Mientras tanto Rachel después de las horas en el baño de cera decide salir de la bañera, rompe la cera y sale bastante recuperada, debía investigar a ese tipo, no es normal que una persona sepa lo que hace la cera, para tenerla debes meterte en muchos problemas, eso debía investigarse.
—Maldito idiota— gruñe al saber que no había nada para envolverse, recordando que su ventana quedaba junto a la de él sale del baño y mira que no esté, no se quedaría ahí. Al salir al porch mira que nadie esté y desnuda salta la banda para llegar al porch de su habitación, por el agua se resbala pero logra sujetarse —maldito Aquaman de m****a, me la vas a pagar por idiota, esa mirada que hoy demostraste voy a averiguar qué es eso que te atormenta— cuando entra a su habitación respira agitada y mira la de su vecino —esto es guerra Aquaman... Esto es guerra— sonríe con amargura —chicos estoy aquí— grita una vez se coloca un albornoz, al no tener respuesta recorre la casa y no los ve, así que decide dormir, lo necesitaba para recuperarse completamente.
Paolo tras varias horas de carretera finalmente llega hasta la ciudad directo al piso de Douglas. Cuando esta abre la puerta le mira algo resentida
—Pensé que te habías olvidado de mi...— le reclama, pero Paolo ni siquiera la deja hablar, se abalanza sobre ella como una fiera salvaje devorando sus labios y su cuerpo—Paolo... qué... qué sucede?— le pregunta ella algo sorprendida y un tanto agitada, solo bastaba su solo aroma para que ella se excitara y deseara hacerlo suyo por completo.
—Cállate— le ordena él, estaba enojado y desesperado, aquella niña le sacaba de sus casillas y no podía sacarse la de la mente el deseo que despertó en él cuando la vio desnuda en su cama, era un deseo que no podía desquitar, trataba de quitarse a esa mujer de su cabeza mientras se follaba a Douglas como un loco, quería saciar esa excitación que aquella le había plantado en él, pero no funcionó.
—Amo cuando me posees tan salvaje y desesperado como hoy— dice complacida acariciando su cabello y rostro que yacía sobre sus pechos.
—Será mejor que no te acostumbres, pronto seremos compañeros de servicio y nuestros encuentros acabarán— le aclaro para que no se dé falsas ilusiones.
—Sí, pero lo disfrutaré mientras dure— sé que su respuesta con ese tono de indiferencia es falso.
—Douglas ¿Has competido últimamente?— por la mirada que me da, sé que le extraña, solo llegó horas después que yo aquí, pero no me cuestiona y se limita a responder.
—No, pero supe de una carrera anoche, mis "amigos" participaron, por?— de inmediato juego sus pechos, debía tenerla bajo su poder.
—¿Podrías decirme quiénes?— y como era de esperarme ella me da toda la información que deseaba incluso más y en recompensa llevo mi boca a sus pezones y juego con ellos un poco —eres muy hermosa Douglas, no por nada me gusta tenerte en mi cama y si las circunstancias fueran distintas quizás la historia entre nosotros también lo sería— le miro a los ojos, sonrío y luego beso su frente —debo irme, te llamo después— tras la despedida y con todo lo que deseaba saber vuelve a casa, pero casi al llegar ve a los chicos que acompañaban a la pequeña berrinchuda la noche anterior.
—Pero si ahí está el salvador— ríe Ricardo —¿Cómo te fue con la fiera insufrible?— mueve las cejas, Pet como siempre le da un golpe en la cabeza a su amigo.
—No le hagas caso es medio estúpido, pero en algo lleva razón, nuestra tulipán es una insufrible y muy peligrosa chica ¿Todo bien con ella? Venimos llegando y si me dices que está en casa nos va a matar por no aparecer en todo el día— le mira con seriedad, no sabía por qué él se la había llevado, pero aún cuando fuera para ayudarla no podía confiarse, ella había sufrido mucho y era deber de él cuidar de ella. Paolo al verlos tan amables decide jugar igual aunque sin bajar la guardia.
—Pues no discutiré que es insufrible, pero es más como una niña haciendo berrinche— dice a manera de juego —ya está mejor pero se quedó en mi casa ¿Quieren ir a por ella? Seguro le encantará la idea de librarse de mi— ríen al escucharlo, su tulipana era una locura, el tío no les pareció amenazante, por lo que deciden llevar la fiesta en paz, cosa que a Paolo le convenía, si se ganaba a sus amigos desde luego se podría acercar más a ella.
—Nos va a caer una buena— se lamenta Pet mirando a Ricardo, solo ríe al pensar cómo se pondría su tulipana —¿Qué tal si te la dejamos por otro día más?— carcajea por la broma.
—Venga vamos...— les apresura Ricardo —creo que sería buena idea hacer un asado ¿Qué dicen? Así les bajamos los sumo a nuestra chica— mira al moreno alto —gracias por cuidar de ella— le dice con sinceridad, a Paolo le causaba gracias así que ríe encantado.
—No me molestaría enseñarle algunos modales pero dudo que su tulipán... Acepte— los invita a pasar— bueno iré por ella Filipo les atenderá mientras, me disculpo, recién llegué y aun no tengo servicio supongo debo contratarlo pronto, cuando regrese discutimos los planes del asado ¿Les parece?
—Es una buena idea y por nosotros no te preocupes, tampoco tenemos servicio— sonríe pet, le ve alejarse y tira del polo de Ricardo quien era como un niño curioso —mantente quieto joder...— le gruñe en español.
Mientras tanto Rachel estaba recuperando esas horas que no durmió en la noche, las pesadillas como siempre le interrumpían pero ella no cedía, debía seguir durmiendo y lo estaba consiguiendo.
Paolo al subir a la habitación en donde estaba y no encontrarla siente como la sangre le hierve, la busca y es ahí donde la ve, se había cruzado por las ventanas hasta su casa y estaba ahí dormida como un inocente ángel el cual le despertaba cosas que no debía sentir. Sin pensarlo se cruza por el balcón hasta su recámara y camina hasta la cama justo al lado de ella observándola, peina su cabello y sonríe por inercia.
—Quien te viera tan tranquila pequeño demonio— vuelve a sonreír y se acerca lo suficiente como para rozar sus labios. Rachel quien tenía el sueño como una pluma le escucha y siente cuando se acerca, sin pensarlo lleva sus manos con cuidado bajo la almohada y saca un arma, apuntándole a la cabeza abre los ojos.
—Soy todo un ángel caído del cielo, así que no me hagas pecar y aléjate de mí o me ganaré el infierno al matarte— su cercanía no era como las demás, ese hombre realmente le hacía sentir bien, pero no podía confiarse, no cuando a ella siempre le iba mal, ver sus ojos oscuros le removían algo que le hacía sentir extraña —¿Te quitarás aquaman?— susurra, él al ver lo que hace solo ríe y con su peculiar sutileza la desarma.
—Una niña como tú no debería jugar con estas cosas, podrías lastimarte— la tira lejos y se coloca sobre ella sintiendo su cuerpo temblar, ella despertaba mucho en él, Rachel asombrada por como la desarmó la llena aún más de curiosidad.
—Deja de decirme niña y debo tenerla para mí protección...— se calla cuando su cuerpo despiertan al tenerlo sobre ella, sentir el calor que emanaba ese hombre le hacían despertar un deseo casi incontrolable —¿Puedes bajarte? ¿No crees que estás tomando mucha confianza? Sé que me has ayudado, pero digamos que fue la paga por el favor que te hice, no es normal tomar tanta confianza así, sé que puedo ser muy deseada pero debes contenerte— le dice con su chulería habitual.
—No me digas... ¿Paga? ¿De un favor? —sonríe y escucha sin quitarle los ojos de los de ella, sin dejarla terminar se lanza a besarla apasionadamente, pero sin ser agresivo ni brusco, sus manos recorren su cuerpo y entre besos responde —si quieres que te trate como una mujer comportarte como una— su beso la toma desprevenida, pero era algo que en el fondo deseaba, no era la primera vez que tenía sexo sin compromiso, así que decide disfrutar, ya le dejaría las cosas claras después, le corresponde ese beso con la misma intensidad, pero escuchar eso que le dice le molesta —¿Que quieres decir?— pregunta en un gruñido, pero sus besos la dominaban —hablas como si me comportara como una niña y no es así— sus manos van a su cuello y le abraza para intensificar el beso, el calor estaba subiendo por su cuerpo y el deseo se estaba abriendo paso con más rapidez.
Tras esa deliciosa experiencia que tanto había deseado desde el momento en que esa chiquilla se paró frente a él, vuelve a su casa recordando que ese par seguía ahí por lo cual debía encontrar una excusa para disculparse...—Les pido mis disculpas, pero al parecer su tulipán ha desaparecido...— sonrío al llegar, los chicos que la estaban pasándola fenomenal con mis colegas me miran.—¿De qué hablas?— se levanta el más alto, su preocupación llama fuertemente mi atención —¿No está contigo?— mira a su amigo.—No creo que lo haya hecho— dice el rubio mirando a su amigo con el cejo fruncid
—Como no piensas presentarme a tus amigos me presentaré yo, soy Cassy un placer— sonríe mirando a los dos hombres que acompañaban a aquel que la ponía loca por su estúpida manera de ser. Paolo al escucharla solo sonríe.—Bueno, tu tampoco nos presentaste a los tuyos— enarca una ceja apreciando a esa mujer frente a él, ella le ignora al centrarse en quien habla después.—Soy Fabricio, un placer señorita— se presenta Filipo.—Y yo soy Kowalsky— sonríe Williams —lo sé, no tengo ni acento ni cara de ruso, soy una mezcla— dice mientras le da la mano. Rachel sonríe al escuchar esos nombres que
—Solo admiraba la magnífica belleza que está frente a mí— nota como una muy ligera sonrisa se dibuja en el rostro de ella y entonces continúa —sí, es una excelente construcción sin duda una casa hermosa, lastima de los modales de la dueña— sin poder contenerlo Rachel ríe como si fuera un chiste, Pet tenía razón él era distinto.—Eres un idiota ¿Lo sabías?— aun riendo muerde su labio, debía hacer las cosas bien, así que mirándole suspira —¿Me invitas a la tuya?— señala el jacuzzi ya preparado. Ahora el que ríe era él.—Me insultas y acusas de torturarte ¿Y ahora pretendes que te invite a mi casa? ¿Por qué haría eso? —dice esta vez ignorándola. Ella se encoje de hombros.—No tengo vergüenza, se puede decir así&mdash
Hoy es la cena con el bomboncito que vive a mi lado, nuestros encuentros sexuales en estos días no se han detenido, es muy placentero estar con él y no me voy a negar ese gusto, no hasta que lo tenga en la palma de mi mano, cosa que se me da difícil, no cae completamente ante mí y cada vez que está cerca mi cuerpo reacciona por completo a su presencia ¡Me pone de los nervios.—Chicos... Vamos a la playa— grito para que mis amigos se apresuren.—Aquí estás— escuchar esa voz provoca un escalofrío en todo mi cuerpo —¿No pensabas ir a visitar a tu padre? Ya has estado aquí por más de 2 semanas— me giro para mirarle.—Hola
—Pues yo quiero saber, a mí no me aburriría saber de tu trabajo— resopla —no sé de lo que hablas, no estoy preocupada ni siento dolor por nada— enarca una ceja al escuchar eso ¡Genial una mujer! —ya veo... Muy dominado nos salió el italiano— se levanta, por alguna razón se molesta al escuchar aquello —espero que sea buena cocinando tu capitana— dice con algo de sorna —creo que es mejor que me vaya a ejercitar, gracias por venir y hacer peor mi día— sonríe por la mentira que lo había dicho, ese hombre todo lo mejoraba.Paolo al ver su reacción un tanto celosa no puede evitar sonreír en cierto punto le gustaba y aprovechándose de eso cambie el tema dejando de lado lo del trabajo.—¿Qué puedo decirte? Supieron como dominarme y no hay vuelta atrás— ríe —oh créeme que es excelente, quedarás
—Señores esta será una noche de juerga— susurra Rachel, estaba aparentando tranquilidad, pero su mente estaba lejos de ahí —necesito un trago antes de la cena ¿Se puede?— pregunta directamente al Italiano.—Tulipán tranquilo— le pide Pet, sabía que cuando pasaban esos problemas a ella les gustaba hacerse cargo de una vez, esta cena sería algo realmente inquietante para ella.—Solo quiero un trago solo eso...— no le quita los ojos a Paolo de encima. Paolo, quien no olvidaba su angustia de la tarde y lo que había escuchado decide complacerla.—Seguro ¿Qué te sirvo? Tengo vino, Brandy, vodka, tequila, wisky... — dice
—Con la lasaña me has ganado— chilla Rachel, quien al escuchar que aquel era el postre favorito de Aquaman le miro, eso no podía ser verdad, pero cuando dice lo del vino arruga la cara —¿Será que me pueden traer jugo o un smoothie de arándanos? Si quieren lo preparo yo...—¡No!— gritan Pet y Ricardo a la vez interrumpiéndola, a Rachel se le sube el tono.—No tenían por qué decirlo de esa manera— se queja.Mientras Pet y Lu se comían con miradas uno al otro y todos pasaban de la rabieta de Rachel, Paolo sirve las copas y le da una a la testaruda.—Vamos se buena n