Capítulo VIII Juego de almas gemelas

Mario se quedó solo viéndolos tras la puerta, su mirada era vacía y parecía estar recordando.

- Si tuviera un hermano ¿Lo cuidaría tanto? No puedo entender si es una carga para ella o un alivio.

De pronto como si cortometrajes llegaran a la cabeza de Mario, volvió un poco al pasado.

- ¡Dios mío santo! Estás vivo, mi hermanito está vivo – dijo una chica de aproximadamente 26 años mientras abrazaba a su hermano en el suelo.

Este escenario se repetía, la diferencia es que ellos estaban encerrados en algo que parecía ser una celda.

- El hermano menor de esta chica lloraba mucho y la abrazaba, pero no le salían palabras.

A Mario le salían lágrimas, era una emoción que todavía sentía viva.

En eso la puerta del cuarto de hospital donde estaba Daniel y Astrid sonó.

- No pareces de las p

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