Capítulo 6

—No habrá ninguno— le da una última mirada a la mujer que nos mira con fuego en los ojos y nos marchamos dejándola soltando espuma por la boca —pa´ qui, pa´ ya…— escucho que dice Sinclair, no le presto atención y sigo caminando —pa´ ti, pa´ mi— frunzo el cejo y decido seguir mi camino, no entiendo lo que dice —pa´ ver y pa´ disfrutar— cansada de escucharlo decir cosas sin sentidos me detengo y al girar con gestos de manos le hago comprender que no lo entiendo, él entiende mi pregunta y sonríe —cuando caminas tus caderas se mueven de manera exquisita y tus nalgas se contonean de manera morbosa— quisiera enojarme con él, pero no puedo su gesto es gracioso y no hago más que reírme.

—Estás loco, ¿Dónde has aprendido eso?— lo tomo de la mano y nos sentamos en uno de los sofás que hay en el bar.

—Fui a Puerto Rico, y se me ha quedado una que otra palabra en español— niego mirándole.

—Solo te quedaron las malas, deberías aprender más español— él asiente —es en serio, te enseñaré a hablarlo— pienso por un rato —di, esa... esa, es mi mujer… mujer…— se lo repito lentamente.

—E sa… mu je…— repite él, carcajeo ante sus palabras mal dichas, hay personas que son malas para los idiomas, pero Sinclair se lleva el premio —no te rías— me reprocha ahora en inglés —es difícil— casi sin aire trato de recuperar la compostura.

—Ok… ok… ahora di, Yo soy… un… macho alfa…— frunce el cejo, no está comprendiendo nada, pero después de seguramente decir las palabras en su cabeza asiente.

—Y… Yo… u… un…— me mira y yo muerta por el deseo de reír asiento —machoooo— extiende la “o” como si se le fuera a ir –al… fa…— termina finalmente, me parto de la risa, lo hago de manera escandalosa, Sinclair me mira serio no le está gustando mi burla, pero si se viera me acompañaría.

—Bien… bien…— le felicito en medio de la risa —eres adorable— digo en español, si me entiende se enoja por decirle de esa manera.

—¿A… do… raaaa blé?— asiento, en serio lo es, me meo con este hombro.

—Sí, adorable— vuelvo a repetir llorando de la risa.

—¿Qué es?— pregunta con cierta cautela.

—Es como si te dijera capullo— frunce el cejo, ni loca le voy a decir que es adorable.

—Eres cruel— se pide una copa sin dejar de mirarme —divertida— ladea la cabeza —y lo mejor es que eres una excelente cómplice— sin darme cuenta mi sonrisa se vuelve de esas tontas donde suspiras mirando a los ojos a ese que te hace sentir en una nube.

—Eres un adulador, solo lo dices para que no me burle de tu mal español— ríe y niega.

—Un poco, pero lo que he dicho es cierto— también me pido un trago —será la última vez que tomes alcohol, debemos ir con un doctor para que te vayas preparando, quiero que estés preparada para traerlos al mundo— la sonrisa se me hace mueca y el nerviosismo se instala en mí —¿Te he dicho que no tienes que demostrar nada? No te debería importar lo que digan los demás— niego.

—Tengo que hacer esto, debo demostrar que todos se equivocan, ya estoy harta de los tantos artículos donde se me compara con mi madre— le miro a los ojos —si estaremos juntos, si tú estás dispuesto a estar conmigo, necesito principalmente tu apoyo, ¿De acuerdo? Quiero que entre nosotros la complicidad y la confianza sea lo primordial— me sonríe y tira de mi para quedar más cerca uno del otro.

—Te lo prometí y lo voy a cumplir, siempre tendrás mi apoyo, mi confianza y mi complicidad, mi amor ya lo tienes— me da un beso en los labios y yo me derrito, no pensé que fuera así de dulce y hasta romántico —te haré feliz y no te arrepentirás de este riesgo, le callaremos la boca a tu hermana y a todos los demás. Después nos vamos a la casa de playa que ganarás y haremos un asado mientras nuestros hijos duermen plácidamente sobre mi pecho— casi muriéndome de amor por pensar en ese futuro sonrío, soy una débil con esto del amor. Antes no le hacía caso a nadie porque pensaba que me querían por venir de una familia liberal, y además me preocupaba mucho hacer lo que lo demás dicen que haré, pero aquí con Sinclair es distinto, él simplemente sabe cómo soy y no me quiere por pensar que soy liberal, me quiere solo por ser yo y eso me demuestra que soy una fan del romance bonito.

—Me haces sentir más tranquila, y tranquilo, será mi última fiesta con alcohol, prometo no ingerirlo más— ahora soy yo quien lo besa, adoro esos labios tibios, suaves y tentadores. Estamos hablando de lo más animados riendo y burlándonos como siempre, pero algo me hace sentir incomoda, al recorrer el lugar me doy cuenta que Danna nos mira, mis celos inician a fluir, pero no soy nada toxica, mis celos son bonitos o eso pienso —bésame— le pido sonriendo, él sin preguntar lo hace —¿Realmente me quieres desde hace 2 años?— divertido pero con la confusión en sus ojos asiente —¿Estarías dispuesto a engañarme?— ahora niega.

—Eres lo que había estado deseando todo este tiempo, alguien con quien ser yo mismo, reír donde sea, burlarme de quien sea, bromear sin parar, pero todo eso con la complicidad que nos tenemos, ¿Crees tú que estaría dispuesto a engañarte y perderte?— acaricia mi mejilla con ternura —sé que tengo una reputación, pero puedo cambiar, puedo estar 10 meses sin sexo, puedo esperarte, confía en mi como yo confiaré en ti— asiento y le abrazo dejando mi cabeza libre, miro a Danna y sonrío, si tomé una buena decisión con Sinclair, si todo lo que él dice es cierto y cumple su palabra, no habrá mejor hombre para mí, y aunque lo que siento ahora es algo como amigos, haré lo imposible por enamorarme de él y no aceptaré que malas personas como esa mujer arruinen esto. 

Estoy disfrutando del cálido abrazo de Sinclair y del millón de mimos que me hace cuando soy consciente de que esa mujer viene en nuestra dirección, el corazón se me acelera, soy bastante impulsiva y mi mente siempre va a mil, si ella dice algo estúpido le estampo la copa en la cara.

—¿Podemos hablar?— dice una vez llega a nuestra altura, Sinclair resopla, esta vez no se a puesto tensó y eso me gusta.

—Podemos hacerlo aquí, ¿Qué sucede Danna?— la aludida con la cara de haberse chupado un limón y después tomara hiel para aliviar lo ácido le mira.

—¿Desde cuándo te gustan esas niñas inexpertas?— explota la mujer.

—Desde que la vi a ella— responde él sin cortarse.

 

—¡No me jodas Sinclair! Esa niña no es de tu gusto, ambos sabemos que una vez te la folles la dejarás— sonríe burlona, pero aquella sonrisa la hace ver el doble de fea con esa cara, me aguanto la risa.

—Por el amor de Dios Danna querida— mi madre se acerca —¿Estás bien querida?— está preocupada por su amiga, o eso parece.

—Claro que si querida— responde la mujer ahora riendo un poco más, pero todo es actuación —estoy felicitando a Sinclair por su nueva relación, no sé cómo lo has permitido— mi madre se encoje de hombros.

—Mi bebé a capturado lo que otras con experiencia no pudieron— me giña y ríe —estoy orgullosa de ella. Sinclair es muy cercano y lo conozco, es un hombre de palabra y ha prometido respetar a mi hija, así que no te preocupes querida— la mujer ahora sin disimulo hace un gesto de desagrado.

—Bueno, si es así no hay de qué preocuparse, espero que pases a buscar tu ropa s mi casa— eso me da una punzadita en el pecho, sonriendo niego y antes de que mi madre o Sinclair hablen lo hago yo.

—Quédatela como recuerdo, a mí no me molesta, ya comprará más— la mujer casi echando humo por todos los huecos que tiene se larga moviendo su exagerado culo.

—¿Estás consiente que ella no será tu única enemiga?— pregunta mi madre —tendrás que tener mucha confianza en Sinclair, y si algún día él te llegase a faltar— deja salir el aire —lo vas a lamentar y te dolerá como nada en la vida— sus palabras me hacen dudar, <<¿Qué estoy haciendo? ¿Estoy yo dispuesta a todo esto>> inicio a cuestionarme.

—Eso no pasará Brith, lo sabes, no la confundas más por favor— mi madre asiente.

—De acuerdo, solo quería aclararle la situación a mi hija, seguiremos la fiesta en casa, los esperamos allá— nos da un último guiño y se va. Todas las miradas reposan en ella, no sé cómo puede estar tan normal sabiendo lo que provoca en las personas.

—Bien cenicienta, es hora de irnos, he soportado muchas miradas el día de hoy— se levanta y tira de mí, estoy sobria, no me ha dejado pasarme en alcohol —ahora que la fiesta sigue en casa podrás embriagarte hasta gatear— carcajeo, con este hombre nunca me aburro.

—No sé cómo nos llevábamos tan mal antes— me mira sin dejar de caminar.

—Porque somos iguales y tú no te dabas la oportunidad de conocerme más allá del gilipollas por el que me tienes clasificado— me sonrojo con un poco de vergüenza, él tiene razón, yo nunca se lo permití y solo congeniábamos cuando coincidíamos en las fiestas y había de que o de quien burlarse.

—Vale, tienes razón, pero aun sigues siendo un capullo, pero ha cambiado, eres mi capullo— besa mi cabeza antes de que suba a su coche, mi amiga que salió del estacionamiento justo cuando nosotros llegamos, va como si fuera Letty en rápidos y furiosos.

—Tu amiga está realmente loca— Sinclair le mira incrédulo.

—Y eso que no conoces a Julio— sonrío al recordar a mi loco —está realmente loco— Sinclair se pone en marcha, él tampoco maneja con cuidado, va casi haciéndole competencia a mi amiga —eh… se vería realmente mal que un abogado tenga multas, conduce con más cuidado— ríe.

—Yo rompo las reglas preciosa— ruedo los ojos, es un tonto.

Al llegar a casa como siempre están las amistades más cercanas, todos miran a Sinclair como si fuera un extraño, estar conmigo lo hace todo distinto, sé que cada uno piensa que esto terminará mal, pero confiaré en Sinclair y en mí, haré que todo esto funcione, porque al final de cuenta será mi esposo y el padre de mis hijos, que ahora que lo pienso me ha ido mucho mejor de lo que creí, Sinclair me amó en secreto y ahora lo está haciendo abiertamente, me da mi lugar y expresa lo que siente siempre que tiene oportunidad, ya sea por un beso, una caricia o una mirada.

Pero hay algo con lo que no estoy segura pueda vivir, ese hombre con solo su olor despierta muchas cosas en mí, cosas que van directamente a mi bajo vientres, cosas que siempre deseo sentir con más intensidad. Esta tentación es la más fuerte y dolorosa que he tenido en toda mi vida.

—Esto será mucho más difícil de lo que creí— le confieso cuando estamos solos, él me mira a los ojos —todos te miran extraño, simplemente no lo creen— besa mis labios y después me mira con ternura.

—Será difícil, pero no imposible— sonrío, aquí el que más difícil lo pasará será él.

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