—No me digas... ¿Paga? ¿De un favor? —sonríe y escucha sin quitarle los ojos de los de ella, sin dejarla terminar se lanza a besarla apasionadamente, pero sin ser agresivo ni brusco, sus manos recorren su cuerpo y entre besos responde —si quieres que te trate como una mujer comportarte como una— su beso la toma desprevenida, pero era algo que en el fondo deseaba, no era la primera vez que tenía sexo sin compromiso, así que decide disfrutar, ya le dejaría las cosas claras después, le corresponde ese beso con la misma intensidad, pero escuchar eso que le dice le molesta —¿Que quieres decir?— pregunta en un gruñido, pero sus besos la dominaban —hablas como si me comportara como una niña y no es así— sus manos van a su cuello y le abraza para intensificar el beso, el calor estaba subiendo por su cuerpo y el deseo se estaba abriendo paso con más rapidez.
Su reacción le confirmaba a Paolo lo que su cuerpo le decía desde el inicio, así que al no encontrar negativas continua, estaba ya desnuda así que no había mas que la ropa de él para apartar su piel a la de ella.—Tus actitudes de esta mañana dicen otra cosa... — jadea por las caricias que ella le proporciona —pero ya no digas mas, solo déjate llevar— sus manos viajan hasta sus caderas y sus besos van bajando por su mandíbula, cuello, hombros y pecho. Al llegar a sus pechos los toma en manos masajeándolos, relajándola, ella quería protestar pero sus caricias eran todo para dejar su mente en blanco, se podía controlar, pero que él pensara que tenía total dominio en ella le beneficiaba más. sus caricias en su piel era lo más excitante que ella podía sentir, sus besos eran un afrodisíaco que le hacían querer más de él, quizás eso era mala idea si lo pensaba bien, pero quería jugar con él, le haría pagar su comportamiento.
—Yo solo quería venirme a mi casa y tú me lo negaste —su respiración era cada vez más agitada —Aaahhh— un jadeo se le escapa de la boca, sin esperar a nada más inicia a desnudarlo, no quería tantos mismo, eso podía ser peligroso. Él se deja desnudar pues sentía el mismo deseo, pero a ella no la tomaría agresivamente como a Douglas o a cualquier otra una porque esta mujer estaba lastimada y dos porque no le despertaba ese deseo, la quería disfrutar y hacerla disfrutar, sabía que no era buena idea y que quizás arruinaría todo pero estaba dispuesto a arriesgarse, después de todo quizás podría obtener mas así.
—Te mantuve allá porque aquí hubieras estado sola y herida, no es una buena combinación— él tenía razón, después de todo sus amigos no habían llegado en todo el día y quizás se habría muerto de hambre.
—No te daré la razón aunque la tenga— dice una vez lo tiene desnudo, recorre su cuerpo sin pudor alguno, su cuerpo era fuerte y cada músculo bien definido, bien trabajado y bien apetecible, su bronceado natural era algo perfecto, pero su erección, eso era otra cosa, mordiéndose el labio lo piensa bien, si él así lo quisiera la dejaría sin caminar por una semana —Esta discusión puede darse después— realmente deseaba a ese hombre, no tenía nada que perder así que lo disfrutaría sin medirse —por ahora me interesa aclarar esto— sonríe pícara acariciando ese fuerte cuerpo que le había gustado más de lo que quería admitir. Paolo sonríe de lado al escucharla era dura y muy difícil de convencer sin duda todo un gran reto, pero con un beso consigue callarla notaba como ella lo veía sabía lo que despertaba en ella así como en otras mujeres, está totalmente confiado de que la tenía en sus manos.
—¿Aclarar? ¿Está negociando conmigo? ¿Acaso soy mercancía para usted señorita?— sin dejarla responder se lanza a sus pechos besándolos, mordiéndolos suavemente para prepararla.
Su juego era realmente bueno, deseaba que la disfrutara toda y que él dejara que ella lo disfrutará a él, sus manos se aventuran por su musculoso cuerpo hasta llegar a su cabello, tenía que sacarle su nombre, por lo menos así ya tendría como investigarlo.
—Quizás haciéndome tuya me digas tu nombre— dice entre jadeos por la excitación que provocaba su boca en sus pechos —mierda— dice en español, pensaba que él solo hablaba el inglés por lo que mirándole sonríe —eres realmente bueno, sin duda te la debes creer mucho— era realmente un buen amante. Sin dejar de saborearla y disfrutar de sus jadeos disfruta de la reacción de su cuerpo ante sus estímulos pero sobre todo del deseo que emanaban entre los dos. Escucha lo que dice y sólo sonríe.
—¿Por qué no dejamos ya las palabras?— dice bajando sus besos cada vez más cubriendo por completo su abdomen, sus manos juegan con sus pezones mientras su boca llega hasta el centro de su placer, escucha cuando dice lo de su nombre, pero no era el momento tampoco tenía caso no necesitaba nombres para expresar lo que sentía no sólo sus cuerpos. Si sexo era dulce, fresco y jugoso, rosado y perfecto, su clítoris escondido le volvían loco, saber que no estaba maltratada en esa zona le excitaba más, se podía apreciar que no había estado con muchos hombres, era totalmente perfecta, esa mujer lo estaba volviendo loco, los gemidos de ella le ponían más ardiente, quería que aquella mujer disfrutará y se diera cuenta de lo que él era capaz.
—Mmmm, siii— las sensaciones a Rachel la embargaban, ya no importaba nombres, no importaba que ella se hacía la tonta, ahora solo quería seguir disfrutando se esa lengua tan deliciosa que estaba saboreando su sexo, no veía la hora de tener esa gran polla dentro de ella, esos pensamientos calientes solo le ayudaban a tener más placer, el jugueteo que él tenía en su clítoris le hacen correrse son demora, Paolo disfrutaba de ese elixir que ella le estaba ofreciendo, bebé todo de ella.
—Merda, no lo soporto más— ya él estaba perdiendo el control, pasa la lengua de su sexo hasta su cuello dónde termina con una mordida, una mordida que a ella le parecidos tremendamente Erótica.
—No tienes por qué soportarlo, estoy lista— se miraban a los ojos mientras él se hundía poco a poco en ella, por su cabeza solo pasaba una pregunta ¿Cómo podía esa mujer estar tan apretada? Sus esfuerzos no fueron en vanos, finalmente estar dentro de ella era lo más exquisito que había sentido nunca antes, ni Douglas era tan deliciosa como esa chica que tenía bajo de él, los chillidos de ella le hacían saber que no estaba acostumbrada a un tamaño como el que tenía él.
—Tranquila, te daré tiempo— se comportaba mimoso y eso era nuevo para ella, algo estaba mal, las cosas no deberían ser así.
—Mue... Muévete, quiero sentirte ya mismo— sonríe por su orden, pero aun así le hace caso a su petición, inicia a moverse con lentitud, quería sentirla, grabársela en la piel, quería que ella se lo grabara a él en su piel, en su mente —Joder...— gime Rachel al sentirse plena con ese hombre, jamás se había sentido así, el placer era demasiado abrumador y por extraño que pareciera le gustaba muchísimo.
Entre besos, miradas y caricias los dos se hicieron el amor con una pasión que experimentaban por primera vez, lo habían disfrutado, pero estaban confundidos, jamás habían hecho el amor de esa manera.
—Tus amigos están planeando un asado— le mira mientras concilia el aire —¿Te nos unes?— era buena idea no hablar más en referencia a lo que había pasa, esas dudas ya se quitarían de su cabeza, o eso pensó él, Rachel quien no salía del shock solo asiente.
—Si quedan vivos claro que sí, un asado en la arena mirando el agua y ver las olas romperse es lo mejor— aún con las piernas fallándole se levanta —es mejor que vuelvas a tu casa y por favor dile a esos idiotas que la van a pagar— con el corazón a mil se mete al baño y lo deja ahí ¿Qué coño había pasado? Paolo le mira irse y se enoja, ninguna mujer lo había dejado solo en la cama después de hacerla suya, cabreado por ese desplante se viste y se va a su casa, ya se las haría pagar.
Tras esa deliciosa experiencia que tanto había deseado desde el momento en que esa chiquilla se paró frente a él, vuelve a su casa recordando que ese par seguía ahí por lo cual debía encontrar una excusa para disculparse...—Les pido mis disculpas, pero al parecer su tulipán ha desaparecido...— sonrío al llegar, los chicos que la estaban pasándola fenomenal con mis colegas me miran.—¿De qué hablas?— se levanta el más alto, su preocupación llama fuertemente mi atención —¿No está contigo?— mira a su amigo.—No creo que lo haya hecho— dice el rubio mirando a su amigo con el cejo fruncid
—Como no piensas presentarme a tus amigos me presentaré yo, soy Cassy un placer— sonríe mirando a los dos hombres que acompañaban a aquel que la ponía loca por su estúpida manera de ser. Paolo al escucharla solo sonríe.—Bueno, tu tampoco nos presentaste a los tuyos— enarca una ceja apreciando a esa mujer frente a él, ella le ignora al centrarse en quien habla después.—Soy Fabricio, un placer señorita— se presenta Filipo.—Y yo soy Kowalsky— sonríe Williams —lo sé, no tengo ni acento ni cara de ruso, soy una mezcla— dice mientras le da la mano. Rachel sonríe al escuchar esos nombres que
—Solo admiraba la magnífica belleza que está frente a mí— nota como una muy ligera sonrisa se dibuja en el rostro de ella y entonces continúa —sí, es una excelente construcción sin duda una casa hermosa, lastima de los modales de la dueña— sin poder contenerlo Rachel ríe como si fuera un chiste, Pet tenía razón él era distinto.—Eres un idiota ¿Lo sabías?— aun riendo muerde su labio, debía hacer las cosas bien, así que mirándole suspira —¿Me invitas a la tuya?— señala el jacuzzi ya preparado. Ahora el que ríe era él.—Me insultas y acusas de torturarte ¿Y ahora pretendes que te invite a mi casa? ¿Por qué haría eso? —dice esta vez ignorándola. Ella se encoje de hombros.—No tengo vergüenza, se puede decir así&mdash
Hoy es la cena con el bomboncito que vive a mi lado, nuestros encuentros sexuales en estos días no se han detenido, es muy placentero estar con él y no me voy a negar ese gusto, no hasta que lo tenga en la palma de mi mano, cosa que se me da difícil, no cae completamente ante mí y cada vez que está cerca mi cuerpo reacciona por completo a su presencia ¡Me pone de los nervios.—Chicos... Vamos a la playa— grito para que mis amigos se apresuren.—Aquí estás— escuchar esa voz provoca un escalofrío en todo mi cuerpo —¿No pensabas ir a visitar a tu padre? Ya has estado aquí por más de 2 semanas— me giro para mirarle.—Hola
—Pues yo quiero saber, a mí no me aburriría saber de tu trabajo— resopla —no sé de lo que hablas, no estoy preocupada ni siento dolor por nada— enarca una ceja al escuchar eso ¡Genial una mujer! —ya veo... Muy dominado nos salió el italiano— se levanta, por alguna razón se molesta al escuchar aquello —espero que sea buena cocinando tu capitana— dice con algo de sorna —creo que es mejor que me vaya a ejercitar, gracias por venir y hacer peor mi día— sonríe por la mentira que lo había dicho, ese hombre todo lo mejoraba.Paolo al ver su reacción un tanto celosa no puede evitar sonreír en cierto punto le gustaba y aprovechándose de eso cambie el tema dejando de lado lo del trabajo.—¿Qué puedo decirte? Supieron como dominarme y no hay vuelta atrás— ríe —oh créeme que es excelente, quedarás
—Señores esta será una noche de juerga— susurra Rachel, estaba aparentando tranquilidad, pero su mente estaba lejos de ahí —necesito un trago antes de la cena ¿Se puede?— pregunta directamente al Italiano.—Tulipán tranquilo— le pide Pet, sabía que cuando pasaban esos problemas a ella les gustaba hacerse cargo de una vez, esta cena sería algo realmente inquietante para ella.—Solo quiero un trago solo eso...— no le quita los ojos a Paolo de encima. Paolo, quien no olvidaba su angustia de la tarde y lo que había escuchado decide complacerla.—Seguro ¿Qué te sirvo? Tengo vino, Brandy, vodka, tequila, wisky... — dice
—Con la lasaña me has ganado— chilla Rachel, quien al escuchar que aquel era el postre favorito de Aquaman le miro, eso no podía ser verdad, pero cuando dice lo del vino arruga la cara —¿Será que me pueden traer jugo o un smoothie de arándanos? Si quieren lo preparo yo...—¡No!— gritan Pet y Ricardo a la vez interrumpiéndola, a Rachel se le sube el tono.—No tenían por qué decirlo de esa manera— se queja.Mientras Pet y Lu se comían con miradas uno al otro y todos pasaban de la rabieta de Rachel, Paolo sirve las copas y le da una a la testaruda.—Vamos se buena n
—Bueno querida— dice Douglas —si te lástima entonces no te ama y ciertamente nunca lo hará, solo eres un trofeo para él— sonríe y tomando el brazo de Paolo, Rachel le mira con cara de bruja.—Y eso es justo lo que eres tú para los hombres— le guiña, el ambiente era tenso así que Ricardo interviene.—Yo me adelanto con mi tulipán— les sonríe Ricardo adelantándose —quien te ve así piensa que eres una maldita bruja... Ya todo está listo, hay hora de salida— Rachel asiente a lo que dice, debía hablar con Pet, no podía distraerse ahora.Lu se sujeta a Pet completamente encantado, platicando de todo y de nada a la vez como dos adolescentes que han quedado flechados tras su primera cita.Rachel estaba maquinado que haría con esa estúpida que se infiltró <<¿Cómo pod&i