Capítulo 3 Lo que me ocultas.

Lo que me Ocultas

Atenea Aray

Nadie imagina lo que significa Liam David  para mi, nadie puede llegar a ese lugar profundo donde oculto mis verdaderos sentimientos hacia él.

La primera vez que lo vi me sentí demasiado invisible, insignificante, como si él no reparara en mi; o yo solo fuera una pila de basura indigna de ser mirada por esos ojos verles y luminosos, que parecían de miel cuando te tocaban. Luego pensé que era su caso de “Caridad”, así que porque no ayudar a ese sueño de hombre a sentirse bien con el mundo y consigo mismo.

Era el hombre más guapo, sexy y seguro de sí mismo que había visto en mi vida. Yo no creía que esos especímenes anduvieran sueltos, a mi idea, se habían extinguido como los dinosaurios en el lejano Cretáceo. Poco a poco comenzamos a complementarnos hasta llegar a la amistad que tenemos hoy en día, no fue cosa de un día, ni me impuso su amistad.

Pero en este momento , era mucho más que eso. Más que mi amigo , era mi confidente, mi soporte, muy extrañamente mi mente lo ubicaba en el área de amor platónico, extraña mente la mía. Él era para mi como la tabla que salvó a Rose en el Titanic. En pocas palabras, Liam David era mi Vida.

Nada tiene más valor que alguien como él me diga que “me extrañó”, que me apoye y que a su forma que me quiera, se mantenga cerca y me proteja.

No se que haré cuando decida casarse. Creo que será un duro golpe para mi, y para mi mente extraña. Me molesta saberlo de cama en cama, pero lo supero porque sé que es un hombre ardiente, su temperamento lo demuestra. Es sensual y caliente como el sol,  mi extraña mente vive feliz porque sabe que hasta ahora nadie ha ocupado ese corazón. de fuego que aún sigue sin propietaria.

Solo sé que él merece a alguien mucho mejor que yo. Alguien que no esté manchado en cuerpo y alma. A mi me arruinaron, y no solo uno, sino 4 malditos. Mancillaron mi orgullo y mi sensualidad, ya para mi no hay final feliz posible.

Debo concentrarme, hace más de tres días que no trabajo, y debo mantener mi extraña mente ocupada y contener la felicidad que me dio verlo en la puerta de su Jet privado.

Vino por mi! Wow! Mi rey en su caballo blanco o su avión blanco; supongo que debo conformarme, los príncipes han cambiado mucho desde la época Medieval.

¡Yaaaaa!, ¡por favor!. ¡Concéntrate por Dios!¡Venga la bolsa de valores!, y tableta en mano comencé  a revisar, no parecía haber grandes cambios desde la última vez que revise, todo muy positivo para seguir con el negocio.

Esta Cadena tenía parcelas en varios lugares interesantes de Dubai, al final de esta semana varías constructoras estarán interesadas en esos terrenos, pues se qué hay varios proyectos del rublo turístico que están en ascenso debido la construcción y venta de bungalows de lujo. Llevaba meses estudiando el mercado y las parcelas vecinas a la de esta Cadena hotelera  que quería comprar. Tan pronto se presentó la oportunidad perfecta preparé la compra de las acciones justo antes de que subieran el precio. Luego las vendería sacándole bastante beneficio al negocio.

Volví a tomar los papeles del contrato lo revisé una vez más para asegurarme que todo estuviera en orden. No era graduada de derecho, pero tenía un posgrado en Derecho Mercantil y Liam David me había enseñado bastante , aunque no era su rama preferida del derecho. Más un abogado penalista respetado como él, estaba empapado con todas las áreas.

Ni un detalle fuera de lugar, lo puse otra vez dentro del folder. Mire hacia Liam David, parecía un dios del Olimpo. Recostado en el asiento con los ojos cerrados, su cabello rubio miel un poco despeinado. Sus largas pestañas se veían hermosas, y esa boca era perfecta, ¡Diossss!, dan ganas de quedarse a vivir allí.  En ese traje azul marino, sus hombros se ven anchos; se exactamente cómo se ve ese pecho, y su abdomen perfecto  sin nada de ropa; solo porque nadamos juntos en el club los sábados en las mañanas. He pensado incluso ahogarme para que se me tire encima y me de respiración boca a boca.

No me molestaría que esa imagen del mismísimo Rey David fuera lo primero que vieran mis ojos cada mañana . Por eso siempre lo llamaba Rey, por su nombre. Me recuerda al pasaje bíblico, además que  la fuerza que irradia  y su esencia son las de un rey.

¡Yaaaaa, por Dios!, me volvía a regañar mentalmente; vuelve a la bolsa por favor, o tendrás que ir a refrescarte al baño.

Venga esa tableta, y vengan acciones, vamos a predecir el futuro y a pronosticar inversiones certeras, que es más sencillo que ver a este hombre dormir y no poderlo despertar cómo al bello durmiente que es.

Justo en ese momento vi que Liam David abría los ojos, me miraba disimuladamente y miraba hacia las nubes por la ventanilla del avión.

— Se despertó usted su majestad, ya sabía yo que ese madrugón no lo iba a tolerar así de fácil—. Le dije para comenzar a bromear un poco con él, me encantaba verlo sonreír.

— Si, en poco menos de una hora aterrizaremos y necesito que me expliques porque la prisa por adquirir esa Cadena hotelera insignificante—. Me dijo mientras me miraba fijamente, me pareció un poco extraño que pidiera explicaciones.

— Insignificante por ahora—,  no lo deje terminar su siguiente frase. —Según mis cálculos para el final de esta semana las acciones habrán triplicado su valor. Espera y verás— Le sonreí, luego cambie mi semblante ante la idea de que él no me creyera capaz de llevar sus negocios, y termine sacándole la lengua como venganza a esto último.

Me sonrió con genuina diversión , entonces supe que mi mente se había hecho una idea equivocada del por qué de su pregunta.

—Vaya cambios de humor los tuyos mi diosa, creo que tienes un desorden psicológico aunque tú terapeuta diga que no—. Aseguró  y me quito la tableta de la mano. Mi terapeuta si estaba un poco loca, pero aseveraba que yo no tenía ningún trauma grave, que incluso no tenía estrés postraumático, cosa que yo no le creía del todo.

— Deja de suspirar— no puedo creer que fantasee con mi terapeuta —. No te permitiré que te acuestes con Amaya, es una terapeuta excelente y además es mi única amiga—. Le dije con miedo de que esto ocurriera, porque ella no era como sus demás acostones, de ella si se podría enamorar, empece  a murmurar—lo único que me faltaba—.

Mi extraña mente ya estaba inventando planes para separarlos en cualquier posible escenario. Tendría que diseñar planes de contingencia para que no volvieran a coincidir en ningún sitio . ¡Eso es !, si no se encuentran no habrá problemas. Él volvió a hablar desenfadadamente.

— Ya me acosté con Amaya— solo soltó de pronto , yo me quede helada mirándolo. Sentí de todo en ese momento, las manos comenzaron a sudarme y él muy cínico solo sonríe, pero ¿qué le pasa? Piensa matar de trabajo a mi extraña mente, ahora tendré que cambiar todos los planes y todos los diseños de contingencia.

—Ninguno de los dos quisimos repetir—. Terminó diciendo tranquilamente alzando los hombros, como si hablara del clima. No lo deje seguir hablando. Le lance el folfer del contrato. Que dé gracia al señor que no tenía la tableta conmigo, hubiese sido el perfecto proyectil.

— Lim David Aray De la Fuente ya va siendo hora que madures y formalices con alguien— aunque eso se lleve mi vida entre las patas.

(...)

Fue muy fácil toda la negociación, el contrato de compra venta lo había revisado uno de los mejores abogados mercantiles del despacho de Liam David, definitivamente juntos somos un equipo extremadamente fuerte. Los demás detalles los había cubierto yo personalmente y parte de mi equipo. No me gustaba dejar margen a los errores, todo mi esfuerzo era por mostrar una imagen corporativa de acero. Sin fallas ni trucos, totalmente perfecta.

Al entrar en la sala de junta donde se firmarían los contratos pude sentir todas las miradas de los hombres sobre mi. Sabía que esto no haría feliz a mi rey, era demasiado sobre protector conmigo, a extremos insospechados. Él conocía mi pasado, y me defendería de lo que él creyera oportuno, pero siempre reaccionaba como marido celoso cuando veía a hombres queriéndome devorar con la mirada. No eran celos en absoluto, solo su instinto por defenderme.

—Fue un placer hacer negocios con ustedes señores  Aray—. Musitó  el antiguo dueño de la cadena hotelera.

—Lo mismo digo señor Foster—. Me este estrechó la mano con demasiada galantería y exceso de confianza.

—Su hermana es muy hermosa, ¿Sabe?, debe tener que cuidarla constantemente—. Alegó estrechando la mano de Liam David mientras que no alejaba  su  mirada lujuriosa de mi.

—No es mi hermana— fue lo único qué dijo Mi rey tomándome de la mano posesivamente.

—Te invito a almorzar Sushi, y de paso almorzamos  con Farid que aún está en esta ciudad, creo que se oculta de mi madre, he llegado a tener esa certeza . Hace varios meses que no hablamos  personalmente, dame un segundo y lo llamo para que se nos una—. Me explico  mientras me conducía a la salida, bloqueándome con su cuerpo de la vista de los presentes. Yo enseguida pensé que el pobre de Farid hacía bien, la madre de Liam David puede ser sofocante, “asfixiante” sería más acertado de decir.  Mara es de más personas con la que no te gustaría nunca encontrarte ni por casualidad, con  las que nunca es un placer coincidir.

Él volvió a mirarme.

— ¿Te dije ya que ese vestido te hace justicia?, no se olvidó de resaltar ni una sola curva—. Lo sentí tenso, al parecer estaba un poco molesto con el hecho que me miraran como buitres al acecho.

—Pobre de la chica que tenga que ser tu mujer, en ocasiones eres un celoso nivel Dios, tente confianza hombre, eres el hombre más guapo que conozco— protesté, aunque casi me muerdo la lengua al darme cuenta que le había dicho guapo.

Me ayudo a acomodarme en el asiento trasero del coche , cerro suavemente la puerta y dio la vuelta para sentarse a mi lado. Yo me dispuse a revisar mi teléfono celular, ya que mi asistente Alicia me había enviado mi agenda de la próxima semana. Lo vi de reojo aflojarse la corbata y volver a suspirar. Definitivamente algo le está pasando a mi rey, algo que no me cuenta.

Pasaron unos minutos luego sacó su celular y le marcó a Ferid que al parecer le dio una respuesta positiva, y quedó de vernos en el restaurante japonés Masa, bastante famoso en la ciudad.

El auto avanzó por el tráfico de la ciudad de Nueva York sin problemas. No volvimos a hablar, él concentrado en el paisaje y yo fingiendo que revisaba atentamente mi agenda semanal, pero tratando de mirar los gestos faciales  de mi rey, adivinando  si mostraba algún indicio de qué le ocurría.

Cuando el coche se detuvo  en la entrada del restaurante un divertido Farid abrió la puerta del coche para mi con un floreo exagerado, Liam David se sorprendió, terminó por sonreír  cuando vio que se trataba de su primo.

—¡Tenias que ser tú!,  búscate tu propia damisela para abrirle las puertas, y rescatarlas del peligro—. Expresó bajándose del coche poniendo rostro de enojado. Un enojo muy falso por cierto.

No pude evitar carcajearme cuando noté a Farid tendiendo su mano para que lo acompañara a entrar. Tampoco pude negarme.

— La estoy rescatando de ti. Te conozco primito, puedes llegar a ser muuuuuy peligroso—. Soltó con malicia y enseguida supe a que se refería—. Me haría el placer mademoiselle— dijo muy divertido y orondo de molestar a su único primo.

—Sería un gusto caballero andante— y tome su brazo entre risas. Farid era todo un payaso.

—Pues que sea un trío— dijo mi rey mientras que me tomaba del otro brazo. Y así entré en el restaurante, como la mismísima Doña Flor con sus  dos maridos. Dos maridos que si se lo proponían podían hacer caer todas las bragas d ellas mujeres presentes en este restaurante.

Tomamos  asiento en un teppanyaki. El restaurante era hermoso. Tenía un diseño moderno, con varios teppanyakis en el salón, todo decorado en blanco y negro, respetando el estilo oriental. Farid y Liam David comenzaron a ponerse al día  de varios de sus asuntos referentes a la minería, tema del cual yo no me terminaba de empapar. Me resultaba tremendamente difícil aprender tanto tecnicismo.

— Chicos, permiso voy al tocador un momento , Liam porfa ordena por mi, sabes lo que me gusta—.Sin mas me puse de pie para disponerme a alejarme al baño.

— Si diosa, tranquila—. Me miro a los ojos— yo y este payaso nos pondremos al día, pero ordenaremos la comida—.Me respondió.

— Por favor Farid, sácale que le pasa, lo veo muy pensativo. Algo me está ocultando—. Mire  a Farid y le hice un gesto de complicidad.

—Cariño— se vanaglorió—. Si supieras que su secreto más grande, es de ti, precisamente de quien lo oculta —. Quede impactada con las palabras de Farid, que terminaron haciendo que Liam David se atragantara con un poco del agua que bebía.

— No seas estupido y déjala ir al baño—. Soltó  gruñendo y empujando  a Farid por el hombro.

— Diosa ve tranquila. Este payaso estuvo mucho tiempo sin atención— habló tranquilamente.

Me crucé de brazos de pie junto a la silla de mi rey.

—Prométeme que estarás bien, te noto un poco distante— le confesé como si fuera una niña pequeña.

Él se puso de pie rápidamente y me besó en la frente para consentirme.

—Si tú estás cerca siempre estaré bien. Ahora ve al baño, ¿o es quieres que yo te lleve?— me dijo paternalmente.

—¡Eres tan payaso como Farid!— y comencé a caminar a la entrada del tocador de mujeres.

(...)

Aterrizamos en Miami pasadas las seis de la tarde y Liam David me dejo en mi casa. Durante el vuelo conversamos de asuntos legales de sus nuevos casos y de mis planes de la semana.

No lo vi de nuevo ausente ni distante, no se puso pensativo otra vez. Todo había vuelto a la normalidad.

Bueno quizás sólo eran imaginaciones de mi mente extraña y él está perfecto y no me esconde nada, nada lo aflige.

Tome una larga ducha y me fui temprano a la cama.

En mi cabeza no paraban de sonar las palabras de Farid martillando mi subconsciente y haciendo que me planteara cientos de posibilidades “... si supieras que su secreto más grande, es de ti, precisamente de quien lo oculta”. Suficientes para robarme la calma.

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