próxima a suceder.

-Pero mamá, en estos tiempos eso no le importa a nadie

-Nos importa a nosotros y a las amistades con las que nos relacionamos hija.

-No tienen por qué saberlo

- Claro que lo sabrán, y además, tú en este momento me estás contestando con poco respeto. Creo haberte enseñado muy bien a respetar a tus padres. Javier hasta ahora se había mostrado respetuoso de nuestra manera de vivir y de las reglas de respeto familiares. No entiendo por qué ahora te quiere llevar sin haber pedido permiso, sin haber demostrado que habrá respeto hacia tu intimidad. Si fuera con ustedes su mamá, por ejemplo, o uno de nosotros, entonces sería diferente, pero solos ustedes dos, yo no tengo garantía de nada. Te puede hacer cualquier cosa hija.

-¿Y no podría hacerme cualquier cosa casada con él?

-Pero ya es diferente, es tu marido. Ahora no son más que novios.

-A veces pienso en las mujeres maltratadas. Como si ser el marido fuera permiso para todo eso. Como si firmar el matrimonio quitara preocupación a todos.

Martha sabía que su hija tenía razón, pero aún así, a ella le preocupaban las habladurías, porque llegaban a ser crueles. Y hay círculos sociales que no perdonan ninguna situación que esté fuera de las normas. ¿Qué pasaría si su hija resultaba maltratada, como lo fue su hermana difunta? Nadie intervino para ayudarla, y a ella se lo impidieron bajo el argumento de que el matrimonio se arregla al interior del hogar, y que nadie puede intervenir en los problemas de los casados.

Pero tampoco podía dejar a Andrea irse libremente a ese viaje, sin tener una manera de dejarlos ir que evitara el cotilleo de las amistades y familiares, era mucho riesgo, especialmente, para ella y su marido, por no haber cuidado suficiente la dignidad de Andrea, por dejarla bajar su valor de esa manera.

-Hija, en nuestro mundo, una mujer joven que se va con el novio sola a donde sea, pasando noches con él, hace que esa mujer deje de ser valiosa para todos. Si quieres alguna vez casarte bien y conservar tu lugar en la sociedad, no puedes irte con Javier sola, porque ni siquiera él te va a valorar cuando el viaje termine.

Y dicho esto, la dejó sola en su habitación. Andrea pensaba que eso no era posible, pero al mismo tiempo, recordaba a dos de sus primas, que habían hecho viajes con sus novios, y uno de ellos dejó a su prima sola en Mazatlán. El otro regresó con su prima, pero no le volvió a hablar nunca, y aún las trataban como si tuvieran alguna enfermedad terminal, con lástima, con distancia, desplazándolas de cualquier evento familiar, y también recordaba que sus primas sufrían mucho por esta distinción que hacían sus parientes hacia ellas.

Considerando eso, para Andrea era una situación difícil decidir viajar con su novio, porque no tenía ninguna garantía de Javier para casarse aún.

- ¿Y si invitamos a mi prima Mariana? - le dijo a Javier en el chat

-Mariana y yo no nos llevamos muy bien mi amor. Yo esperaba viajar contigo y sólo contigo- le contestó Javier

-Es que mi familia no está de acuerdo con nuestro viaje a solas. Sólo lo permitirían si vamos acompañados de alguien.

-Lo voy a pensar, pero ya compré boletos de avión y reservé en el hotel. Muero por estar contigo Andy.

-Y yo muero por estar contigo, pero mi familia ha planteado esta condición.

- Bueno, déjame ver qué hacemos.

-Gracias amor.

Para Andrea iniciaba una etapa nueva en la relación, que ella aún no había notado. Javier no estaría dispuesto a renunciar a un viaje, ni a ninguna cosa que él planeara en nombre de la familia de Andrea, pero para poder hacer las cosas que él quería, empezaría a convencer a Andrea de su libertad y sus derechos ante la familia, aunque esto significara la distancia entre los miembros de su familia, pero eso no le importaba porque él quería decidir lo que sucedería entre él y Andrea, sin que nadie más opinara al respecto.

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