La sangre me hierve y el corazón se me incendia por la rabia que tengo. Cuando voy dispuesta a dejar a la maldita pelirroja sin un mechón de pelo la escucho hablar y por laguna razón me detengo y no entro para saltarle encima cual leona a la caza.
—¿Te he dicho que eres un ser odioso que muchas veces me dan ganas de retorcerte el pescuezo?— Le pregunta ella en tono de fastidio, Sinclair sonríe de esa manera que solo lo hace con las personas que le importan.
—Y tú una antipática que provoca llevarla al polo norte y dejarla atada a una silla con hierro— frunzo el cejo, he visto a esa mujer antes, trato de recordar, pero no puedo.
—Das asco con tu perfume barato, pero como te quiero tanto te he traído uno— toma el bolso de la
Algo hace corto circuito en mi cabeza que lo rígido se me vuelve sensualidad. Me pego a los barrotes y miro a mi hombre con ese traje oscuro, su cara de perdona vida y su temple tan imperturbable de siempre, doy un largo suspiro al saber que todo él me pertenece solo a mí.—Vengo por las tres chicas— le dice al oficial que asiente como un idiota —¿Han infligido alguna ley?— el oficinal se aclara la garganta.—Le estaban proponiendo servicios… emmm carnales a unos jóvenes— Sinclair nos mira y yo le guiño, está furioso.—¿Las vio dándole servicio a otros?— el oficinal niega —¿Tienen antecedentes en cuestión del tema relacionado?— el oficial vuelve a negar —entonces co
Sinclair está tan enojado que no me esperó para irnos juntos, no me había terminado de alistar cuando se iba y se fue sin mí, yo me ofrecí a llevar a Isla a la agencia de autos que es para la que trabajará.Al llegar al edificio en el que yo trabajo entro y miro a mi amiga tan fresca como siempre, nunca sé cuál es su estúpido secreto para estar perfecta e impecable incluso cuando no ha dormido nada.—Que cara traes cariño— me sonríe, dejo caer los hombros —¿Qué pasa? problemas en el paraíso— le miro mal, ella sabe perfectamente que no me gustan esos juegos.—Está tan enojado que solo me ha hablado para darme ordenes, ¿Sabes cómo acabamos en una comisaria?— mi a
Tres días, 3 días en los que no lo beso, 3 días en los que no rio con mi príncipe, 3 días en los que despertamos abrazados y solo nos separamos para fingir que no ha pasado nada, 3 días en los que mi orgullo y mi dolor me dominan.Sinclair lo ha intentado, pero simplemente no puedo hablarle, no me siento capaz de tenerlo frente a mí sin voltearle la cara de un puñetazo por la vergüenza nacional que me ha hecho pasar.Debo soportar a mis padres y ahora a la insufrible de mi hermana quien ha llegado de su ensueño con el pejelagarto de su marido, sin contar la prensa, todos quieren escuchar mi declaración de los hechos, pero no tengo ánimos para eso.Mi cuñada es la leche, esa tía es un peligro andante y hemos salido en varios titulares y como siempre ella mostrando el dedo medio, eso es problema con Sinclair porque yo salgo riendo, y es que ¿cómo no hacerl
Al leer lo que dice el sobre dejo salir el aire y le paso la hoja a Isla, retiro el flequillo de mi frente y con un vacío en mi pecho arranco el auto, estoy bastante decepcionada.—Tranquila, el doctor ha dicho que podía ser muy pronto… los cambios pueden darse más tarde— asiento, igual no le diré nada a Sinclair, aún quedan días para volverme a hacer la prueba.—Estoy bien, la volveré hacer cuando venga con tu hermano, espero que cambie algo en estos días— resoplo, creí que realmente funcionaría, él estaba tan seguro que me estaba convenciendo.—¿Puedes aclararme algo?— le miro de reojo para no quitar la vista totalmente del camino y asiento —¿Quieres embarazarte por qu&eacu
Una vez fuera del restaurante nos dirigimos al auto, Francia y Julio han venido en el auto de este último, la mujer por fortuna no trajo coche así que se irá con Isla y con migo.Voy a subir al coche cuando escucho mi nombre en un tono burlón, maldigo cabreada, había descansado de ella y quería seguir así. Me giro para buscarla y cuando la encuentro dejo caer los hombros, camino hasta ella, no quiero que escuchen sus tonterías de siempre.—Hermanita bella…— sonrío cuando me da un beso, ¿Por qué no nos podemos querer como unas hermanas normales más de un minuto?—Que bien que te veo— me separo un poco más —quería decirte que dejo lo de la apuesta, pero quiero que sigas respetándome igual, no quiero que sigas molest&aacu
Al darme la vuelta frente a mí se alza un hombre imponente, de cabello rubio, tan rubio que brilla, con una barbita estupenda y unos ojazos que parecieran celestes. Al recorrer su cuerpo me doy cuenta que es médico, el corazón se me detiene y la respiración con ella.—¿Murió?— pregunto en un susurro inaudible, el imponente hombre sonríe dejando a la vista unos dientes perfectos —por una mierda hombre, habla que estoy a nada de desmayar— esta vez aguanta una carcajada.—Está bien, solo ha sido intoxicación por alcohol— dejo salir el aire y me llevo la mano al pecho para tratar de calmar mi frenético corazón en vano, no creo pasar este susto pronto —Gabriel Hastings— tratando de sonreír tiendo mi mano para tomar la suya, pero mi
Han pasado tres semanas desde que mi príncipe me perdonó por llegar al día siguiente, tres semanas en las que me he hecho dos pruebas de embarazo y han salido negativas. Sinclair decidió hacérmelas en casa y una vez salga positivo entonces ir al hospital, no hay que levantar sospechas. Esto me tiene preocupada, es imposible que no haya salido embarazada después de tantos intentos, pero no hay más que hacer, en tres días tenemos la cita para la inseminación artificial.Mi hermana sigue siendo la misma insufrible de siempre, y más por el reciente escándalo de su marido con una modelo. Por supuesto él lo niega todo ante los medios y ante mi hermana y como es de costumbre el pejelagarto forma su show para demostrar el supuesto amor que le tiene a mi hermana públicamente, saliendo con los niños y con su mujer para alguna lugar. Es un imbécil que no tolero ni mirarlo.Isl
—Zuleika— siento que me mueven e interrumpen la sensación de paz que estaba teniendo —hey, mujer despierta— me susurran bajito al oído —coño mujer párate— como si tuviera un resorte en el culo me levanto una vez abro los ojos.—Por supuesto, la cena se dará en el hotel “Roma” a las 19 horas el miércoles de la semana entrante— todos me miran con cara de alucine, alzo la ceja y los voy mirando a cada uno hasta llegar a Sinclair quien se coloca la mano en la boca para no reír.—Siéntate— me susurra mi compañera tirando de mi vestido. Cierro los ojos y al abrirlos les miro apenada.—Lo lamento mucho— me aclaro la garganta —sigan por favor, perdonen la interrupción— los abogados siguen con su reunión en medio de la confusión y yo me siento —la próxima vez que me hagas el favor