2. No Debía Pensarte

Te bajaste del caballo, caminaste conmigo hacia el otro picadero donde me esperaba Tornado y miraste detenidamente cada movimiento que daba. Monte a mi caballo bajo el efecto de tus ojos y entendí que ese momento estaba escrito para nosotros en algún sitio.  

Unos pocos aplausos fueron los encargados de regresarme a la realidad de aquel lugar, y es que debo confesar que me había transportado contigo a otro sitio cuando nuestras miradas se cruzaron después de que me baje del caballo. —Aun no puedo creer que este aquí contigo y que me hayas visto montar. — Dijiste y me mostraste tus manos para que yo me diera cuenta como te temblaban. Me quede mirándolas y me perdí en la perfección que había en tus dedos, imagine que rozabas mi rostro con ellos y reprendí aquel pensamiento de inmediato.

—No te pongas así de nerviosa. — Te dije y sostuve tus manos con las mías. Es ese instante, una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo y ahora era yo el que estaba nervioso. 

—Lo siento, es que un no me creo estar aquí contigo. — Pronunciaste riéndote de manera nerviosa y el sonido de tu risa ya me empezaba a gustar desde aquel momento... es mi melodía favorita.

Te mire fijamente y te lance una tímida sonrisa —No podía ganar otra persona que no fueses tú. Tu talento es infinito. — Admití sin dejar de mirarte.

No se si fueron las palabras que te dije o la euforia del momento, pero me sorprendiste con un abrazo que no me dejo más remedio que amarrar tu cintura con mis brazos, debo confesar que tú cercanía fue un cuchillo que traspaso toda mi piel. 

《¡Leonel detente!》 Me grite a mi mismo mientras tú seguías abrazándome de esa manera tan especial. Agradecí a cielo ese momento donde Tatiana se acerco a nosotros y dijo —Leonel, siento decirte esto, pero tenemos una reunión en media hora. Debemos irnos. —

Me aparte de ti y mire a Tatiana con dudas. Debía irme, pero no quería... o quizás si... era una sensación tan extraña la que sentía… mi mente era un caos. Desordenaste mis sentidos, mi conciencia, quien soy... No podía fijarme en ti y así todo lo estaba haciendo. En aquel instante no comprendí mis sentimientos, no creí que fuera amor, después de todo, no se puede sentir amor por una desconocida, ¿o sí? Yo prefería llamarlo más como una atracción peligrosa. 

Tú parecías no darte cuenta de nada, ¿o es que disimulabas muy bien? No diste muestras de que yo te pareciera atractivo. No dijiste ningún comentario a los que estoy acostumbrado por parte de las mujeres. ¿Y si tenias novio? Ni llegue a pensar en eso… En ese momento Tatiana jalo de mi mano —¡Leonel, que se nos hace tarde!— Me advirtió y yo caminaba por inercia hacia la salida del picadero, pero me escape un instante de su agarre el cual a ti te parecía bastante gracioso ya que reías, y me acerque a ti para despedirme. —Nos vemos aquí en dos días para entrenar. — Dije con entusiasmo y te di dos besos en la mejilla. 

Me miraste fijamente mientras me alejaba y me di cuenta de que sonreíste de la manera mas bonita que te había visto hacerlo hasta ahora —¡Nos vemos!— Gritaste justo antes que saliera. La sonrisa de idiota que llevaba en mi rostro me delato.

—Leonel, que te conozco. — Me regaño Tatiana. —Es una niña, ni se te vaya a ocurrir conquistarla ni nada. — Advirtio una vez que nos quedamos solos en la camioneta que nos llevaría a nuestra reunión.

—Solo intentaba ser amable Taty... ¿Cómo crees que me fijaría en ella? Tú lo has dicho, es una niña— Respondí intentando engañarla, pero ella me lanzo una de esas miradas asesinas.

—Aha... de no querer saber nada con este concurso y su ganador, a querer verla nuevamente. A mi no me engañas Leonel Ritter...— Comento seria y me lanzo una tímida sonrisa.

No entendí como es que permitieron que menores de edad concursaran, pero ella se encargo de explicarme que tu madre había firmado un permiso especial. En ese momento me pregunte como sería tu familia... ¿tendrías hermanos? Me asustaba mucho mi alto nivel de curiosidad por ti y por todo tu entorno... Tenía pánico porque sabía muy bien las consecuencias que podía haber detrás de todo esto. Quizás Tatiana estaba en lo cierto, pensé. Tal vez debía borrar toda mi curiosidad y tratarte como simplemente la chica que entrenaría, después de todo recién te acababa de conocer; ¿Qué tan difícil puede ser eso? 

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo