—No habrá ninguno— le da una última mirada a la mujer que nos mira con fuego en los ojos y nos marchamos dejándola soltando espuma por la boca —pa´ qui, pa´ ya…— escucho que dice Sinclair, no le presto atención y sigo caminando —pa´ ti, pa´ mi— frunzo el cejo y decido seguir mi camino, no entiendo lo que dice —pa´ ver y pa´ disfrutar— cansada de escucharlo decir cosas sin sentidos me detengo y al girar con gestos de manos le hago comprender que no lo entiendo, él entiende mi pregunta y sonríe —cuando caminas tus caderas se mueven de manera exquisita y tus nalgas se contonean de manera morbosa— quisiera enojarme con él, pero no puedo su gesto es gracioso y no hago más que reírme.
—Estás loco, ¿Dónde has aprendido eso?— lo tomo de la mano y nos sentamos en uno de los sofás que hay en el bar.
—Fui a Puerto Rico, y se me ha quedado una que otra palabra en español— niego mirándole.
—Solo te quedaron las malas, deberías aprender más español— él asiente —es en serio, te enseñaré a hablarlo— pienso por un rato —di, esa... esa, es mi mujer… mujer…— se lo repito lentamente.
—E sa… mu je…— repite él, carcajeo ante sus palabras mal dichas, hay personas que son malas para los idiomas, pero Sinclair se lleva el premio —no te rías— me reprocha ahora en inglés —es difícil— casi sin aire trato de recuperar la compostura.
—Ok… ok… ahora di, Yo soy… un… macho alfa…— frunce el cejo, no está comprendiendo nada, pero después de seguramente decir las palabras en su cabeza asiente.
—Y… Yo… u… un…— me mira y yo muerta por el deseo de reír asiento —machoooo— extiende la “o” como si se le fuera a ir –al… fa…— termina finalmente, me parto de la risa, lo hago de manera escandalosa, Sinclair me mira serio no le está gustando mi burla, pero si se viera me acompañaría.
—Bien… bien…— le felicito en medio de la risa —eres adorable— digo en español, si me entiende se enoja por decirle de esa manera.
—¿A… do… raaaa blé?— asiento, en serio lo es, me meo con este hombro.
—Sí, adorable— vuelvo a repetir llorando de la risa.
—¿Qué es?— pregunta con cierta cautela.
—Es como si te dijera capullo— frunce el cejo, ni loca le voy a decir que es adorable.
—Eres cruel— se pide una copa sin dejar de mirarme —divertida— ladea la cabeza —y lo mejor es que eres una excelente cómplice— sin darme cuenta mi sonrisa se vuelve de esas tontas donde suspiras mirando a los ojos a ese que te hace sentir en una nube.
—Eres un adulador, solo lo dices para que no me burle de tu mal español— ríe y niega.
—Un poco, pero lo que he dicho es cierto— también me pido un trago —será la última vez que tomes alcohol, debemos ir con un doctor para que te vayas preparando, quiero que estés preparada para traerlos al mundo— la sonrisa se me hace mueca y el nerviosismo se instala en mí —¿Te he dicho que no tienes que demostrar nada? No te debería importar lo que digan los demás— niego.
—Tengo que hacer esto, debo demostrar que todos se equivocan, ya estoy harta de los tantos artículos donde se me compara con mi madre— le miro a los ojos —si estaremos juntos, si tú estás dispuesto a estar conmigo, necesito principalmente tu apoyo, ¿De acuerdo? Quiero que entre nosotros la complicidad y la confianza sea lo primordial— me sonríe y tira de mi para quedar más cerca uno del otro.
—Te lo prometí y lo voy a cumplir, siempre tendrás mi apoyo, mi confianza y mi complicidad, mi amor ya lo tienes— me da un beso en los labios y yo me derrito, no pensé que fuera así de dulce y hasta romántico —te haré feliz y no te arrepentirás de este riesgo, le callaremos la boca a tu hermana y a todos los demás. Después nos vamos a la casa de playa que ganarás y haremos un asado mientras nuestros hijos duermen plácidamente sobre mi pecho— casi muriéndome de amor por pensar en ese futuro sonrío, soy una débil con esto del amor. Antes no le hacía caso a nadie porque pensaba que me querían por venir de una familia liberal, y además me preocupaba mucho hacer lo que lo demás dicen que haré, pero aquí con Sinclair es distinto, él simplemente sabe cómo soy y no me quiere por pensar que soy liberal, me quiere solo por ser yo y eso me demuestra que soy una fan del romance bonito.
—Me haces sentir más tranquila, y tranquilo, será mi última fiesta con alcohol, prometo no ingerirlo más— ahora soy yo quien lo besa, adoro esos labios tibios, suaves y tentadores. Estamos hablando de lo más animados riendo y burlándonos como siempre, pero algo me hace sentir incomoda, al recorrer el lugar me doy cuenta que Danna nos mira, mis celos inician a fluir, pero no soy nada toxica, mis celos son bonitos o eso pienso —bésame— le pido sonriendo, él sin preguntar lo hace —¿Realmente me quieres desde hace 2 años?— divertido pero con la confusión en sus ojos asiente —¿Estarías dispuesto a engañarme?— ahora niega.
—Eres lo que había estado deseando todo este tiempo, alguien con quien ser yo mismo, reír donde sea, burlarme de quien sea, bromear sin parar, pero todo eso con la complicidad que nos tenemos, ¿Crees tú que estaría dispuesto a engañarte y perderte?— acaricia mi mejilla con ternura —sé que tengo una reputación, pero puedo cambiar, puedo estar 10 meses sin sexo, puedo esperarte, confía en mi como yo confiaré en ti— asiento y le abrazo dejando mi cabeza libre, miro a Danna y sonrío, si tomé una buena decisión con Sinclair, si todo lo que él dice es cierto y cumple su palabra, no habrá mejor hombre para mí, y aunque lo que siento ahora es algo como amigos, haré lo imposible por enamorarme de él y no aceptaré que malas personas como esa mujer arruinen esto.
Estoy disfrutando del cálido abrazo de Sinclair y del millón de mimos que me hace cuando soy consciente de que esa mujer viene en nuestra dirección, el corazón se me acelera, soy bastante impulsiva y mi mente siempre va a mil, si ella dice algo estúpido le estampo la copa en la cara.
—¿Podemos hablar?— dice una vez llega a nuestra altura, Sinclair resopla, esta vez no se a puesto tensó y eso me gusta.
—Podemos hacerlo aquí, ¿Qué sucede Danna?— la aludida con la cara de haberse chupado un limón y después tomara hiel para aliviar lo ácido le mira.
—¿Desde cuándo te gustan esas niñas inexpertas?— explota la mujer.
—Desde que la vi a ella— responde él sin cortarse.
—¡No me jodas Sinclair! Esa niña no es de tu gusto, ambos sabemos que una vez te la folles la dejarás— sonríe burlona, pero aquella sonrisa la hace ver el doble de fea con esa cara, me aguanto la risa.
—Por el amor de Dios Danna querida— mi madre se acerca —¿Estás bien querida?— está preocupada por su amiga, o eso parece.
—Claro que si querida— responde la mujer ahora riendo un poco más, pero todo es actuación —estoy felicitando a Sinclair por su nueva relación, no sé cómo lo has permitido— mi madre se encoje de hombros.
—Mi bebé a capturado lo que otras con experiencia no pudieron— me giña y ríe —estoy orgullosa de ella. Sinclair es muy cercano y lo conozco, es un hombre de palabra y ha prometido respetar a mi hija, así que no te preocupes querida— la mujer ahora sin disimulo hace un gesto de desagrado.
—Bueno, si es así no hay de qué preocuparse, espero que pases a buscar tu ropa s mi casa— eso me da una punzadita en el pecho, sonriendo niego y antes de que mi madre o Sinclair hablen lo hago yo.
—Quédatela como recuerdo, a mí no me molesta, ya comprará más— la mujer casi echando humo por todos los huecos que tiene se larga moviendo su exagerado culo.
—¿Estás consiente que ella no será tu única enemiga?— pregunta mi madre —tendrás que tener mucha confianza en Sinclair, y si algún día él te llegase a faltar— deja salir el aire —lo vas a lamentar y te dolerá como nada en la vida— sus palabras me hacen dudar, <<¿Qué estoy haciendo? ¿Estoy yo dispuesta a todo esto>> inicio a cuestionarme.
—Eso no pasará Brith, lo sabes, no la confundas más por favor— mi madre asiente.
—De acuerdo, solo quería aclararle la situación a mi hija, seguiremos la fiesta en casa, los esperamos allá— nos da un último guiño y se va. Todas las miradas reposan en ella, no sé cómo puede estar tan normal sabiendo lo que provoca en las personas.
—Bien cenicienta, es hora de irnos, he soportado muchas miradas el día de hoy— se levanta y tira de mí, estoy sobria, no me ha dejado pasarme en alcohol —ahora que la fiesta sigue en casa podrás embriagarte hasta gatear— carcajeo, con este hombre nunca me aburro.
—No sé cómo nos llevábamos tan mal antes— me mira sin dejar de caminar.
—Porque somos iguales y tú no te dabas la oportunidad de conocerme más allá del gilipollas por el que me tienes clasificado— me sonrojo con un poco de vergüenza, él tiene razón, yo nunca se lo permití y solo congeniábamos cuando coincidíamos en las fiestas y había de que o de quien burlarse.
—Vale, tienes razón, pero aun sigues siendo un capullo, pero ha cambiado, eres mi capullo— besa mi cabeza antes de que suba a su coche, mi amiga que salió del estacionamiento justo cuando nosotros llegamos, va como si fuera Letty en rápidos y furiosos.
—Tu amiga está realmente loca— Sinclair le mira incrédulo.
—Y eso que no conoces a Julio— sonrío al recordar a mi loco —está realmente loco— Sinclair se pone en marcha, él tampoco maneja con cuidado, va casi haciéndole competencia a mi amiga —eh… se vería realmente mal que un abogado tenga multas, conduce con más cuidado— ríe.
—Yo rompo las reglas preciosa— ruedo los ojos, es un tonto.
Al llegar a casa como siempre están las amistades más cercanas, todos miran a Sinclair como si fuera un extraño, estar conmigo lo hace todo distinto, sé que cada uno piensa que esto terminará mal, pero confiaré en Sinclair y en mí, haré que todo esto funcione, porque al final de cuenta será mi esposo y el padre de mis hijos, que ahora que lo pienso me ha ido mucho mejor de lo que creí, Sinclair me amó en secreto y ahora lo está haciendo abiertamente, me da mi lugar y expresa lo que siente siempre que tiene oportunidad, ya sea por un beso, una caricia o una mirada.
Pero hay algo con lo que no estoy segura pueda vivir, ese hombre con solo su olor despierta muchas cosas en mí, cosas que van directamente a mi bajo vientres, cosas que siempre deseo sentir con más intensidad. Esta tentación es la más fuerte y dolorosa que he tenido en toda mi vida.—Esto será mucho más difícil de lo que creí— le confieso cuando estamos solos, él me mira a los ojos —todos te miran extraño, simplemente no lo creen— besa mis labios y después me mira con ternura.
—Será difícil, pero no imposible— sonrío, aquí el que más difícil lo pasará será él.
Trabajar junto a Sinclair no había sido tan peligroso como ahora, ese hombre me tortura con cada beso que me da, con cada detalle que tiene conmigo me enamora un poco más, nunca pensé decir esto una semanas después de aceptar su propuesta, pero realmente ese hombre está iniciando a gustarme mucho, es rápido, demasiado para ser yo, pero algo me dice que esa manera de tratarnos antes eran indicios de que nos pertenecíamos uno al otro, lo sé, lo sé… soy una suspira corazones, me encanta el romance y Sinclair me ha demostrado que es romántico, ¿Cómo no enamorarse?Mi hermana como siempre es una toca pelotas, ahora no me molesta con eso de que soy virgen, ahora está totalmente convencida que mi virginidad será historia una vez me mude con Sinclair, que por cierto será este día, mis nervios están de locos y las burlas de Ira me lo ponen más difí
—Deja de llamar, te lo he pedido mil veces, respeta a mi mujer, te he dejado en claro que su posición siempre será respetada y defendida por mí, te agradecería mucho que no vuelvas a decirle nada de lo que le has dicho— sin más corta, y besa mi frente —lo lamento rubia, se los he dejado claro mil veces— asiento humedeciéndome los labios.—Lo sé, no pasa nada, confío en ti, ¿Lo sabes cierto?— él asiente y yo recuesto mi cabeza en su pecho —confío en el capullo que me está enamorando— bromeo —¿es hora de la cita médica?— me separo para verle a los ojos —estoy nerviosa, finalmente me voy a embarazar— en sus ojos hay un brillo único, siempre que hablamos del embarazo se emociona.—No veo la hora de verte con la nariz hinchada, con los pies adolorido y cargándote en todo yo por hacerte p
Papá se suelta de mi madre y camina rápidamente en nuestra dirección, Sinclair se aparta de mí y yo me coloco en media, con el corazón a mil me encojo solo esperando que esos dos se vayan a los golpes, pero me siento por los aires y todos carcajean.—¡Papá!— chillo cuando me baja y me abraza —eso no se hace, creí que se pelearían— papá muerto de la risa me besa la cabeza.—No bebé, el imbécil de tu novio nos ha pedido venir para una bienvenida, es todo— miro a Sinclair y él me guiña, apartándome de papá corro hasta él y lo abrazo para después besarlo.—Deja de sorprenderme así— me abraza por las caderas y me pega más a
Las horas pasan y la visita llega a su fin, mi familia se va y quedo sola con Sinclair. Sin hablarle me dirijo a la habitación para tomar una ducha y acostarme, me siento agotada por toda la risa que se dieron después de mi disgusto.—Dios— susurro saliendo del baño, al ver a Sinclair pienso si salir o quedarme ahí, pero finalmente me quedo, estoy enojada solo porque pidió quedarse con ella, pero eso no significa que la prefiriera a ella, o eso quiero creer, no debió pedirme eso.—¿Puedo hacerte una pregunta?— me mira cuando me siento a su lado para acostarme.—Claro, y te concedo otra— sonríe y se acomoda para mirarme de frente.—¿Realmente te estás enamorando de mí? Quiero decir, ¿No lo haces solo por lo de la apuesta y querer ganar y demostrar eso que quieres?— su pregunta me asombra, no creí que dudara de lo que yo le he dicho.—Por supuesto me estoy enamorando de ti, no, déjame corregir, realmente estoy enamora de ti— dejo salir
Sinclair inicia a estimular mi clítoris mientras su erección permanece en la entrada de mi cavidad haciendo presión. Enloquecida y gimiendo sin control me aferro a las sabanas, mis piernas inician a temblar y prontamente me corro, la intensidad del orgasmo me sacude toda. Agitada y con la calor por las nuves por el deseo que siento le miro a los ojos con los míos llorosos por el placer, Sinclair inicia a masturbarse sin alejarse de mi cavidad, le miro confundida y cuando veo que cierra los ojos y echa la cabeza hacia atrás siento como me moja, me descoloco cuando finalmente deja de gruñir y me alza la piernas de modo que solo quede recostada a la cama sobre mis hombros prácticamente.—No puedo hacerlo, no puedes dejarte llevar, no cuando estás así— me mira a los ojos sin soltarme —querías intentar buscar al bebé y lo he hecho, cuando estés lejos de mí, tranquila y sin furia, entonces piensa bien lo que quieres hacer, no quiero que te lamentes después— maldigo una y otra ve
Sinclair me mira y yo a él, esas preguntas me han dolido, ahora todos me tienen como la mujer que se metió en medio. Sinclair se levanta y tomándome de la mano nos vamos al coche rápidamente, los flashes no dejan de deslumbrar a pesar que es de día, con los paparazzi es mejor no hablar, todo lo pueden tomar en nuestra contra y sacar de proporción. Al subir al coche que por suerte tiene vidrios oscuros cierro los ojos y contengo las lágrimas.—Lo siento, debí imaginar que estaban cerca— se disculpa acelerando —siempre es así, salen de todos lados, lamento exponerte de esa manera— está enojada, se le nota, yo estoy acostumbrada a todo esto, después de todo mis padres son millonarios y bastante famosos, pero jamás había sido de esta manera —amor perdóname…
Los días pasan y mi relación con Sinclair se va volviendo más fuerte, afortunadamente o desgraciadamente, aun no lo sé, no salí en los encabezados en las revistas de cotilleo con mi cara y la palabra “VIRGINIDAD” en mayúscula. Sinclair compró la información por 15 mil malditos dólares, realmente en el mundo hay personas aprovechadas. Somos el foco de los flashes, me siguen viendo como la niña oportunista que se metió en una relación que prometía mucho, que jodida manía la de las personas. Por otro lado ahora confirman más mi futuro, hasta le han hecho entrevistas a mis padres de si tomaré las riendas de los clubes en un futuro junto a mi ahora novio, maldita gente estúpida.En cuanto a mi apuesta con mi hermana, he decidido dejarla, no vale la pena seguir con eso, adem&aac
La sangre me hierve y el corazón se me incendia por la rabia que tengo. Cuando voy dispuesta a dejar a la maldita pelirroja sin un mechón de pelo la escucho hablar y por laguna razón me detengo y no entro para saltarle encima cual leona a la caza.—¿Te he dicho que eres un ser odioso que muchas veces me dan ganas de retorcerte el pescuezo?— Le pregunta ella en tono de fastidio, Sinclair sonríe de esa manera que solo lo hace con las personas que le importan.—Y tú una antipática que provoca llevarla al polo norte y dejarla atada a una silla con hierro— frunzo el cejo, he visto a esa mujer antes, trato de recordar, pero no puedo.—Das asco con tu perfume barato, pero como te quiero tanto te he traído uno— toma el bolso de la