Capítulo 1

Lunes 6 de marzo 2014

Un lunes cargado de noticias, buenas, malas y otras un poco ardientes. Si las personas antes se duchaban, desayunaban y se iba a trabajar, ahora primero ven las noticias y más si es de chisme o si es sobre la nueva escritora que ha surgido.

Periódico la luz de Madrid

Anoche la escritora anónima volvió hacer de las suyas y dejó a todos flipando con tremendos capítulos.

En menos de dos horas su cuenta en la página pay and read recaudó mil euros y ella alcanzó los 500 mil seguidores en tan solo dos semanas que tiene en la página.

En el último capítulo que publicó dejo una nota que decía:

Dejen de pagar para encontrarme y mejor sigan pagando para mojarse y tocarse.

Esa latina tiene a sus lectores de cabeza.

Espero que algún día sepáis quien es ella.

—Mi esposo me tiene cansada con que quiere saber quién escribe eso —dice Sabrina moviendo su jugo con la pajilla.

—Asi está Camilo, me tiene loca —dice dejando el período a un lado.

—Aunque... —se inclina un poco para que solo su amiga Laura la escuche —Cuando leo a esa escritora, mojo y obligatoriamente debo tocarme.

—No eres la única. Me pregunto quién será esa chica —dice Laura dudosa.

Las chicas siguen hablando de cualquier otro tema mientras el pequeño restaurant empieza a llenarse de gente, y gran mayoría hablando de la escritora. El lugar todos los días se abarrota de personas que pasan a desayunar antes de ir a trabajar y así al medio día y la noche.  No es muy grande pero la comida es exquisita sin contar que la escritora en un capítulo redactó una escena en donde la protagonista fue tocada ahí hasta correrse en las manos de su acompañante. Desde ese día el lugar se ha vuelto más frecuentado. Lo que los dueños agradecen.

Antonio llega a su oficina y se quita la chaqueta para empezar a trabajar ya que llegó media hora tarde. Y debe dar el ejemplo aunque sea el dueño de su empresa.

—Al jefe se le pegaron las sábanas —dice Amanda entrando en la oficina.

—Debiste ir a despegarmela —contesta mirándola con picardía.

—No me jodas Ramos —dice sentándose y cruzando sus pies. —¿Leíste a la escritora misteriosa? —pregunta relamiendo sus labios.

—No me pierdo ni un capítulo, jamás me gustó leer, pero desde que me recomendaste esas historias, amo la lectura —dice Antonio encendiendo su portátil.

—Es una puta ama —dice mirando sobre su hombro cuando la puerta se abre.

—Señor, su padre quiere hablar con usted e insiste en qué es urgente —dice uno de sus secretarios.

—Abel, estoy harto de decirle que no entre sin avisar, dígale a mi padre que estoy muy ocupado que pase en la tarde —dice frotando sus sienes.

—Él insiste —dice apenado.

—¡Largo! —ladra Antonio señalando la puerta.

—Deberias ir a un psicólogo, cambias de ánimos en unos segundos —dice Amanda riendo.

—Largo tu también —dice enojado.

—Cabrón —dice levantándose luego de levantarle el dedo corazón.

El motivo de su rabia es que aún no ha podido contactar a la escritora que lo pone duro sin tocarlo ni mirarlo. Odia los lunes, su padre lo estresa con tantos consejos y sus hermanos lo tienen cansados con su iresponsabilidad.

Empieza a revisar los correos para estar preparado para lo que le tocará en el día de hoy y así no tener trabajo atrasado. Su teléfono suena y ve que es un correo de su segunda cuenta que se creó para poderle enviar correos a la escritora anónima.

La escritora anónima

(6 marzo)

Son sus problemas...

Querido lector, solo escribo y hago que mis lectores se sientan bien, se exciten, se imaginen un sin números de cosas, y ellos me pagan, incluyéndolo a usted, no me interesa conocerlo ni que usted me conozca, tampoco quiero que nos acostemos. Son sus problemas si no puede dejar de pensar en lo que escribo.

Espero tenga un día mojado y lindo.

La escritora anónima.

—Estúpida, te encontraré —dice dejando el celular sobre el escritorio.

Pasa sus manos por su rostro para tratar de aliviar la frustración. Pensó que solo se podía estresar con el trabajo y su familia, pero ya ve que no, que una chica desconocida también puede hacerlo. Ve la hora en su reloj y se pregunta porqué la encargada de relaciones públicas no ha ido a darle los buenos días como se merece.

Luego de media hora llega Bárbara, su empleada que lo complace como le gusta. Ella cierra la puerta con el pestillo, y se acerca a él mientras se va soltando la camisa, él rueda un poco su silla y espera su llegada. Ella acaricia su entrepiernas, y luego se acerca a su cuello para deborarlo.

Él la sostiene de su culo y la sienta sobre su regazo y ella lo besa y se mueve sobre su erección.

—Debo castigarte porque llegaste tarde —le dice Antonio y luego le da una nalgada —Arrodillate pero no ores.

—Como guste jefe —dice obedeciendo.

Lo saca, juega con él un buen rato antes de llevarlo a su boca y saborearlo hasta hasta dejarlo mojado por completo.  Antonio suspira cuando se lo entra entero hasta llenar su garganta con semejante miembro.

—Hola jefe —Saluda Amanda entrando con una de las secretarias —Joder Antonio.

—¿Por qué demonios no tocan antes de abrir —pregunta arreglando sus pantalones.

—Nunca he llamado a la puerta. ¡Largo Bárbara! —dice señalando la puerta.

Amanda tiene la contraseña de la puerta y puede entrar aunque esté asegurada.

La secretaria está anonadada y se espanta y arregla sus lentes cuando Antonio carraspea.

—¿También me la quieres chupar? —pregunta a la pobre muchacha.

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